A medida que la tasa de vacunación contra el Covid-19 cae en picada, en coincidencia con un aumento de casos positivos en la Ciudad de Buenos Aires durante las últimas tres semanas, los expertos advierten sobre la necesidad urgente de actualizar los esquemas de vacunación, especialmente en grupos vulnerables como niños y adultos mayores.
Las últimas cifras del Registro Federal de Vacunación Nominalizado (Nomivac) son alarmantes: se registró una caída fuerte en la cantidad de dosis aplicadas, pasando de 89.990 en junio a cerca de 45.000 en agosto. A esto se suma la información del Boletín Epidemiológico Nacional, que revela que más de 10 millones de adultos mayores de 50 años todavía no han recibido un refuerzo de la vacuna en los últimos seis meses, un requisito fundamental para mantener una inmunización adecuada.
«La implicancia de la caída de la vacunación es que tengamos más riesgo de que, a partir de la circulación el virus de Covid-19, tenga mayor impacto en la salud de esas personas. Al estar desprotegidos, sobre todo los que tienen indicación precisa como los adultos mayores, los grupos de riesgo y los niños, tendrán mayor riesgo de contraer la enfermedad», explica el Doctor Ricardo Teijeiro, médico infectólogo del Hospital Pirovano.
Teijeiro recuerda que actualmente en nuestro país el esquema de vacunación es para mayores de 50 años, cada seis meses un refuerzo, y los menores que tengan preexistencias, también. Para el resto de la población, la indicación es vacunarse contra el Covid-19 una vez por año. «Lo que estamos viendo es que el virus continúa circulando y la cepa va yendo de un lado a otro de acuerdo al movimiento de la población. Pero la circulación viral es durante todo el año porque este virus no distingue estacionalidad», advierte Teijeiro.
«La protección de la vacuna es contra el virus que está circulando. Pero es un virus que muta mucho y muy rápido. Entonces, es muy probable que a medida que van cambiando las características del virus disminuya la protección. Por eso las vacunas han ido modificando su diseño», explica el infectólogo sobre la importancia de la actualización de mantenerse actualizado con las dosis de la vacuna.
La situación se torna aún más crítica en niños y adolescentes porque se estima que un número considerable no ha recibido ni siquiera la primera dosis. En este segmento, la Argentina había logrado cierto éxito inicial al posicionarse como uno de los primeros países en garantizar la vacunación pediátrica. En este sentido, hace pocos meses, un estudio publicado en la revista Vaccine, realizado por expertos argentinos, demostró la efectividad de la vacuna en la reducción de la mortalidad por Covid-19 en niños y adolescentes durante el 2022. Está probado que cuando se completa el esquema básico y los refuerzos, que actualmente son aproximadamente uno por año para pediatría, se protege contra las formas más graves de la enfermedad.
El aumento de casos no es un fenómeno exclusivo de Argentina y mucho tienen que ver las campañas de desinformación y cierto “hartazgo” por el impacto que la enfermedad tuvo en las sociedades y en la economía. Por supuesto, estos sentimientos no hacen ni que la enfermedad desaparezca ni que los efectos del Covid-19 prolongado sean más leves. Estados Unidos, por ejemplo, atraviesa su peor ola de contagios en dos años, una situación enteramente atribuida en parte a la baja tasa de vacunación (solo el 22% ha recibido la versión más reciente).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) también emitió una advertencia sobre el resurgimiento del virus a nivel global, señalando la insuficiente cobertura de vacunación como un factor clave.
Fuente: C5N