El mandatario Donald Trump anunciará un plan para endurecer las normas para los viajes de los estadounidenses a Cuba y limitar los negocios que las empresas de su país pueden hacer con firmas controladas por el Ejército de la isla, dijeron el jueves funcionarios de alto rango de la Casa Blanca.
En un discurso en Miami, Trump presentará su nueva política sobre Cuba para revertir parte de la apertura del expresidente Barack Obama hacia la isla de Gobierno comunista, luego de los avances diplomáticos del 2014 entre los dos antiguos enemigos de la Guerra Fría.
Trump asumirá una postura más dura sobre Cuba, como lo prometió en su campaña presidencial, y dejará en claro que la prohibición al turismo estadounidense a la isla se mantiene en vigor, buscando evitar que los dólares de la actividad se usen para financiar lo que Washington ve como un Gobierno represivo dominado por los militares.
Los nuevos límites a los negocios estadounidenses apuntarán al Grupo de Administración Empresarial SA (GAESA), una compañía militar con amplia participación en negocios en Cuba, pero hará excepciones para los sectores de viajes aéreos y marítimos, dijeron los funcionarios. Eso protegerá a las aerolíneas y cruceros estadounidenses que actualmente viajan a la isla.
Pero incluso al retroceder en la distensión que Obama alcanzó con Cuba, Trump no cerrará la embajada ni romperá las relaciones diplomáticas restablecidas en 2015 tras más de cinco décadas de hostilidades, según los funcionarios.
Tampoco revertiría otros cambios tangibles realizados por su antecesor demócrata, incluida la reanudación de vuelos comerciales directos entre Cuba y Estados Unidos, aunque su política más restrictiva seguramente enfriará los nuevos lazos económicos en general.
Según un funcionario de la Casa Blanca, el Gobierno no pretende ‘interrumpir’ los acuerdos de negocios existentes, como el que alcanzó durante la administración de Obama la firma Starwood Hotels, propiedad de Marriott International Inc., para administrar un hotel histórico de La Habana.
Tampoco hay planes de reponer los límites a la cantidad de ron y habanos de la isla que los estadounidenses pueden llevar de regreso para su uso personal y que fueron levantados por Obama, dijo un funcionario de la Casa Blanca.
Como resultado, los cambios -si bien son extensos- parecen ser menos profundos que lo que temían muchos partidarios de la distensión con la isla.
Fuente: Cronista