El presidente Mauricio Macri tomó juramento al nuevo canciller, Jorge Faurie, y despidió con elogios a Susana Malcorra, a quien elogió por su año y medio de gestión al señalar que «en muy poco tiempo, la Argentina ha logrado un nivel de visibilidad, apoyo y entusiasmo en el mundo que fue único en la historia de nuestro país».
Ayer, una vez comenzada la ceremonia, Macri interrumpió unos minutos la formalidad del protocolo para formular distintas definiciones sobre la saliente canciller, los desafíos de la integración de Argentina en el mundo y nuevos cuestionamientos contra la mafia de los juicios laborales, además otorgar pasajes de humor y complicidad con su nuevo ministro, a quien le tocará transformar las «demandas» que hay sobre el país en «hechos concretos».
Comenzó su alocución hablando de Malcorra, a quien antes de conocerla para ofrecerle el cargo había visto sólo una vez durante su «vida empresaria», cuando ella se desempeñaba presidenta de Telecom, y destacó que, tras recomendaciones de su equipo de trabajo, la eligió como ministra de Relaciones Exteriores y Culto porque era la «mejor» para ocupar esa función.
«Fue una experiencia maravillosa y es por eso que cuesta esta despedida, pero por suerte la tenemos ya comprometida con este foro y con este comité desde donde nos va a seguir ayudando y aportando porque la tarea realmente ha sido increíblemente exitosa», afirmó sobre el nuevo rol que tendrá Malcorra, que renunció a su cargo por razones personales y residirá en España para estar cerca de su familia, pero será titular del Consejo de Alto Nivel para el Análisis Global.
El primer mandatario aseguró que «estamos ante un momento único de nuestra historia» porque «una mayoría decidió desafiar todos los pronósticos» y sostuvo que «cuando nadie pensaba que esto era posible, los argentinos lo hicieron posible», y agregó: «Obviamente la mala parte de la historia era que el punto de partida no era arriba de la montaña, era no en el fondo del mar, pero sí a unos metros bajo del mar».
«Lo bueno es que construir lo queremos es un camino que nos tiene que contagiar de entusiasmo y alegría porque de eso se trata la vida. Ser parte de una construcción. Ser parte de un desarrollo eso es lo que te hace sentir feliz», añadió, para luego hablar sobre la «famosa grieta» y pronosticar que hay «un camino maravilloso de reencuentro».
«No es que una parte de la Argentina va a hacer este milagro. Lo tenemos que hacer todos juntos y este es el desafío que tenemos. Una parte central sin duda es seguir profundizando nuestra integración con el mundo, seguir entiendo que integrarnos, animarnos a competir es algo que nos va a hacer mejorar», añadió.
«Argentina hoy se presenta como una oportunidad pero lo importante es que dejemos de ser oportunidad para ser realidad. Y ese es el desafío que tenemos por delante. Ahí es donde, señor Canciller, -dijo dirigiéndose a Faurie- con toda su trayectoria en la diplomacia, ha tenido de repente mucho apoyo de sus colegas, y tiene ahora una tarea doble o triplemente compleja», sostuvo, para luego mencionar como «desafíos» el ingreso a la Ocde y un posible acuerdo comercial de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea.
Por su parte, Faurie dijo que su tarea estará orientada a lograr “una mayor inserción de la Argentina en el mundo”, y que trabajará básicamente en la continuidad de las políticas que el presidente Macri pidió impulsar desde un inicio a la ahora ex canciller Malcorra.
“Este es un trabajo de equipo y en ese equipo vamos a continuar trabajando en las mismas líneas que la anterior canciller lo vino haciendo, donde básicamente lo que más nos importa es la mayor inserción de la Argentina en el mundo”, dijo Faurie en un breve contacto con la prensa tras prestar juramento.
Y agregó: «Vamos a hacer esta inserción de tal modo que signifique acceso a mercados y eso a su vez represente la posibilidad de más productividad por parte nuestra, porque eso es más trabajo, más bienestar y ese es el objetivo que el presidente marcó de disminuir la pobreza”.
Fuente: Télam