En un país donde hablar de crecimiento económico parece casi una provocación, Misiones se cuela entre las excepciones.
Según un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), la provincia se ubicó entre las cuatro jurisdicciones con mayor expansión económica del país en los últimos diez años, con un crecimiento del 17,1 % en su Valor Agregado Bruto (VAB) entre 2011 y 2022.
El dato sorprende en medio de un contexto nacional marcado por crisis recurrentes, caída del consumo y pérdida del poder adquisitivo. Mientras la mayoría de las economías provinciales mostraron estancamiento o retracción, Misiones se mantuvo en terreno positivo, acompañando a Neuquén, Santiago del Estero y Jujuy en el podio del crecimiento.
Los motores del crecimiento
De acuerdo con el informe elaborado por los economistas Guido D’Angelo y Emilce Terré, el impulso misionero se explica por la diversificación productiva, el desarrollo del comercio local y el crecimiento sostenido de sectores como la industria alimentaria, la fabricación de papel, las bebidas y la maquinaria.
A esto se suma un fuerte componente de consumo interno, políticas de incentivo al compre local y una gestión fiscal que priorizó el equilibrio de las cuentas provinciales.
En contexto: 20 años de un mismo signo político
El dato no pasa inadvertido: Misiones lleva dos décadas bajo la conducción del Frente Renovador de la Concordia, un espacio político que hoy enfrenta cuestionamientos y un clima de descontento social por la crisis económica nacional.
Sin embargo, los números duros parecen contradecir parte del relato del pesimismo generalizado: la provincia creció, y lo hizo más que la mayoría.
Un modelo silencioso
Misiones apostó por un modelo que combina administración ordenada, desarrollo industrial regional y una mirada ambiental y tecnológica propia.
Sin estridencias y con recursos limitados, la provincia logró consolidar una economía más resiliente que muchas de sus pares.
En un país que suele medir su economía por las urgencias del corto plazo, el caso misionero aparece como un ejemplo de planificación a largo plazo y resultados sostenibles.
Los desafíos que vienen
Claro que no todo es bonanza. Los desafíos siguen siendo enormes: pobreza, desigualdad y empleo informal siguen golpeando fuerte.