El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, reveló este lunes su inquietud tras las declaraciones del mandatario venezolano, Nicolás Maduro, quien afirmó que una derrota en las elecciones presidenciales podría desatar un «baño de sangre» en Venezuela, generando un sinfín de reacciones en todo el mundo.
En una conferencia de prensa con corresponsales internacionales en Brasilia, Lula compartió su sorpresa y preocupación por las palabras de Maduro. «Me asusté con esa declaración. En democracia, el que pierde se lleva un baño de votos, no de sangre», expresó el mandatario brasileño.
Los comentarios del presidente de la mayor economía de Sudamérica ocurrieron en el marco de un contexto tenso a nivel regional en la antesala a las elecciones en Venezuela. El próximo domingo 28, millones de venezolanos acudirán a las urnas en los comicios considerados «históricos», en la que será una de las contiendas electorales más difíciles para el chavismo en sus 25 años de gobierno.
Por su parte, Lula admitió haber charlado personalmente en dos ocasiones con Maduro para resaltar la importancia de respetar el proceso democrático y garantizar una transición pacífica. «Maduro tiene que aprender que cuando uno gana, se queda, y cuando pierde, se prepara para otra elección», enfatizó Lula, destacando que las elecciones del próximo domingo representan «la única oportunidad» para que Venezuela retome la normalidad y se reintegre a la comunidad internacional después de años de colapso económico profundizado por las sanciones internacionales.
Maduro: una elección de «paz y guerra»
El presidente brasileño reiteró su apoyo a unas elecciones en línea con los Acuerdos de Barbados, que incluyan la plena participación de la oposición y sean reconocidas por todos los sectores. Anunció además el envío de observadores electorales brasileños, incluido el ex canciller Celso Amorim, para supervisar el proceso y asegurar su transparencia.
«Es fundamental que las elecciones en Venezuela sean vistas como legítimas y justas por la comunidad internacional», subrayó Lula, haciendo un llamado a que se respete la voluntad popular expresada en las urnas.
En tanto, Lula y los presidentes toda la región estarán atentos a las elecciones en las que la oposición venezolana, por primera vez, surge como favorita en las encuestas con la promesa de un «cambio», después de meses de denuncias de presiones y persecución política por parte del chavismo. La iniciativa la lleva Edmundo González Urrutia, principal rival del sucesor de Hugo Chávez, quien responde a la líder opositora María Corina Machado, inhabilitada para postularse por razones políticas.
Por su lado Nicolás Maduro, de 61 años y en el poder desde 2013, busca un tercer mandato de seis años y enmarcó el proceso electoral como una elección entre «paz y guerra», advirtiendo que una victoria de la oposición podría desencadenar un «baño de sangre».
«El 28 de julio, si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo», afirmó Maduro la semana pasada en un acto de campaña ante sus simpatizantes.
Lula no quiere pelearse con Venezuela ni Argentina: «Que elijan a los presidentes que quieran»
En otro momento, Lula también se refirió a las relaciones bilaterales con Argentina y Venezuela, dos países con cuyos presidentes mantiene diferencias, particularmente con Javier Milei. El jefe de estado brasiñeño se mostró firme en su enfoque de mantener relaciones estables entre estados, tal como marca la tradición e independientemente de los gobiernos en el poder.
«¿Por qué pelearnos con Venezuela, Nicaragua o Argentina? Que elijan a sus presidentes. Lo que me interesa es la relación entre estados», afirmó el presidente brasileño durante un evento en San Pablo.
Lula también recordó el período anterior bajo el gobierno del expresidente Jair Bolsonaro, describiéndolo como una época en la que Brasil fue «una especie de paria internacional». «Pasamos por un periodo en el que nadie quería venir aquí y nadie quería recibirlo», señaló, refiriéndose a su antecesor sin mencionar su nombre.
Fuente: Perfil