Sólo en seis distritos habrá efectivamente primarias el 13 de agosto próximo, pero en cinco (Chaco, Capital, Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe) la competencia interna será parcial. Exclusivamente en La Rioja, todas las agrupaciones políticas se someterán a la contienda entre espacios de un mismo signo político.
No son pocos los que aseguran que las Paso de este año, en una inmensa mayoría, se convertirán en una gran encuesta formal y nacional de los candidatos que lidiarán en las elecciones generales y definitivas del 22 de octubre. Muchos suman también, en la mirada negativa al procedimiento electoral de las Paso, el costo que sobrelleva el esfuerzo comicial primario, unos 2.800 millones de pesos, sólo para que unos pocos partidos en todo el país diriman a sus candidatos.
Sin embargo, esta vez, y sobre todo, en el caso de los distritos más decisivos, como la provincia de Buenos Aires, el «dedo» de los dirigentes principales y los acuerdos partidarios parecen desdibujar aquel argumento de que las Paso darían transparencia en la elección de los candidatos, método que más utilizó el propio oficialista Cambiemos en la mayoría de los distritos.
De todos modos, y, en especial, en la provincia de Buenos Aires, se abre una serie de interrogantes en el sentido de cómo responderá el electorado frente a la fractura de hecho del peronismo en tres vertientes con distintos orígenes justicialistas, como el de la ex presidenta Cristina Kirchner, el del diputado Sergio Massa y el del ex ministro Florencio Randazzo, aunque este último deba competir contra un desconocido hombre del intendente, Mario Ishii en las primarias.
Fuente: Télam