Juan camina despacio por el parque, toma una rama del arbusto que roza y lo muestra: “Esto fue el eje del crecimiento y de la cultura original. La yerba mate”, dice y se acerca a un fogón donde -como si fuera al spiedo- seca esa rama hasta que las hojas quedan más duras y en una ollita pone azúcar y una brasa al rojo vivo. Luego agua y aquellas hojas. La infusión, hoy distinguida como bebida nacional por su importancia cultural, es el mate.
La tarde cae, la selva misionera aumenta de tamaño con las sombras y el protagonista es Juan Manuel Zorraquín, mentor de la Posada Puerto Bemberg en Puerto Libertad, un hospedaje de los años 40 junto al río Paraná donde esta pequeña “experiencia” logra aunar la historia, la tradición y la cultura de toda la región que une a la Argentina, Paraguay y Brasil.
La tarde cae, la selva misionera aumenta de tamaño con las sombras y el protagonista es Juan Manuel Zorraquín, mentor de la Posada Puerto Bemberg en Puerto Libertad, un hospedaje de los años 40 junto al río Paraná donde esta pequeña “experiencia” logra aunar la historia, la tradición y la cultura de toda la región que une a la Argentina, Paraguay y Brasil.
La tendencia en el turismo mundial es el consumo “verde”, dicen desde Rainforest Alliance, al tiempo que las producciones orgánicas, entre otras actividades como el turismo, son la elección del 95 por ciento de los consumidores cuando se les ofrece conocer emprendedores que trabajan con prácticas sostenibles.
En este marco la ONG organizó una semana de travesía por el corredor verde de Misiones con un equipo conducido por el especialista en Turismo Sostenible y Aseguramiento de Calidad de Rainforest Alliance, Saúl Blanco (Ecuador), y la gerente de Comunicaciones para América latina, Milagro Espinoza. “Lo importante de lo que hacen los misioneros por la conservación de la biodiversidad y sus prácticas empresarias es que hay ejemplos que son particulares en relación con los trabajos que tenemos en Latinoamérica”, dice Saúl Blanco, mientras Milagro Espinoza apunta que “la idea de la conservación de los bosques, por la cual se conoce a Rainforest, no es solo para contemplarlos sino para que se comprenda que muchas personas y comunidades los necesitan para vivir. Y con un manejo adecuado pueden resultar un medio de vida, con un desarrollo sostenible”.
Los últimos años lo “sustentable” fue eje en discursos globales. En 2017 la Organización Mundial del Turismo (OMT) lo fijó como lema y fue el año del Turismo Sustentable, pero es posible que muchos se pierdan el esfuerzo y los logros que se transitan desde el concepto hasta su aplicación.
Los esfuerzos misioneros por lograr un impacto positivo se apoyan en el turismo, una de sus principales bases económicas junto con la foresto-industrial y la producción de yerba mate. Un pilar fundamental en el último reducto de la selva paranaense o bosque atlántico interior que Misiones comparte con Paraguay y Brasil, y que a nivel global está inmerso en los desafíos de lograr la reducción de la huella de carbono y aminorar el cambio climático en acuerdo con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) rumbo a 2030.
Lejos de lo global y a nivel local, Amérian Hotel Portal de Iguazú; la operadora de Turismo Cuenca del Plata; El Pueblito Hotel Temático; Aldea Lodge; Hotel Saint George, Iguazú Jungle Lodge e Iguazú Jungle Explorer (prestadora de servicios del PN Iguazú) todos en Puerto Iguazú junto con Puerto Bemberg Lodge de la Selva (de Puerto Libertad); Moconá Virgin Lodge y Yucumá Lodge, de la reserva de la biósfera Yabotí en El Soberbio; y Tacuapí Lodge, de la localidad de Aristóbulo del Valle (donde se encuentra el Parque Provincial Salto Encantado), comparten el esfuerzo y registran los más altos estándares de sostenibilidad.
PASO A PASO Recorrer el Parque Nacional Iguazú es un lujo de la naturaleza. El área protegida ostenta un récord de visitantes, que en 2017 superó el promedio anual con más de 1,4 millones de personas. Allí las excursiones, senderos, avistajes y recorridos son parte del atractivo, que tiene su espectáculo mayor en la visita a la Garganta del Diablo. Desde la prestadora de servicios Iguazú Jungle Explorer se desarrolló el mayor plan de educación ambiental: el Programa de Educación en la Sostenibilidad de la Separación de Residuos en Escuelas de Iguazú es una experiencia única desde el sector privado, en la que participan una veintena de empresas. Se desarrolla en las 26 escuelas primarias de Puerto Iguazú, es decir en todas: privadas y públicas, incluyendo las rurales.
“Son las bases para lograr una separación pública diferenciada”, dice el coordinador de Iguazú Jungle, Ariel Soria, mientras brinda un taller en la escuela 711 de Puerto Iguazú junto con su equipo y los chicos.
Una de las críticas más fuertes a la industria del turismo es precisamente la generación de residuos: por eso la importancia de que en esta ciudad turística junto a las Cataratas más de mil alumnos hayan participado de los talleres de capacitación el año pasado, y que se hayan capacitado más de 40 voluntarios de empresas del sector en una provincia que genera 521 toneladas de basura por día. El destino en sí mismo genera 70 toneladas por día (de 120 a 130 en temporada alta): y solo se recicla un tres por ciento en la única planta de reciclado y transferencia de las 2000 hectáreas que abarca Puerto Iguazú.
Así surgió este programa, para generar la conciencia familiar y de toda la población. Los chicos pudieron conocer el basural, realizar prácticas de separación en sus casas y hasta desarrollar un compost propio en la escuela con la premisa de las tres R: “Reducir, reciclar, reutilizar”.
Un viaje por la selva misionera también se convierte en una experiencia de aprendizaje, porque desde las toallas hasta los cestos para separar ayudan a cumplir con un ritual que puede transformar un destino en un sitio más amigable con el ambiente. Ni hablar de las botellitas de plástico que pululan en todos los rincones del mundo.
Mientras tanto aquí en Puerto Iguazú otro de los microemprendimientos que permiten entender lo sustentable comienza con el trago de bienvenida en un hotel cinco estrellas como el Amérian Portal del Iguazú. Se trata de un vaso más grueso que los habituales, sin diseño exclusivo pero de gran utilidad. Lo encontrará en los jugos de refrescos del desayuno, el bar, el restaurante, la piscina y hasta en su habitación. La idea la desarrollan dos empleadas del lugar, Analía Benítez y Emilia Hirt, en tanto el gerente Sebastián Skuarek les coordinó el apoyo con un taller ubicado en el mismo hotel y un horno especial. Allí funden los vidrios de las botellas de descarte y hacen vitrofusión ornamental y utilitaria, como estos vasos que se reutilizan en el servicio. En este destino resultan 700 kilos mensuales de botellas de vidrio.
Además de las nuevas habitaciones ecológicas que están de estreno con aprovechamiento de energía solar, lámparas led y la utilización del agua de lluvia, el hotel se jugó por la instalación de una caldera que funciona con los pellets elaborados con biomasa forestal, en la vecina Wanda. Un cambio sustentable que aporta además la compra inteligente a proveedores que se unieron al concepto sustentable.
El paso por la costanera está de estreno junto al hito de las tres fronteras, que al atardecer también estrena un espectáculo de luz, sonido y agua. Genial. Pero hay otras cosas no tan a la vista: entre ellas, la explotación sexual de menores y trata de personas es una de las preocupaciones que llevó a desarrollar un protocolo y prácticas responsables a los hoteles Saint George, El Pueblito Hotel Temático y la Aldea Lodge. Solo en Saint Geoge se han protegido entre 2009 y 2017 alrededor de 10.558 niños huéspedes. “Fueron 19 casos los rechazados y todos fueron con venta de estadías en mostrador”, dicen Lisandro Lonzina y Carolina Gazet , supervisor de Reservas y Comercial y Gerente de Recursos Humanos, respectivamente.
Ya en las web de estos hoteles hay un aviso importante sobre la política de menores, cuya documentación debe estar en orden. “El 91 por ciento de los huéspedes valorizan esta iniciativa”, explican.
Además, desde lo cultural, tradicional e histórico, las visitas a las comunidades guaraníes son parte de un turismo cultural en el que el cuidado y el respeto son el eje y donde las propias comunidades cuentan con sus guías de sitio para recorrer de a pie los secretos de la selva, aprendiendo las costumbres ancestrales y hasta disfrutando de su música. Una experiencia que además redunda en un beneficio económico para la comunidad guaraní.
La selva atrapa y es un viaje a la naturaleza profunda. Por eso, una travesía por este gran corredor verde lo llevará hasta Aristóbulo del Valle, donde el Parque Provincial Salto Encantado es parte de un recorrido que lo lleva a conocer el Tacuapí Lodge. Allí Alejandra Pautasso desarrolló un emprendimiento especial donde se consumen los alimentos orgánicos producidos por los pequeñísimos emprendedores de los alrededores. Es un gran atractivo para los birdwatchers, que eligen dormir y despertarse para avistar en la espesura verde parte de las 546 especies que representan más del 50 por ciento de la diversidad existente en la Argentina. Además de otros “bichitos”, desde el yaguareté entre los 127 mamíferos hasta los 114 reptiles, 66 anfibios y 272 especies de peces. Mucho más puede contar el naturalista y guía de este lugar José Luis Freiberger, que conoce como la palma de su mano esta reserva privada de 50 hectáreas.
La selva es interminable, o al menos, es lo que se ve en una travesía por la provincia de la tierra colorada. Y para muchos, son un secreto Saltos del Moconá (“el que lo traga todo”, en guaraní) , una falla geológica paralela al cauce del río Uruguay que por tres kilómetros invita a admirar saltos de hasta 20 metros con una profundidad estimada en los 120 metros.
Aquí, dentro de la Reserva Mundial de la Biósfera Yabotí, son Don Virgin Lodge y Yucuma Lodge dos de los emprendimientos que han certificado sus prácticas sustentables. Cuando llegue busque en el Google Maps y verá que la pantalla no le alcanza para abarcar esa masa boscosa selvática verde: y ahí, perdido, está usted. Cascadas como el Salto Horacio, una tirolesa, un canopy y la travesía en lancha para ir de un lodge al otro son el encanto de vivir en la naturaleza (pero con el confort de los lodges de la selva que piensan en todo).
Todo esto es lo que se trata de cuidar con prácticas sustentables. Hay una mano ecológica que hace pie en Misiones, como la Fundación Ecologista Verde que conduce Juan Manuel Velazco, y una perla que por cuestión de género merece un espacio: es que Patricia Durán Vaca conduce la operadora receptiva Turismo Cuenca del Plata, que ostenta cinco certificaciones internacionales por sus buenas prácticas sustentables y.. ¿la perla? El 99 por ciento de su staff son mujeres.
Selva, cielo, agua y el cuidado de todo es, cada vez, el mejor negocio en el turismo sustentable a nivel mundial.
Fuente: diario Página 12