El precio del petróleo siguió en ascenso ayer en el mercado internacional: el WTI de EE.UU. cerró a u$s58,02 , la cotización más alta desde el 30 de junio de 2015, y el Brent de referencia para la Argentina sumó un 1,08% para cerrar en u$s63,29. La diferencia entre este valor y el del 20 de octubre, con el que se determinaron los precios vigentes de los combustibles al público, llegó así al 9,3%. Por esa razón, una fuente de YPF dijo ayer que la empresa está analizando aplicar una nueva suba en los surtidores.
El alza en la cotización del petróleo se suma a una reducción de la rebaja que tuvo el bioetanol el 1 de este mes y que dos días más tarde había originado una disminución del 1,5% en el precio de las naftas. El recorte de la rebaja rige desde ayer tras una resolución del Ministerio de Energía que corrige la anterior. Estos dos factores presionan para un nuevo aumento en los combustibles en el contexto de desregulación del mercado vigente desde el 1 de octubre.
La fuente de YPF indicó que «antes de producir una modificación en los precios queremos evaluar todas las variables de la estructura de costos del combustible». Y agregó «tenemos también la intención de reducir las continuas oscilaciones de precio a los consumidores, en este caso motivada por un cambio de resoluciones», en relación al etanol.
La misma fuente cuestionó el mercado de los biocombustibles por considerarlo «un mercado cerrado, constituido por un pequeño grupo de empresas subsidiadas por los consumidores, que pagan mayores precios en los combustibles, y por el Estado nacional a través de exenciones impositivas». Indicó también que según un informe del Ministerio de Agroindustria de septiembre, el precio del etanol en base a caña de azúcar en la Argentina es aproximadamente un 90% más caro que en Brasil y un 53% superior si se considera el que se produce con maíz.
Para la petrolera controlada por el Estado, el etanol en la Argentina es también «marcadamente más caro que su equivalente en naftas». La fuente también dijo que «el consumidor debe beneficiarse de esta apertura y esta competencia, donde el objetivo final es que los clientes reciban productos finales de alta calidad y a precios regionalmente competitivos».
Este trascendido de YPF no sólo marcaría un reclamo por el valor del etanol, parece indicar un malestar mayor que se debería a que el gobierno desreguló el mercado de combustibles pero está restando espacio a la empresa y a las otras refinerías para trasladar lo que ocurre en el mercado internacional a los usuarios argentinos.
En ese sentido, hay que considerar que dentro de la reforma tributaria se incluye un nuevo impuesto sobre las naftas y el gasoil por la emisión de dióxido de carbono. Además, el proyecto oficial desconoce el reclamo hecho tanto por el titular de YPF, Miguel Gutiérrez, como por el de Shell, Teófilo Lacroze, sobre una modificación en el impuesto a los combustibles de modo que el gravamen subiera cuando baja el precio del internacional, y bajara cuando sube, como está ocurriendo ahora.
Por el contrario, la propuesta de Hacienda es establecer una suma fija por el impuesto que se mantendrá constante por un período de tiempo todavía no determinado, con lo que solo se evitará que el gravamen suba en pesos cuando aumenta el combustible.
Dicho de otra forma, para YPF trasladar el alza en la cotización internacional a los surtidores argentinos se complica por el valor de los biocombustibles y por la carga impositiva que será más alta y no más baja en el próximo año. Y esto estaría creando un cortocircuito de la petrolera con algunos ministros, aun cuando otras medidas como el aumento del gas la benefician.
Fuente: Ámbito Financiero