El ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva acusó este sábado al juez Sergio Moro de mentir y reafirmó su inocencia, en su primer discurso tras la orden de arresto por parte del magistrado.
«Moro mintió» en la causa que lo podría llevar hoy mismo a la cárcel, afirmó Lula al final de una misa frente al Sindicato de Metalúrgicos en Sao Bernardo do Campo, en el cinturón industrial de Sao Paulo, donde el ex mandatario de izquierda (2003-2010) permanece atrincherado desde hace dos días.
El ex presidente, rodeado de una multitud, confirmó que se entregará: «Voy a atender el mandato de prisión».
La misa se llevó cabo en un camión de sonido convertido en capilla, frente al Sindicato de Metalúrgicos, donde el ex mandatario (2003-2010) se refugió hace dos días.
Lo acompañaron varias personalidades, entre ellas la destituida ex presidenta Dilma Rousseff, su heredera política.
Un cura enumeró la lista de cinco ex presidentes brasileños que en algún momento conocieron la prisión, antes de agregar: «Y ahora… Lula», levantando un clamor de la plaza: «¡Lula libre!», «¡Lula libre!» y «¡No te entregues!», «¡No te entregues!».
Lula, de 72 años, fue condenado por haber sido beneficiado de un departamento ofrecido por una constructora para obtener contratos en Petrobras.
Además es objeto de otras seis causas penales, pero él niega todas las acusaciones y las atribuye a una conspiración de las «élites» para evitar que vuelva al poder.
El juez Sergio Moro le había ofrecido la posibilidad de presentarse «voluntariamente» en Curitiba antes del viernes a las 17:00, pero él ignoró ese plazo y permaneció en su búnker sindical, rodeado por miles de personas que le expresaron apoyo día y noche.
El Partido de los Trabajadores (PT), que Lula cofundó en 1980, junto a otros partidos de izquierda, así como el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y otras agrupaciones sociales y sindicales organizaron el viernes manifestaciones en unas 50 ciudades y cortaron carreteras en varios estados.
El epicentro de la «resistencia» se halla en Sao Bernardo, donde la voluntad de resistencia dejaba paso a una mezcla de rabia, resignación y desazón.
Fuente: Noticias Argentinas (NA)