La pobreza extrema alcanzó en América Latina en 2017 su peor registro en nueve años, afectando al 10,2% de la población, como consecuencia del débil desempeño de las economías regionales, estimó ayer un informe de la Cepal.
“La proporción de personas en situación de pobreza extrema continuó creciendo, siguiendo la tendencia observada desde 2015”, dijo la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) al presentar en Santiago su reporte anual, Panorama Social de América Latina.
La tasa de pobreza extrema pasó del 9,9% de la población en 2016 al 10,2% en 2017, equivalente a 62 millones de latinoamericanos, y la tasa de pobreza -medida por ingresos- se mantuvo estable, en el 30,2% de la población, equivalente a 184 millones de personas.
“Aun cuando la región logró importantes avances entre la década pasada y mediados de la presente, desde 2015 se han registrado retrocesos, particularmente en materia de pobreza extrema”, alertó Alicia Bárcenas, secretaria ejecutiva de la Cepal, en rueda de prensa.
Según las proyecciones de la Cepal -un organismo técnico de Naciones Unidas con sede en Chile-, en 2018 la pobreza bajará al 29,6% de la población regional, lo que equivale a 182 millones de personas (dos millones menos que en 2017), mientras que la tasa de pobreza extrema se mantendrá en el 10,2%, de la mano de un esperado crecimiento del PBI regional, que se expandiría 1,2%, levemente por debajo del año previo.
Para 2019, en tanto, la economía de América Latina crecería 1,7%.
Para la Cepal, las personas en situación de “pobreza extrema” son las que viven en hogares con ingresos per cápita inferiores al costo de una canasta básica de alimentos. Es decir, que ni siquiera destinando todo su ingreso a la compra de alimentos satisfarían esa necesidad.
La línea de la pobreza y la pobreza extrema varía en cada país.
Uruguay, de acuerdo a las estimaciones de la Cepal -que revisó para este informe sus mediciones de pobreza- es el país latinoamericano que registra un menor porcentaje de pobreza, con un 2,7% de su población viviendo en esta condición, mientras que el Gobierno del propio país aumenta esta cifra al 7,9%.
El organismo de las Naciones Unidas explica que la baja en Uruguay es producto de las pensiones y transferencias recibidas por los hogares de menores recursos, el mismo modelo adoptado por Costa Rica (15,1%) y Panamá (16,7%).
Chile, con un 10,7% (frente al 8,6% de la medición oficial), es el segundo país con menor pobreza de la región; una disminución que estuvo asociada al aumento de los ingresos laborales en los hogares de menores recursos.
Fuente: Ambito