El consumo masivo sigue sin encontrar su piso y en agosto cayó el 17,2% interanual, una de las retracciones más duras de los últimos años, según el relevamiento mensual que realiza la consultora Scentia. En julio pasado, había tenido una descenso del 16%. En tanto, si se analiza el año hasta la fecha, la caída acumulada es del 10,6%.
«Agosto presenta la retracción interanual más dura de los últimos años: -17,2% vs. el mismo mes de 2023, en la suma de los dos canales contemplados. El acumulado anual supera los 10 puntos negativos», analizó Osvaldo del Río, director de Scentia, y agregó que la caída es relativamente parecida en supermercados (-17,9%) y autoservicios (-16,5%).
Cabe resaltar que en junio del año pasado estaba vigente el programa Precios Justos en grandes superficies, una dinámica que afectaba los hábitos de consumo del sector: mientras en supermercados las ventas crecían un 14,1%, en autoservicios, donde no estaban presentes los precios bajo acuerdos con el Gobierno, declinaban un 3,2%.
En tanto, si se distingue el Gran Buenos Aires del interior del país, en agosto el consumo cayó más fuerte en las provincias: el 19,2%, si se evalúa la performance en supermercados, y el 25,2% en autoservicios. El AMBA mostró respectivamente un descenso del 16,5% en supermercados y una recuperación del 6,5% en autoservicios.
En este punto también hay que tomar en cuenta las bases de comparación: este año se perdieron las ventas en fronteras, muy importantes durante 2023 en el interior del país, particularmente en agosto de 2023 hubo una fuerte caída en los autoservicios del AMBA (-21,6%).
En cuanto a los valores, Del Río dijo que el precio promedio ponderado ya se ubica debajo del 200%, siguiendo el ritmo a la baja de la inflación. Más allá de esto, todas las canastas se contraen, algunas en mayor medida.
Si se mira el comportamiento tanto en supermercados como en autoservicios, alimentación declinó el 12,4%; bebidas con alcohol, -24,3%; bebidas sin alcohol, -24,7%; desayuno y merienda, -14,4%; higiene y cosmética, -20,1%; impulsivos,- 27%; limpieza de ropa y hogar, -15,9%, y perecederos, -9,4%.
Fuentes de un supermercado que pidieron reserva dijeron que ven la misma situación a nivel de todo el mercado, pero que su realidad es diferente porque redoblaron esfuerzos para evitar esas caídas con promociones, descuentos especiales, más días de ofertas, miles de productos rebajados semana a semana, promociones con billeteras digitales en días especiales y toda una batería de medidas. «Otros no han activado estos esquemas tan rápido como nosotros o con tanta fuerza, entonces están cayendo fuerte», opinaron.
Por su parte, fuentes de la Asociación de Supermercados Unidos dijeron que en las grandes cadenas de esa cámara el mes a mes está mejorando, levemente, pero sin retroceso. Y en cuanto a la medición interanual, sí juzgaron que hay una caída muy fuerte, pero porque se venía de un agosto de 2023 de muchísimo consumo, estimulado por Precios Justos, los bonos post-PASO y la eximición de pagar el impuesto a las ganancias para trabajadores, jubilados y pensionados si ganaban hasta $1.700.000.
«En la medida en que se mantengan las condiciones actuales, podemos seguir en esta senda de que cada mes sea un poquito mejor que el anterior», cerraron.
Qué se resignó
De acuerdo con el estudio de social mood del consultor Fernando Moiguer, en agosto el 52% de los encuestados consideraban que la capacidad de consumo de su hogar era peor o mucho peor que la de un año atrás. En tanto, el 69% consideraba que los ingresos de su hogar estaban por debajo de la inflación, el 52% tenía deudas contraídas, el 55% debió utilizar ahorros para pagar gastos del presupuesto cotidiano, el 45% sumó horas de trabajo (en el actual o en uno nuevo) o comenzó un emprendimiento propio para generar más ingresos, y el 59% declaraba que en alguno de los últimos meses se quedó sin dinero y no pudo llegar a fin de mes.
En este sentido, ocho de cada 10 personas dijeron que reemplazaron primeras marcas por marcas más económicas/segundas marcas para hacer rendir el presupuesto, y este comportamiento afectaría a casi todos los rubros de consumo. El 72% de los consultados dedican al menos una hora a la semana a buscar promociones y mejores precios para planificar las compras del hogar, y el 76% declaró que llega estresado a fin de mes “por tener que estar calculando y corriendo detrás de promociones, cuotas, reintegros de apps o tarjetas”.
Siguiendo con la encuesta, el 74% dijo que debió restringir algún gasto para achicar presupuesto, como hacer un asado (54%), comprarse ropa (50%) y salir a comer afuera (46%). Y si se compara el recorte de gastos de 2024 respecto del año pasado, el 91% de los consultados redujeron la frecuencia o eliminaron la posibilidad de tomarse un taxi o auto de app; el 86% dejó de comprar golosinas/chocolates; el 80% resignó tomar un helado o un café; el 75% discontinuó actividades deportivas; el 68%, servicios de streaming; el 66%, el uso del auto o la moto; el 59%, el uso de celular (prepago/factura); el 55%, la medicina prepaga; el 54%, el uso de transporte público; el 49%, el servicio de internet en el hogar; el 48%, la compra de medicamentos, y el 41%, el colegio de sus hijos.
Por último, el estudio preguntó por los consumos clásicos de la clase media y el 17% no pudo comprar carne para comer al menos dos veces por semana; el 36% se vio imposibilitado de hacer frente a un gasto imprevisto de hasta $30.000; el 45% no pudo mantener los gastos del auto; el 55% no pudo pedir delivery una vez por semana, y el 70% no pudo comprar/reponer un electrodoméstico.
Fuente: La Nación