El proyecto de “Ley de Educación Emocional de la Provincia de Misiones”, fue presentado por la diputada provincial María Inés Rebollo, junto con el presidente de la Cámara de Representantes, Carlos Rovira, y se encuentra en estudio en la comisión de Educación de la Legislatura misionera.
Rebollo expuso el pasado jueves, en conferencia de prensa, los alcances del proyecto. Estuvo acompañada por el psicólogo especialista en la temática, Lucas Malaisi.
La educación emocional es una estrategia educativa, que tiene por objetivo mejorar la calidad de vida de las personas, a partir del desarrollo de las habilidades socio-emocionales.
“De aprobarse la normativa, se establecerán en el sistema educativo provincial, las bases y principios de la educación emocional de forma transversal y obligatoria en cada espacio curricular”, explicó Rebollo.
Y adelantó que “del mismo modo, se espera incluir en todos los niveles educativos la asignatura titulada Educación Emocional”.
La legisladora considera que “se pueden desarrollar las habilidades y competencias emocionales primero en el seno de la familia, en la escuela, la comunidad y en la sociedad; y en esta última, hablamos de las empresas, los clubes, las iglesias y otros espacios”.
“La educación emocional tiene que ver con el autoconocimiento –precisó-, con la gestión de las emociones, el autocontrol, en síntesis, con una autoestima positiva firme y segura a partir de la que podemos entrar en buena relación con los demás”, contó la diputada.
Del procedimiento legislativo detalló que, durante el tiempo de estudio del proyecto, que se desarrolla en comisión, “se apuntará a incorporar los aportes de distintos sectores de la sociedad”.
A su turno, Lucas Malaisi, versado en la materia, de vasta experiencia, múltiples publicaciones y colaborador en diferentes legislaturas provinciales para impulsar incorporaciones de este tipo, indicó que “se habla de estrategia educativa y no desde una perspectiva terapéutica”.
“La idea aquí no es que los docentes hagan terapia con los alumnos, sino que les enseñen a gestionar sus emociones, esto es, así como los chicos reciben en la escuela educación sobre historia, geografía o educación física, tengan un espacio más donde poder aprender a reconocer, expresar y gestionar sanamente sus emociones”, dijo.
Entre los resultados esperables a partir de esta práctica, mencionó la posibilidad de “disminuir las conductas sintomáticas como el consumo de drogas, intentos de suicidio, bullying, violencia, depresiones, trastornos alimenticios como la anorexia, bulimia, entre otras dificultades”.