La obra reúne un trabajo de investigación histórica sobre la vida del héroe misionero, Teniente 1º Roberto Néstor Estévez, a quien se concedió, post mortem, la Cruz al Heroico Valor en Combate. Estévez nació en la ciudad de Posadas, y falleció a los 25 años, el 28 de mayo de 1982 en la Batalla de Pradera del Ganso.
El libro se nutre de entrevistas realizadas por su autora, Marisa Bisceglia, a los familiares, amigos, y camaradas de armas del soldado, quienes aportaron datos y documentación; en especial su tío, el escribano jardinense Julio Benítez Chapo quien lo llamaba “Toto”; y Marta Beatriz López, su novia, desde el Colegio Militar de la Nación hasta su fallecimiento.
La presentación fue realizada por la escritora; junto con la diputada provincial Mabel Pezoa; el ministro de Desarrollo Social, Lisandro Benmaor; el general de Brigada Monte XII, Juan Antonio Zamora; y la hermana de Roberto Estévez, María Julia Estévez.
Mabel Pezoa agradeció la presencia a los representantes de la Prefectura, Gendarmería, Servicio Penitenciario, Ejército, Armada Argentina, y a los referentes de organizaciones públicas, privadas, personalidades, y familiares y amigos del Teniente que asistieron al encuentro.
Recordó que desde que comenzó en 2014 con el programa “Quiero ser, Quiero estar” que acompaña a jóvenes aspirantes a ingresar al Ejército, tomó mayor conocimiento sobre el Teniente Estévez a quién expresó agradecimiento por “dar la vida por nosotros, y por reivindicar siempre a la familia y los afectos”.
Dar visibilidad al héroe, es una forma de “contarle a los jóvenes que hubo un misionero que murió en Malvinas por un sueño; fue un soldado feliz de conducir a sus hombres, convencido del deber a cumplir”, reseñó.
Asimismo la autora del libro, Marisa Bisceglia, manifestó que la obra versa sobre “un ejemplo misionero, un soldado que lo único que hizo es ser coherente con lo que pensaba y entregarse por la Patria”.
A su turno, la hermana de Estévez aseguró que “él es un modelo a seguir por toda la juventud: fue un chico común, pero siempre tuvo firme qué quería hacer y cómo”, recordó.
Rescató que Roberto Estévez era “un muchacho alegre, buen amigo y hermano; para él la familia era la base de todo”.
Del mismo modo, el General Zamora consideró la magnanimidad del soldado, y expuso consideraciones sobre el paso de Estévez por el Ejército. “Es un ejemplo para cada uno de los que vestimos el uniforme: sus actos hablan por sí solos”.