En una jornada de debate, legisladores del Movimiento Evita dieron impulso en el Senado al proyecto de ley de Emergencia Alimentaria, elaborado en conjunto con organizaciones sociales, que entre otras cosas duplica las partidas presupuestarias destinadas a comedores y merenderos, y busca garantizar niveles de nutrición adecuados.
La iniciativa fue presentada a principios de agosto en la Cámara de Diputados con respaldo de otros bloques de la oposición, y este lunes volvió a levantar vuelo en una poblada jornada en el Salón Azul de la Cámara alta, con representantes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Barrios de Pie y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), las tres organizaciones que nuclean el reclamo.
Del encuentro participaron los senadores Juan Manuel Abal Medina, Beatriz Mirkin (PJ-FpV) y Fernando “Pino” Solanas (Proyecto Sur), Lucila “Pimpi” Colombo (sindicato de Amas de Casa) y los dirigentes de la CTEP Juan Grabois y Gildo Onorato, además de los diputados del Movimiento Evita Leonardo Grosso y Lucila De Ponti.
“Es una paradoja y un disparate que en un país con capacidad para producir alimentos para 400 millones de personas, aumente cada vez más la desnutrición y la malnutrición”, señaló Abal Medina, y recordó que el proyecto recoge “el mismo espíritu” de la Ley de Emergencia Social, ya sancionada y en plena implementación.
En el mismo sentido, Solanas manifestó que “sorprende que en un país al que se conoce en el mundo por ser una gran fábrica de alimentos, estemos tratando de que salga una ley que enfrente el verdadero genocidio alimentario que vive entre el 6 y el 7% de la población en Argentina”.
“Pino” denunció una “falta de voluntad política” por parte de los gobiernos de turno y llamó la atención además sobre la falta de controles para evitar la contaminación de verduras y hortalizas destinadas al consumo cotidiano. “No hay democracia posible sin soberanía alimentaria”, resumió.
Por su parte, Grabois sostuvo que a pesar de tratarse de una “emergencia”, el proyecto “contiene planteos de fondo”, que tienen que ver con la producción de alimentos -a través de una “revalorización de la agricultura familiar”- y su distribución.
El dirigente, cercano al papa Francisco, vinculó la iniciativa al reclamo de la comunidad mapuche donde se enmarca la desaparición de Santiago Maldonado, al indicar que el joven “estaba bancando los trapos frente a los que quieren despojar a los indígenas de sus tierras para el agronegocio”.
También estuvieron en la charla-debate la coordinadora de la Cátedra Libre de Soberanía Alimentaria de la Facultad de Medicina de la UBA, Miryam Gorban; la coordinadora de Salud Colectiva de Barrios de Pie, Laura Lonati; y los investigadores del CONICET Fernando González y Pablo Chena.
El proyecto apunta a garantizar los requisitos nutricionales de niños y jóvenes para una alimentación completa y saludable, duplicando las partidas destinadas a comedores y merenderos y creando una Canasta de la Economía Popular (CAEP) para familias en situación de vulnerabilidad, lo que significa en principio una reasignación presupuestaria por 10 mil millones de pesos.
También se busca en paralelo concretar controles de salud y educativos para prevenir casos de desnutrición infantil, y se promueve el desarrollo de pequeños productores y agricultores familiares para satisfacer esa demanda de alimento.
Fuente: Parlamentario