La verdad es la siguiente: Misiones es hoy la octava economía del país. Es decir, el movimiento económico provincial generado por grandes, medianos y pequeños, desde plantas fabriles a kioskeros, genera un movimiento tal que nos posiciona en el primer grupo de jurisdicciones junto con Caba, o provincias como Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y Santa Fe.
Medible por su facturación, ese movimiento económico no solo creció en lo cuantitativo, sino además, y desde la órbita que nos importa, cualitativamente por los impuestos incluidos en cada una de ellas -las facturas y tickets- y que nos han permitido recaudaciones récords año tras año.
Lograrlo no fue tarea de un día para el otro. Ni algo fácil. Ni de una persona en particular.
Fue un proceso de más de una década, políticas de Estado y de gobierno, encaradas para el desarrollo provincial. Pero fundamentalmente, fue por el trabajo y el sacrificio de todos y cada uno de los misioneros.
Que se facture más no sólo implica mayores y mejores negocios, significa además que hemos trabajado duro -como lo hacemos diariamente- en pos de acabar con la marginalidad, y de la misma forma que un empresario o un simple local comercial paga sus impuestos, lo hagan todos.
Se acabó la vía libre para camiones fantasma, para mercadería “sin dueño” para lo “trucho”. Ser la octava economía del país implica, en consecuencia más recaudación y ser la octava jurisdicción que más aporta al Estado Nacional.
Pero de las 24 jurisdicciones que tiene nuestro territorio nacional, no somos la octava que más recibe. Misiones no recibe acorde a lo que aporta.
De acuerdo a lo que recibimos de Nación somos la número 17 en números reales y concretos.
Pero podemos incluso ir por más, podríamos especular con variables en la cuantificación porcentual y considerar otros números.
Por ejemplo, considerar la población y ver cuál es el monto per cápita que recibe Misiones (a través de la Coparticipación)… ahí estamos peor, ocupamos el puesto 19. Y solo por debajo de Santa Fe, Mendoza, Córdoba, Buenos Aires y Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba)…
Irónicamente con una densidad de población en cada una de ellas que multiplica por varios a la nuestra. Es decir, aún estando por debajo de Misiones, reciben anualmente miles de millones más.
Probemos entonces de considerar la Coparticipación con relación a la superficie que ocupa Misiones en total país y la población que tiene. Somos la 21 en superficie hay sólo tres más chicas, pero Misiones es la cuarta en densidad de población (un detalle: después de Caba y La Plata, Posadas es la tercera ciudad de mayor población por kilómetro cuadrado), más de 50.000 millones de pesos aportados a la Nación desde el ´87 al 2016.
Y no salimos a sacarle recursos a nadie. Atravesamos la década del ´70 con infraestructura para todo el país menos -por cuestión geopolíticas, para Misiones- haciendo lo poco o mucho que se hizo con fondos propios y cero pesos ($) del Estado Nacional.
Soportamos el pago de una deuda externa que financió obras para todos menos para Misiones.
Misiones aporta al país sus recursos, pero recibe del Estado no más del 16 por ciento de lo que aporta, con lo que ni siquiera se cubre lo que marcan las normas vigentes.
En síntesis, se mire como se mire, aportamos como top ten, contribuimos en la gran mesa nacional con parte del plato principal y somos además la frutilla del postre, pero recibimos apenas parte de una pequeña “propina”.
¿Quién se queda con algo que es propio? ¿Quién le debe a quién?
Se habla -y demasiado- de grandes reformas. De errores del pasado a reparar y mil cosas más, pero guarda que no sea mejor y nos terminemos ordenando como manda la constitucionalidad y nos devuelvan nuestras facultades delegadas.
El 100 por ciento de nuestros impuestos. Allí veremos más claro y eficaz quien hace los deberes y quién no.
Este es el tiempo para que con gobernabilidad se corrijan las injusticias y se ordenen los números y lograr abaratar costos fiscales y cumplir de una vez y para siempre con las economías regionales. Lograr una República verdaderamente federal. Nos debemos con responsabilidad la distribución de los recursos de todos y en forma equitativa. O las grietas serán más marcadas todavía.
Escribe Miguel Arturo Thomas, Director General de Rentas de Misiones
Artículo publicado en el edición N° 32 de Revista ENFOQUE