A la espera del cambio de condiciones que convertirían las tormentas en un ciclón bomba invernal con fuerza de huracán, numerosas localidades estadounidenses ya sufrieron fuertes nevadas que alcanzaron niveles históricos.
Al menos 17 muertes ya fueron atribuidas a las bajas temperaturas que durante días se han apoderado de una franja de Estados Unidos que va de Texas a la región de Nueva Inglaterra.
La ola de frío polar ya puso a más de 40 estados del país con temperaturas de -20º celsius y obligó la cancelación de miles de vuelos.
En Savannah, Georgia, la nieve cubrió las exuberantes plazas del centro de la ciudad y se acumuló en las ramas de los robustos robles por primera vez en casi ocho años. Una gran cantidad de coches y camiones se han quedado atrapado en las carreteras de la zona, donde han declarado el estado de emergencia.
Tallahassee, la capital de Florida, amaneció el miércoles con 2,5 milímetros de nieve, la primera medición significativa desde 1989, según el Weather Channel. Aunque las temperaturas no se pueden comparar con las que se están registrando más al norte, para los floridanos, que prácticamente no conocen más frío que el del aire acondicionado ni están preparados para soportarlo, las que marcan los termómetros en algunas zonas del estado (entre 4,4 y -1,1 grados Celsius) asustan.
Las alertas de tormenta invernal están vigente desde la región del parque nacional Big Bend, en la Costa del Golfo de Florida, hasta el norte del país en la costa del Atlántico. Los meteorólogos indicaron que los vientos huracanados que azotaban a la región podrían generar oleaje de hasta siete metros.
En Charleston (Carolina del Sur), la nieve superó los 10 centímetros, convirtiéndose en el tercer mayor registro histórico para la ciudad, cuyo récord fue en 1938. «No conduzcas si no tienes que hacerlo, sólo si es absolutamente necesario», pidió el gobernador Henry McMaster.
En tanto, las autoridades de Nueva York anunciaron medidas especiales. «Nos está llegando una fuerte tormenta, con condiciones muy peligrosas», afirmó el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio. Las previsiones meteorológicas indican que el impacto más fuerte se sentirá en Long Island, al este de Manhattan, y en partes de la costa de los estados vecinos de Nueva Jersey y Connecticut. En principio, el máximo de nieve que caerá llega a 30 centímetros en algunas zonas, aunque las proyecciones pueden cambiar rápidamente.
El gélido cóctel invernal podría causar grandes cortes de electricidad y helar la superficie de las carreteras, complicando la movilidad de millones de estadounidenses, informó el Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) en una serie de advertencias.