Cuando la Policía de Corrientes lo detuvo ayer a las 21:30 en el camping municipal de Loreto luego de que su vecina lo delatara, el diputado Germán Kiczka, acusado de tenencia y distribución de material pedófilo, todavía tenía su celular en el bolsillo. Así, lo trasladaron a la comisaría local, donde le tomaron su primera foto esposado, de trascendencia nacional: el celular, tal como se ve en la imagen, seguía en el bolsillo.
El teléfono, según investigadores, se encontraba sin chip. «O llamaba con wifi, o lo rompió cuando vio llegar a la Policía», asegura una fuente clave en el expediente. También, la fuerza provincial incautó al teléfono del empleado del camping: Kiczka se lo pedía prestado para hablar, con el pretexto de que el suyo, a veces, no funcionaba.
Hoy, esos aparatos -el que llevaba Kiczka, particularmente- son de máximo interés en la causa que investiga el juez Miguel Faría en Apóstoles, Misiones, a 200 kilómetros de Loreto, donde el diputado ya fue trasladado: se sospecha que el diputado usaba esos teléfonos para contactarse con quien lo apoyaba en su fuga.
El legislador, también, cayó con cerca de 100 mil pesos en efectivo, tal vez, lo último que quedaba de su fondo para mantenerse prófugo. Sin embargo, tenía varias tarjetas, de las que todavía no trascendieron sus titulares. La alerta hubiese sido relativamente inmediata, ya que el área de Interpol de la PFA lo buscaba con una circular roja en su contra, con España, Paraguay y Brasil como posibles destinos. Sin embargo, estaba a dos horas de viaje de Apóstoles, donde habían pedido su captura y fue allanado dos veces este año. El prófugo se había trasladado hasta allí con un Toyota Corolla propiedad de su familia, que fue encontrado en el lugar y podrá ser peritado.
Por lo pronto, se espera que Kiczka comparezca ante el juez Faría, luego de ser trasladado a la comisaría de Apóstoles a las 4 AM. Será indagado mañana viernes, según confirmaron fuentes del caso.
Por otra parte, el Gobierno de Misiones pagará la recompensa de $ 5 millones que había ofrecido para dar con el paradero del legislador. La destinataria será una vecina de Loreto, Corrientes, quien dio la voz de alerta de que el legislador provincial estaba en el camping municipal, que estaba relativamente desocupado, dado el momento del año de baja temporada turística.
Fuentes policiales del caso sospechan que la trascendencia de la circular roja de Interpol obligó a Kiczka a quedarse en el complejo de cabañas, una base que habría elegido para planear sus movimientos. La mujer que lo reconoció, sin televisor en su casa, sin consumo de medios, desconocía la historia, hasta que vio la cara del diputado en un noticiero cuando visitó a una pariente. Allí, exclamó: «¡Ese es el del camping!» Luego, fue a delatarlo.
Qué pasará con el empleado del hospedaje, si es citado como testigo o si se lo imputará como posible encubridor, es otro interrogante.
Sebastián, hermano del diputado, que en diversos chats hablaba de «esperar a su vecinita» y una «adicción a las menores», continúa prófugo en la misma causa, acusado del mismo delito.
Fuente: Infobae