La Televisión Pública Argentina presentará desde este martes 21 -a las 21:00- la miniserie «Siete vuelos» que tiene entre sus protagonistas al actor misionero José María Barrios Hermosa.
La miniserie, grabada en la provincia de Misiones, cuenta la historia de una joven científica exitosa (llamada Clara), quien descubrirá que le mintieron sobre su identidad y emprenderá un viaje que le legó su padre para encontrar su verdadera identidad.
Esta comedia dramática de 8 capítulos es protagonizada -además del actor misionero- por Sabrina Garciarena, Víctor Laplace, Andrea Pietra y Lito Cruz.
A lo largo del film, Clara (Sabrina Garciarena) se cruzará en varias oportunidades con Mario (José María Barrios Hermosa), un joven camionero con el que comenzará una relación muy diferente de lo que la joven tenía pensado para su vida.
En una entrevista con ENFOQUE, a horas del estreno de Siete vuelos en la pantalla grande, el actor José María Barrios Hermosa se manifestó muy contento por haber participado de la miniserie y destacó que la misma se haya filmado en la tierra colorada. «Cuando ves el producto terminado y ves que la gran mayoría de los que participaron delante y detrás de cámara son de Misiones, es imposible no ponerte contento», expresó.
Respecto a la participación de actores de la talla de Víctor Laplace, el joven misionero dijo que «el hecho de que actrices y actores de gran trayectoria vengan a grabar a Misiones y que con muchísima humildad participen de un proyecto como fue Siete vuelos, hizo que todo sea más fácil».
¿Cómo tomaste y cómo vivís esto del estreno de Siete vuelos en la Televisión Pública Argentina?
La verdad que estamos todos muy contentos por esta oportunidad que se presenta de mostrar el trabajo que se realizó íntegramente en la provincia. Claro que, por lo que a mi respecta, por mi participación como actor, estoy sumamente contento. Pero también me alegro porque hacer cosas como estas, ya sea una miniserie o un largometraje, fuera de los grandes centros urbanos, es muy difícil. Pero no imposible. Entonces, cuando ves el producto terminado y ves que la gran mayoría de los que participaron delante y detrás de cámara son de Misiones, es imposible no ponerte contento.
¿Crees que esto le abrirá las puertas al cine y la TV misionera?
Mirá, yo creo de alguna manera las puertas ya están abiertas. Lo que sucede es que el financiamiento para este tipo de proyectos es muy costoso. Y de alguna manera, de un tiempo a esta parte, los concursos para realizaciones audiovisuales, ha mermado bastante.
De todas maneras, con la puesta en marcha del Instituto de Artes Audiovisuales de Misiones (IAAviM), tengo entendido que se están logrando muchos avances en el área audiovisual de la provincia. Y que estas cosas empiecen a suceder es importantísimo, porque habla bien del trabajo de las personas que hace mucho la vienen remando en este sector. Pero también es muy meritorio porque demuestra que la organización hace que las cosas sean posibles. Lo mismo pasa en el ámbito teatral. Misiones tiene una Ley Provincial de Teatro, que si bien todavía no está puesta en marcha: hay que crear el IPTI (Instituto Provincial de Teatro), designar al Director Ejecutivo, elegir los consejeros regionales, y otros detalles más; aun así ya se ha empezado a andar un camino que seguro será para beneficio de todo un gran sector de la provincia. Yo estoy convencido que la creación de estos espacios son necesarios para un verdadero federalismo en materia cultural. Quién mejor que los propios misioneros para decidir sobre qué queremos para nuestra cultura provincial; sobre cuáles son las historias queremos contar; o sobre el contenido audiovisual que queremos ver. No podíamos seguir esperando que las cosas pasen a mil kilómetros de distancia y que algo de lo que suceda allá, impacte en nuestra provincia.
¿Cómo fue grabar con figuras del cine nacional?
Fue una experiencia muy gratificante, realmente. Estas cosas son las que uno valora muchísimo. El hecho de que actrices y actores de gran trayectoria vengan a grabar a Misiones y que con muchísima humildad participen de un proyecto como fue Siete vuelos, hizo que todo sea más fácil.
¿Qué sentiste cuando te convocaron para grabar Siete vuelos?
(Se ríe) Fue extraño. No se… yo soy actor de teatro y por aquel tiempo todo era incipiente en materia audiovisual. Y si bien el año anterior ya había grabado Cara Sucia (largometraje que todavía no se estrenó) con Gastón (Gularte), me tomó por sorpresa su convocatoria. Es más, mirá lo que te digo, fue así: yo estaba por hacer una función en la Sala Tempo, y Gastón estaba por hacer el registro fílmico de la obra. Entonces antes de empezar la obra, entre que acomodaba la cámara y yo que hacia un precalentamiento para salir a escena, él me dice “tengo un coprotagónico para vos. Un camionero. Pero después charlamos” así me dice. Yo le digo “dale. Un camionero. Buenísimo. Hablamos”. Después hice la obra y no supe más nada hasta casi un año después. Hasta que un día recibo un correo que me dice “Mario: mándame una foto tuya. Con barba si puede ser”. Yo le respondo “¿Es para mi el correo?”. Sí, me responde Gastón, sos Mario, el camionero.
Después nos encontramos y me contó de qué trataba y otros detalles. Después empezamos a grabar… y bueno… por suerte desde este martes 21 se empezará a pasar por la TV Pública.
¿Hiciste algún trabajo especial para representar ese personaje?
No. Mirá, como te dije recién. Soy actor de teatro, básicamente. Y así como yo, en Misiones, casi todos, por no decir todos, tenemos esa formación. Acá no hay una escuela de cine y los talleres de actuación frente a cámara recién hace unos años empezaron a llegar a nuestra provincia. Entonces, uno como actor, lo que hace es ser intuitivo en materia de cine y televisión. Es decir, el lenguaje actoral para cine y televisión difiere mucho del lenguaje actoral de teatro. Por eso casi todos, todos, lo que hacemos es poner lo mejor de nosotros y ser lo más dúctiles y versátiles posible para que el director saque lo mejor de nosotros.
Por suerte, ahora que ya se han grabado varias cosas en la provincia, las actrices y actores podemos ir fogoneándonos frente a la cámara. Eso sin dudas ayuda muchísimo.
¿Qué es lo más lindo de ser actor?
Uh… qué pregunta difícil. No creo que haya una sola cosa que sea la más linda en esto de ser actor. Pero te puedo decir que transitar este camino de la actuación me ha dado infinitas satisfacciones. Pero más allá del goce artístico y estético que uno puede sentir, la actuación me ha vuelto más sensible a las emociones humanas y me ha introducido en un viaje interno, en el cual todavía me encuentro, y me ha enseñado a ver el mundo de otra manera.
Y sin ponerme místico, te puedo decir que la posibilidad de encarnar diferentes personajes, de sumergirse en la posible vida de una persona, hace que ganes años de vida. Es decir, uno siente que se va cargando con los años de esos personajes y ni hablar si son personajes clásicos que se vienen representado hace siglos. Umberto Eco escribió un artículo, esto siempre lo cuento, que decía que leer libros alarga la vida. Bueno, yo creo que actuar también. Actuar te alarga la vida. Cuando actuamos sentimos que burlamos al espacio-tiempo, a la muerte misma. Es una forma de trascender. El trascender espiritualmente es importante, y con la actuación a conciencia, responsable, seria, tomada como oficio y trabajo, uno se acerca más esa trascendencia. Creo que me puse muy místico (risas).
Pero realmente lo creo así. Uno nunca es el mismo. Siempre estamos en constante cambio, como decía Heráclito. Y actuar te hace cambiar profunda y esencialmente.
Así que lo más lindo de actuar es actuar.
Sobre Siete vuelos
Esta comedia dramática de 8 capítulos es protagonizada por Sabrina Garciarena, José María Barrios Hermosa, Víctor Laplace, Andrea Pietra y Lito Cruz. Tiene libros y dirección de Gastón Gularte.
Clara ( joven científica exitosa) conduce un laboratorio de medicamentos hasta que la inesperada enfermedad de su madre la lleva a saber que le han mentido sobre su identidad y que su padre no es quien ella creía.
Decide entonces deja todo y sale a descubrir su pasado escondido. Viaja a Misiones y allí encuentra que Vicente, su verdadero padre, le dejó como legado un cuaderno especial en el que le indica que debe viajar por la provincia en busca de siete personas especiales. Clara acepta el desafío, aunque su padrastro y quienes le ocultaron la verdad sobre su identidad harán lo posible para que regrese al laboratorio y retome su actividad científica.
El cuaderno será la guía que la llevará a conocer a los diferentes personajes y a entrar con ellos a un mundo que le era desconocido, en el que encontrará realismo mágico, afectos profundos, compromiso social, aventuras, desafíos, pasión.
Clara vivirá una intensa transformación al descubrir la vida diversa de esta región: el río Uruguay con la pesca y los duendes de la zona de Panambí; un músico anciano cuando cae el sol y el parque está cerrado, compone y ejecuta sus melodías en las Cataratas del Iguazú a escondidas de todos; dos niñas que son muy amigas, una bien rubia, descendiente de inmigrantes polacos, y una niña guaraní que van juntas a la escuela; la dureza del trabajo en el tabacal y las consecuencias de los agrotóxicos; una curandera que gracias a la llegada de Clara descubre un «entierro de oro y plata» de la guerra de la Triple Alianza; la vida en los molinos de yerba, a los tareferos y su lucha solidaria; la búsqueda de la justicia en el cuidado de niños abandonados
El viaje llevará a Clara a descubrir que la vida va mucho más allá de lo que la rodeaba cotidianamente. Se cruzará en varias oportunidades con Mario (José María Barrios Hermosa), un joven camionero con el que comenzará una relación muy diferente de lo que la joven tenía pensado para su vida.
Siete vuelos para mi Victoria es el título del cuaderno. Victoria es el verdadero nombre de Clara. Y Vicente, un hombre con una gran historia de vida y comprometido con lo social sabe que este viaje será el mejor legado que le pueda ofrecer a su hija.