Puerto Iguazú es la puerta de entrada del turismo internacional a la provincia. El 2019 cerró con un millón 600 mil visitantes al Parque Nacional Iguazú. Si bien comenzaron a reactivar bares y cafés lo hicieron solo a un 2 %. Santiago Lucenti (32), presidente de la Asociación Hotelera, Gastronómica y Afines de Puerto Iguazú (AHGAI), avizora un panorama complejo. Recordó que los servicios de la Ciudad de las Cataratas están preparados principalmente para el turismo externo, por ende estiman que par el 2022 podrían volver a la esperada “normalidad”.
La Ciudad de las Cataratas depende casi en un 100% del turismo y especialmente el internacional. El empresario hotelero marcó que “la situación de Iguazú no es la misma a la del resto del país”, dijo y señaló que es la única ciudad de Argentina que depende enteramente de la industria sin chimenea.
En una entrevista con ENFOQUE el joven, que tiene varias empresas hoteleras a su cargo, indicó que si bien la estrategia es potenciar el turismo interno, ello no alcanza para solventar la maquinaria de servicios que tiene la ciudad preparada para más del millón y medio de turistas que llegan en un año a Iguazú. Estimó que aún cuando se active todo, el sector funcionará en un 30, 40%.
¿Cuál es la radiografía hoy con los bares que comenzaron a trabajar?
Hasta el momento se abrieron bares, cafés y establecimientos más pequeños abocados a trabajar con el público local. Los restaurantes ven inviable abrir en estas circunstancias de tener el Parque cerrado, la ADUANA y no tener vuelos. Iguazú, a diferencia de Posadas, Buenos Aires, por nombrarte algunas ciudades, trabaja al 100% con turistas. No tenemos un mercado corporativo. También tenemos una infraestructura armada para el visitante de afuera y de zona de frontera, así que para toda la infraestructura que tenemos no hay demanda.
¿En qué porcentaje se activó la actividad de bares, cafés?
No llegamos ni al 2%. Abrieron cinco bares muy pequeños, de los cuales tres son orientados a gente más grande. Iguazú está paralizada en la parte turística en un 99%. Hay cinco establecimientos que directamente cerraron definitivamente.
Considerando la situación que describe, ¿cuál es el panorama?
Nuestra situación es desesperante, si seguimos así, como parece que seguirá, muchas empresas no podrán continuar. Venimos con cuatro meses sin facturar. No pudimos cobrar las cuentas a las agencias y mes a mes los empresarios vamos acumulando deudas sin un horizonte cierto. Entendemos también que no es solamente la apertura, porque no es que abrimos y volvemos a como estábamos antes. Tendremos un año donde el 50% de las camas van a estar vacías, así que nos espera uno a dos años muy difíciles que si no contamos con la asistencia del Estado, será imposible que subsistan las empresas. Creemos que cuando se abran las fronteras, nos reactivaremos en un 30, 40%. La gran problemática será una gran cantidad de personal ocioso con grandes riesgos de despidos si no se cuenta con herramientas y apoyo del Estado.
¿Las empresas en general pudieron acceder a los créditos y ayuda del Estado?
La ayuda que estamos recibiendo en forma concreta es el 50% del pago de los salarios, después la luz nos sigue llegando con montos que no se corresponden con tener los negocios cerrados, los impuestos siguen todos vigentes. Por otra parte hubo situaciones como la de Despegar que dejó a todos los hoteles colgados, no pudimos cobrar y pedimos la intervención del Estado que hasta el momento no tenemos novedad.
¿En cuánto tiempo prevén una reactivación real?
Los especialistas a nivel internacional prevén que recién en el 2022 se podrá volver a niveles normales. Hablamos de Europa y lugares donde reciben un volumen de gente mucho mayor. Dependerá si la gente tendrá ganas de tomarse un avión y volar hasta acá. Creo que tenemos dos años donde en el sector vamos a estar trabajando para pagar las deudas que contrajimos ahora. Lo que nos ha pasado es algo tremendo y nunca antes visto.