María Bower reconoce que empezó bien de abajo en el rubro inmobiliario. Sólo con sueños y ganas. Pero esos deseos de progresar la llevaron a convertirse en lo que es actualmente: una de las empresarias más importantes del sector. Pero no sólo eso. Se trata de una referente social, que ha presidido dos veces la Cámara Inmobiliaria de Misiones y también estuvo al frente de la Cámara de Mujeres Empresarias de Misiones. Ella pasó por ENFOQUE TV, programa que se emite los jueves de 19 a 20 por el Canal 4 de Posadas, y contó su interesante historia.
“Hace 33 años que trabajo en el rubro. Teníamos un mercado donde no había muchas inmobiliarias. Hoy es totalmente distinto. Empezamos desde muy abajo, prácticamente sin nada, sólo con los sueños y las ganas de escribir una historia distinta a la que está escrita para nosotros. Crecimos muchísimo y nos hemos posicionado en el mercado”, contó.
María recordó que “la empresa que fundé, a la cual me liga hoy una relación de sociedad, continúa en el mercado con mucho éxito y crecimiento y además incorporé la otra marca personal mía, que es María Bower Propiedades”.
Sobre la firma con su sello personal, explicó que “tiene muchas razones de ser el cambio. Con un reconocimiento que recibí en enero de 2018, donde me cambié de apellido. Recibir este apellido me ha ubicado donde estoy hoy y sentí la necesidad. Y a esta edad tuve la suerte de que mucha gente me apoyara”.
La empresaria reconoció que “ha sido duro posicionarse siendo mujer. Es un rubro que se ha caracterizado por ser de hombres. Cuando comencé en esta actividad, sólo había dos mujeres. Una ya no está, Nélida Bonetti, y yo. Estamos hablando de 30 años atrás. A los caballeros les fue difícil ceder el terreno que tenían”.
“Uno cuando es joven le pone mucho ímpetu, muchas ganas de cambiar las cosas y tratar de crear un mercado distinto, de colaboración, de trabajo conjunto. Ha sido una tarea difícil, pero grata, que me ha llevado a presidir dos veces la Cámara Inmobiliaria de Misiones, lo cual habla de que estaba en el camino correcto”, afirmó.
“Teníamos un mercado bastante disperso, y eso cambió. Además cuenta ahora con sus primeros corredores públicos inmobiliarios que juraron en marzo. Eso implica que al frente de una inmobiliaria deberá estar un profesional matriculado por el Colegio del rubro. Fue un cambio grandísimo, donde se profesionalizó la actividad”, destacó.
María señaló: “He aportado mi grano de arena, porque fui coautora de la Ley de Corretaje Inmobiliario en la provincia. He colaborado con las currículas de otros lugares. Misiones tiene la suya propia. Se ha firmado un convenio con la Universidad Gastón Dachary para el dictado de una Licenciatura en Corretaje”.
Sobre los avatares de la actividad, reflexionó: “Intermediar entre la oferta y la demanda de bienes inmobiliarios es un trabajo que no depende sólo del corredor, sino de un grupo grande de gente. Y el corredor cobra una suma con la que mantiene a toda esa infraestructura. A veces es difícil entender lo que se cobra en concepto de honorario. Pero no se vende todos los días. En estas épocas las ventas son esporádicas, espaciadas. A veces después de seis meses arduos y el negocio hay que mantenerlo todo el año. Además, con la fuerte presión impositiva que uno tiene”.
En cuanto a su firma, precisó que “tenemos el área de redes y publicidad, de compromiso social, los colaboradores y el de compromiso ambiental, que también requiere una inversión y un tiempo”.
Mercado en tiempos de crisis
“El mercado inmobiliario no es ajeno a la generalidad de lo que sucede en el país, si bien tenemos un microclima. La gente se ha frenado. Cualquier persona que tiene un ahorro quiere ver qué puede suceder en un futuro. Pero en los últimos tiempos este temor de la gente nos ha beneficiado, ya que si bien no son grandes las sumas que invierte, ha generado un movimiento que antes no teníamos”, admitió.
Comentó que “la gente lo que ha dicho es sí ladrillo, sí a guardar el dinero en una propiedad o inmueble, ante temores de otros sectores. Y la realidad es que uno gana más invirtiendo en un inmueble que en cualquier otro tipo de inversión. Lo que tiene el ladrillo y la tierra es que sigue siendo el lugar más seguro para guardar los ahorros”.
“En este momento es difícil encontrar grandes inversiones en el mercado, pero estos pequeños movimientos nos permite mantenernos. Se trata de los alquileres y de ventas de algunas casas específicas”, completó.
María habló con mucho cariño de la CAMEM. “La defino como el amor a lo que una quiere hacer, a la decisión de cambiar. Cuando empezamos, nadie apostaba a que permanecería en el mercado y que creceríamos tanto. Dejamos de hablar mucho y empezamos a hacer. Entendimos enseguida que lo que no se ve no existe. Y que no sólo teníamos que tener una Cámara para la ciudad capital, sino llegar al interior”.
“La mujer siempre ha estado en el backstage de las empresas. No puede ser que al día de hoy en una mesa donde se toman decisiones, hay 20 hombres y ninguna mujer. Tenemos que conseguir una representación de entre 30 y 40% de mujeres en una mesa”, consideró.
“Todos los cambios que queremos tienen que ser de colaboración entre ambos géneros. La mujer no puede cambiar el mundo sola. Y el caballero no puede mantenerse solo en los puestos dominantes. Hemos tenido grandes triunfos. Son parte del camino, pero no el destino. Si podemos manejar la empresa más importante de la sociedad que es la familia, cómo no nos pueden confiar otras”, sostuvo.
Para la empresaria, aún falta mucho, pero que “es inevitable que haya un 50 y un 50” en el futuro.