La Escuela de Robótica depende de la Unidad de Gestión TIC de la Legislatura provincial. Tiene 1400 alumnos y una demanda creciente. Su directora, Solange Schelske, abrió las puertas de la institución para hacer un balance de lo que se hizo en 2019, detallar cómo marchan los distintos programas de la institución, la expansión territorial hacia el interior, y los objetivos para 2020.
“La dinámica que se utiliza es similar a la de las empresas de software, que es trabajar por proyectos: se definen los objetivos, se determina el equipo de trabajo y se dividen las tareas, en un tiempo determinado”, resumió en una entrevista con ENFOQUE.
Logros hay muchos. Se pueden mencionar dos. En 2019, un equipo conformado por alumnos de la institución se consagró campeón argentino y participará en la instancia internacional en Dubai. Otro también brilló en un certamen organizado por Samsung, donde quedó finalista luego de crear un robot que analiza las condiciones de humedad del suelo de una huerta, para después iniciar el riego. Es un prototipo muy interesante, desarrollado con mucha información y apuntado hacia el sector productivo de Misiones.
¿Cómo es el trabajo que están haciendo en el interior de la provincia con la apertura de los Espacios Maker?
El año pasado, la Cámara de Representantes, por iniciativa del ingeniero Carlos Rovira, aprobó la Ley de Educación Disruptiva, donde pone como faro a la Escuela de Robótica para las demás instituciones y propone ciertos objetivos. A esto se suma la demanda de los chicos del interior, muchos de los cuales asisten a clases aquí los sábados. Todo esto hizo que tuviéramos una reunión con el presidente de la Comisión de Desarrollo Estratégico e Integral de Municipios (CODEIM), Carlos Sartori, también intendente de Campo Grande, donde se acordó la creación de espacios disruptivos, del tipo maker, para empezar con el llamado trayecto Hight Maker, orientado para los mayores de 18 años.
Empezamos en Puerto Piray, Comandante Andresito, Campo Grande y El Soberbio. Tienen un espacio para trabajar los contenidos y otro para impresión 3D. Arrancaron con bastante demanda, con tres turnos. Son talleres de dos horas y media, dos veces por semana, con la misma metodología que la Escuela de Robótica, se trabaja por proyecto, en equipos. Desarrollan una idea bajo la premisa de solucionar un problema que identifiquen en su municipio. Los primeros proyectos finalizan en diciembre.
Hay muchos estudiantes de las distintas localidades que ya trabajan en empresas o cooperativas de la zona y lo que buscan básicamente es desarrollar la automatización de los procesos productivos de esas firmas. En el caso de los docentes que asisten, la idea es que generen un taller de Robótica en sus aulas.
¿Qué puede contar acerca de la articulación con la Secundaria de Innovación?
Estamos a cargo del Campus de Robótica de ese colegio. Ese secundario es la materialización de la Escuela de Robótica en la educación formal. Digo esto porque lo nuestro es educación no formal, pero ellos, que están dentro del sistema educativo formal, utilizan la misma metodología que nosotros.
Es una secundaria de jornada extendida, con espacios de co-creación y maker. Se trabaja de manera integrada, por proyectos. Hay muchos chicos de la Escuela de Robótica que asisten allí. Hasta acá vimos que funciona, teníamos chicos que no querían ir más a la escuela, que ahora volvieron a integrarse y están entusiasmados. Esto nos llena de satisfacción, porque disfrutan estar ahí y se encuentran motivados.
Innovación es un Bachillerato con Orientación en Informática y especialización en Robótica. También tiene otras dos orientaciones, una vinculada al agro y la restante en turismo sustentable.
¿Qué balance hacen de la presencia que tuvo la Escuela de Robótica en eventos realizados en otras provincias argentinas y en el exterior?
Es una experiencia enriquecedora para los chicos, porque vemos que estamos alineados a lo que se viene. A ellos les permite interactuar con estudiantes universitarios de mayor formación, con docentes, ingenieros y doctores. Esto aumenta su conocimiento, los nutre de mayor información.
Esos encuentros también nos sirven para forjar lazos con otros espacios, que nos invitan a trabajar con ellos o que vienen a colaborar con nosotros. Sin ir más lejos, el martes, vendrán de Córdoba tres emprendedores de la UTN. En esa provincia también funciona un Club de Robótica que nos propuso formar una mesa de expertos para ayudarnos de manera gratuita.
Todo esto nos ayudará a levantar aún más la vara.
¿Cómo impactó la crisis económica en el abastecimiento de insumos que utilizan?
Impactó como en todos los sectores, pero acá trabajamos mucho con reciclado. Ahora, por ejemplo, una empresa de informática de Posadas nos donó una cantidad importante de impresoras, que los estudiantes fueron desarmando para sacar los componentes que sirvan, como motores y placas. Y al trabajar en equipos, compuestos por cinco alumnos, se achica la cantidad de componentes a utilizar.
En el reciclado ayudan estudiantes y padres.
También están trabajando con las EFA 4.0…
Ese es un proyecto que nació también a partir de una ley provincial que busca acercar las Escuelas de la Familia Agrícola a las tecnologías. En ese marco, se propusieron varias líneas de acción y una de ellas es el desarrollo de proyectos de Robótica en las EFA.
Los proyectos son propuestos por las propias instituciones, hay algunos para automatizaciones de huertas o invernaderos. También se hace mucho trabajo con las familias.
Hace poco se firmó un acuerdo con el Ministerio de Agricultura Familiar, donde se propuso la participación, además de estudiantes y docentes, de los padres en la formulación de los proyectos.
Hay alrededor de 55 chicos con discapacidad que asisten a la Escuela, ¿cómo se dio la integración?
Desde el primer año de funcionamiento tenemos chicos con distinto tipo de discapacidades y la integración se da de manera natural. Cuando más pequeños son, más natural es la inclusión. Tenemos en el plantel tres profesores en Educación Especial, pero la integración de esos niños la hacen sus propios compañeros.
Las actividades que realizan las hacen en los mismos equipos, donde sus compañeros los acompañan y ayudan. Les asignan los roles en los que más cómodos se sientan.
¿Con qué cierran 2020?
Este año trabajamos bajo la temática Smart City, que propone la automatización de distintos sectores de la ciudad. Se busca la eficiencia en barrios, plazas, esquinas. Todos los chicos trabajaron en eso. En agosto se mostraron los avances y a fin de año mostraremos “en una gran ciudad” todos los proyectos terminados.
En 2020, queremos terminar el proyecto de un humanoide que estamos haciendo. Pero no se avanzó más porque es muy costoso el material que se utiliza para su elaboración con la impresora 3D. Por eso, estamos trabajando con nuestra diseñadora industrial en una investigación para buscar la manera de que vía reciclaje podamos producir el insumo que utiliza la impresora.