En honor a la verdad, lo que hice con este artículo fue copiar y modificar algunas cosas que había publicado en mi muro de Facebook. También debo confesar que para este número, la idea era escribir sobre el conflicto que se suscitó en el INCAA (Instituto Nacional de Artes Audiovisuales) hace unos días atrás. Pero todo esto cambió cuando nos enteramos de que había fallecido Luis Andrada. Así que más que una elección, dedicarles estas pocas líneas es una obligación artística y personal.
Creo que esta es una de las únicas fotos que tengo de Luis y con Luis, la sacó Silvia Machado cuando la aprobación de la Ley Provincial del Teatro, en la Cámara de Diputados.
Tampoco tuve la oportunidad de trabajar con él artisticamente. Recuerdo, particularmente, un abrazo muy fraternal después de una función de Teatro X la Identidad. Yo era mucho más joven y él era EL teatro de Misiones. También recuerdo sus intervenciones en cada una de las reuniones que nos reunía a toda la comunidad teatral de la provincia.
Sin embargo, una vez tuve la suerte de charlar con él durante casi dos horas en la oficina de Tempo. Estábamos solos.
En ese tiempo me contó de cómo llegó a Misiones; de cuando hacían funciones en pueblos donde no había nada, donde la gente nunca había visto teatro. Me contó cómo hacían para viajar por los caminos de tierra roja; de cómo alternaba su oficio con el teatro. Y yo, abstraído de todo, pero metido con él en el relato, comento “no era fácil en esa época…”. Y Luis me responde: “¿Sabés qué pasa, hijo? Cuando uno está convencido de algo hace todo lo posible para concretar eso de lo que está convencido”.
Acto seguido, me llevó y me contó cómo era hacer teatro en los `70; cómo se enfrentó siempre contra el centralismo porteño; cómo se juntaron y formaron la FATTA (Federación Argentina de Trabajadores del Teatro Agremiados); cómo la Asociación Argentina de Actores transó con la dictadura; cómo se instalaron ahí en Tempo, sobre la calle 3 de febrero de Posadas; cómo se peleó y luchó muchísimo por la Ley Nacional del Teatro; cómo y por qué la Ley Provincial de Teatro era (y ES) tan importante.
En esas dos horas me enseñó lo que es amor, pasión, compromiso, convicción y militancia teatral. Y ahora que lo pienso es todo lo mismo.
El decano del teatro misionero
Su nombre completo era Luis Gonzaga Andrada. Es cierto que nació en Rosario, pero toda su carrera tetral la llevó adelante en Misiones. Fue el fundador de la primera sala de teatro independiente de la provincia. Sala 1, le puso por nombre y fue la antecesora de la Sala Tempo.
Puso en escena más de 40 obras. La última obra que dirigió fue Un visitante nocturno, de Jardiel Poncela. Muchos de los directores y actores de la provincia trabajaron alguna vez con él.
Por otra parte, Andrada recibió numerosas distinciones y premios. Se destacan el Arandú, que lo recibió en varias oportunidades. En el año 2012 fue distinguido como Mayor Notable Argentino por la Cámara de Diputados de la Nación.
Participó en innumerables realizaciones audiovisuales. Sus participaciones más recientes fueron en el largometraje Detrás del sol y en la miniserie Siete vuelos, ambas dirigidas por Gastón Gularte.
Ley Provincial del Teatro Independiente
El pelado Andrada, como también lo conocíamos, fue el autor de nuestra Ley Provincial del Teatro Independiente, junto a Tiki Marchesini, diputada provincial por aquellos días de 2015, lograron que Misiones sancione una ley ejemplar que muchas provincias están en proceso de imitar. Sin ir más lejos, Carlos Leyes, representate provincial de Formosa del Instituto Nacional del Teatro, dijo oportunamente que daban “ganas de plagiarla así como está”.
La Ley del teatro misionero establece la creación del Instituto Provincial del Teatro Independiente (IPTI) y al mismo tiempo mejora la Ley Nacional, de la cual Luis Andrada también formó parte en su elaboración allá por los ´90.
Que Misiones tenga una Ley de Teatro, en la cual declara “como una labor cultural esencial para el desarrollo integral de la Provincia”, tal es lo que reza el texto de la Ley en su primer artículo, hace que se revindique una lucha infinita por parte de muchos compañeros y de Luis Andrada, claro está.
En la foto me estoy riendo de felicidad, de puro contento, de pura emoción. Luis y Chonchi, su esposa, su compañera también lo estaba. ¿Cómo no íbamos, cómo no iban a estar felices, si se estaba concretando algo que llevaba toda una vida de lucha y perseverancia?
Luis contaba que en los ´70 pregonaban por una Ley Nacaional del Teatro y que el golpe del ´76 lo frenó todo. Recién con la vuelta de la democracia se pudo retomar esa lucha. Conquista que recién se pudo concretar en el año 1997, con la sanción la Ley 24.800.
La Ley de Teatro de Misiones es consecuencia de 40 años de perseverancia. 40 años en los cuales Luis tuvo paciencia y constancia, y en los cuales nunca arrió su bandera de incansable militante teatral.
Ojalá el Estado misionero concrete y ponga en marcha el IPTI. Será el mejor y más justo reconocimiento para Luis que tanto dio por el teatro de Misiones. Será el mejor homenaje para ese señor que puso su vida al servicio del teatro, que hizo docencia con el teatro.
Buen viaje, Luis. A la distancia te saludo con respeto y admiración.
El teatro es acción. Entonces, gracias por tu ejemplo. Los más jóvenes te debemos tanto…
Artículo publicado en la edición Nº 26 de Revista ENFOQUE (Escribe José María Barrios Hermosa)
Este artículo, resume los que lo conocieron, compartieron, las luchas, que como papá decía eran ….y lo repetía siempre en nuestra vida familiar…»Cuando uno está convencido de algo hace todo lo posible para concretar eso de lo que está convencido”. Gracias por reflejar su sentido a la vida….con este artículo
Sin dudas, Luis, tu papá, se merece mucho más que este artículo. Y no dudo que siempre se lo reconocerá por su ejemplo de entrega, amor y lucha por el teatro de Misiones.
Gracias por tu comentario.
Saludos!