Adoptado ya por la tierra colorada como propio, con sus más de 50 años de trayectoria, «Marito» Bofill, compartió este sábado una exquisita velada con su público misionero en este mágico punto de encuentro, apostado en uno de los cerros más altos de la provincia de Misiones, que poco a poco, va tomando arraigo y generando empatía con gente de toda la región.
Entre acordes y rasguidos, salpicados por cómicas -y algunas nostálgicas- anécdotas, el carisma del artista supo esparcirse en cada rincón del salón de fiestas del Parque Temático, mientras el público disfrutaba aún, de la selecta cena gourmet preparada especialmente para la ocasión, y de la atención del personal del Parque, bajo la coordinación de la Subsecretaría de Gestión Estratégica y el Ministerio de Turismo.
Los pedidos de canciones y dedicatorias llegaban cara a cara hacia al escenario, conformado nada más que por una pequeña tarima, permitiendo de esta manera, captar cada detalle y cada gesto (en ambas direcciones).
Pasando por su extenso y reconocido repertorio chamamecero que durante más de cinco décadas supo cultivar; el loretense también se atrevió a otros géneros que no le son propios pero que tampoco considera ajenos, como la polka, la chamarrita, el rasguido doble y hasta algunas marchas patrióticas que acompañaron sus divertidas historias.
Pasada la medianoche, invitó a algunos amigos de su música al escenario. El primero de ellos lo acompaña desde hace más de 20 años y hace poco tiempo se lanzó en su carrera personal con un disco debut. Se trata de su hijo Fernando “Chingoli” Bofill, que con reconocido talento -y un parecido notable con su padre-, lo acompaña a cada vez que su agenda lo permite.
Un anuncio muy especial tuvo lugar luego de la presentación de otro de los músicos invitados: el actual ministro de Turismo de la provincia, José María Arrúa, se sumó al escenario con su acordeón de dos hileras, recordando viejas épocas en las que compartió peñas y festivales con el ídolo litoraleño.
Aprovechando la promesa de Mario (de componer una canción inspirada en “la Cruz”) y su evidente enamoramiento con este cerro que tanto significa para la provincia, el Ministro se tomó el atrevimiento de devolverle la gentileza, y anunció que, Mario Bofill será declarado como “Embajador del Parque Temático de la Cruz de Santa Ana”, para llevar a cada una de sus presentaciones las emociones que durante la noche del pasado sábado, permitióse sentir.
La velada se extendió y el show llegó sin desperdicios hasta las primeras horas de la madrugada del domingo, despidiendo al nuevo embajador del lugar que se retiró, luego de dialogar «largo y tendido» con los asistentes, con la promesa de volver con esa canción bajo el brazo, compuesta y dedicada a este maravilloso espacio donde confluyen la religiosidad, el turismo y la cultura regional a los pies del monumento arquitectónico más alto de la Argentina.