Por Maurice Closs, senador nacional por el Frente Renovador de la Concordia, ex gobernador de Misiones
El Gobierno nacional ha dado gestos y muestras que dan a entender que tiene al sector forestal como uno de los eslabones de la economía que busca fomentar.
Para Misiones esta mesa aparece como una oportunidad. Esto es así puesto que es el sector forestal el principal agregado de nuestra economía y aún con límites tiene todavía un gran potencial de crecimiento.
De lo que se puede conocer de lo trabajado en esa mesa se ve una fuerte vocación industrial. Esto de por sí es bueno.
La industria agrega valor y es la forma más adecuada de ganar mercados.
La última reforma fiscal tanto nacional como provincial ha puesto en un lugar de privilegio al sector industrial en general. Esto es así ya que han disminuido o tienen horizonte de disminución varios impuestos, incluso en Misiones ha desaparecido el Ingreso Bruto a la Exportación.
Es un camino correcto el que busca potenciar la industria; ahora bien, esto merece una reflexión con ánimo de colaborar y de evitar potenciales exclusiones no necesarias.
El desarrollo industrial del sector no debe ir en detrimento de la producción primaria.
Está claro que no hay posibilidad que la producción primaria mejore si primero no mejora la industria. Ahora, lo que debe quedar en claro es que el rol activo del Estado para potenciar el desarrollo de la industria forestal no debe ser abordado a costillas de la producción primaria.
Concretamente, si se van a destinar fondos estatales y subsidios al desarrollo de la industria, que estos fondos no sean en detrimento de los fondos que hoy la Ley 25.080 asigna a fomentar el cultivo y cuidado de bosques implantados.
Hace años que los fondos que se asignan a esta ley son insuficientes. Las deudas crecen y el proceso de implantación y cuidado de los bosques presenta baches importantes.
Algunos pueden argumentar que sumadas Corrientes y Misiones hay un exceso de oferta. Esto puede ser cierto, pero también es cierto que es una actividad que se debe pensar a largo plazo y sería un error que la masa de bosques disminuya, se concentre en pocas manos y pierda cuidado y calidad.
La prórroga de la 25.080 y su financiamiento adecuado para el fin previsto de implantar y cuidar bosques debe ser una prioridad total y absoluta.
En buena hora que se puedan obtener recursos del Estado y/o herramientas fiscales creativas que fomenten la inversión en el sector industrial, pero estas herramientas y recursos deben ser adicionales a los que hoy están previstos como finalidad esencial de la 25.080.
Muy en especial, se debe tener en cuenta y promocionar la cultura forestal de pequeños y medianos forestadores y también se deben buscar ideas superadoras para que las grandes industrias tengan garantía suficiente de contar con la masa forestal que irán a precisar en el mediano y largo plazo para hacer sustentables sus inversiones.
Por último, la prédica reiterativa de algunos debe ser también tenida en cuenta y esta prédica es sinónimo de tipo de cambio.
Misiones es testigo de esta realidad. Mientras tuvimos tipo de cambio competitivo, fueron cerca de 50 las empresas misioneras que pudieron exportar.
A mediados de 2017 con un cambio cercano a 15 pesos, sólo las grandes exportaron. Hoy, con el cambio cerca de 20 pesos, algo mejora.
Esperamos recuperar competitividad y así seguramente el sector volverá a exportar, los más pequeños tendrán más espacio en el mercado interno y los productores primarios verán recuperar los precios de la materia prima.
Este año es crucial, esperemos que desde el Congreso podamos prorrogar la 25.080 como prioridad número uno. Y si se puede, mejorar la ley para desarrollar la industria, pero sin tocar un solo peso o beneficio al sector primario.