Mientras acaba de convocar a sesiones extraordinarias en el Congreso, el presidente Javier Milei busca aprovechar el espaldarazo de las urnas del domingo último para apretar el acelerador que le permita concretar, entre otros objetivos, las privatizaciones de algunas empresas públicas, un objetivo que no pudo alcanzar en su primer bienio de mandato, y que le permitiría robustecer el Tesoro con más de U$S600 millones.
El jefe de Estado considera además que la Argentina debe sacar provecho del fuerte respaldo de los Estados Unidos al programa económico, que podría convertirse en un incentivo para que compañías norteamericanas inviertan en el país.
El tema es seguido de cerca por la cámara de comercio estadounidense en la Argentina, la influyente Amchan, desde donde consideran que hay oportunidades concretas para que compañías norteamericanas avancen con inversiones en sectores como petróleo y gas, minería, servicios y energías renovables, entre otras.
La entidad dijo que el país «necesita mejorar su competitividad, modernizar su infraestructura, simplificar su sistema tributario, adecuar las normas sobre las relaciones laborales modernas e impulsar la formalidad laboral y fiscal».
Privatizaciones en la mira: Javier Milei ordena números de empresas públicas
Como fuerte incentivo para las privatizaciones, el Gobierno puede exhibir que la mayoría de las empresas públicas lograron una mejora en su resultado financiero.
Algunas cerraron el primer semestre del año con saldos superavitarios. Parte de esa mejora en los números se debe a que las compañías en manos del Estado se desprendieron del 12% de sus planteles laborales. Esto forma parte de los 370 mil despidos que hubo desde que gobierna Javier Milei, 70 mil de los cuales fueron en la esfera pública.
Las que perdieron más plata fueron Enarsa, que gestiona el pago de importaciones de GNL; y Trenes Argentinos, que afronta los salarios de más de 20 mil empleados.
En cambio, AySA, Nucleoeléctrica Argentina, la Administración General de Puertos, el Correo Argentino y Aerolíneas Argentinas, exhibieron resultados positivos, y hacia allí Milei apuntaría los cañones a la hora de iniciar las privatizaciones.
El total de 32 empresas públicas que monitorea la Secretaría de Hacienda mostró un superávit de $109.200 millones en el primer semestre del año, cuando en el mismo período del 2024 había sufrido un desequilibrio de $70.500 millones.
Las próximas privatizaciones del Gobierno
Las empresas que Milei buscará privatizar a más tardar en el primer trimestre del 2026 son Enarsa, Nucleoeléctrica, Yacimientos Carboníferos Río Turbio, Intercargo, AySA, Trenes Argentinos, Belgrano Cargas y Corredores Viales. A estas ocho se suma el Correo Argentino, cuyo rol en el procesamiento de los votos en la última elección fue destacado en la noche del domingo por el jefe de Gabinete, Guillermo Francos.
Como punto a favor, Nucleoeléctrica Argentina, Corredores Viales e Intercargo arrojaron resultados positivos en el primer semestre.
Y en caso del Correo Argentino, logró un saldo favorable de casi $80.000 millones en el primer semestre.
En cambio, tuvieron déficit financiero Enarsa (-$ 64.500 millones), AySA (-$ 53.500 millones), Trenes Argentinos (-$ 39.600 millones), Belgrano Cargas (-$ 10.350 millones) y Yacimientos Carboníferos Río Turbio (-$ 7.270 millones).
La mejora en el resultado financiero de las empresas públicas responde en buena medida al cierre positivo de la Administración General de Puertos (AGP), que tenía una pérdida de $82.000 millones y fue disuelta, ya que todas sus obligaciones pasaron a la Agencia Nacional de Puertos y Navegación.
Al segundo trimestre del año, las empresas públicas empleaban a 75.200 personas, un 10% menos que las 83.700 que formaban parte de su personal un año atrás.
Trenes Argentinos es la empresa con más empleados, unos 21 mil, seguida por el Correo Argentino, con 12 mil, Aerolíneas Argentinas, con 10.100, y Aysa, con 6.200.
¿Aysa vuelve a manos privadas?
Como ocurrió en los 90, la proveedora de agua y cloacas Aysa que provee servicios a la ciudad de Buenos Aires y el conurbano, podría pasar a manos privadas, y habría varios interesados.
A favor de esa operación jugaría el escenario de menor volatilidad que se espera tras el resultado favorable al gobierno en las legislativas del domingo.
Además, el Poder Ejecutivo apurará en noviembre las licitaciones de contratos de concesión sobre activos estatales, incluidas las represas hidroeléctricas del Comahue, las rutas nacionales, los trenes de cargas y la gestión de la Hidrovía sobre los ríos Paraguay y Paraná, clave para impulsar las exportaciones y donde Estados Unidos y China tienen los ojos puestos.
Este 7 de noviembre vencerá el nuevo plazo para que las generadoras eléctricas presenten sus ofertas para contratos sobre las cuatro represas hidroeléctricas que están en el río Limay, entre Neuquén y Río Negro. Con eso, el Gobierno espera sumar entre 500 y 700 millones de dólares.
Y también en noviembre se abrirá la licitación para privatizar ferrocarril Belgrano Cargas, central para sectores como la minería con intereses en Salta y Catamarca.
Se espera, además, que antes de las fiestas de fin de año finalmente se difunda los pliegos para la concesión de la Hidrovía, en lo que sería un segundo intento tras el fallido acto de principios de año.
Para fines de noviembre se esperan, además, novedades sobre la entrega del corredor, que incluye las rutas 12 y 14, y el puente Rosario–Victoria. Hay seis consorcios interesados: Autovía Construcciones y Servicios (Grupo Cartellone), Obring, Rovial, Edeca, Pitón y Pietroboni (Red Federal de Concesiones Viales), Benito Roggio e Hijos, Panedile Argentina, Rovella Carranza y Coyserv, empresa cordobesa dedicada a obras de ingeniería de gas y petróleo.
Fuente: Iprofesional








