El domingo 13 hay que ir a las urnas. Las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (Paso), pese a que en la práctica no dirimirán ninguna candidatura (como en el caso de Misiones), serán la primera radiografía del rumbo del país. Será la forma de comprobar la aceptación o el descontento con un Gobierno nacional que comenzó a andar hace un año y medio. Pero especialmente, una medida de qué se quiere para Misiones. Lejos de la grieta que se apuesta en Buenos Aires, está en juego el destino de los misioneros.
En su breve paso por Misiones, donde vino a apuntalar la campaña de sus candidatos, el presidente Mauricio Macri aseguró que “en octubre no se decide la calidad del gobierno local, la calidad de lo que está haciendo el Gobernador, se decide hacia donde queremos que vaya nuestro país”. Media verdad. Se decide el rumbo del país, pero también se define la territorialidad. Los problemas del día a día no se visualizan en una oficina del centro porteño, sino que se viven en el hogar de cada uno de los misioneros.
Los problemas del país tienen un fuerte impacto local, del que se tiene que hacer cargo el Gobernador o el Intendente, que, todos los días, ven el rostro de su vecino. El productor yerbatero, el tarefero, el tabacalero o el obrero forestal, el ama de casa, el empleado de comercio, que sufren las consecuencias del tipo de cambio, la apertura de importaciones y la inflación. Es el Estado provincial el que debe asumir la contención social.
Hay dos modelos en pugna. La vigencia del misionerismo, expresada en la gestión del gobernador Hugo Passalacqua, que encuentra sus raíces en el nacimiento de la Renovación en 2003, busca sostener un modelo que incluya a todos los habitantes de la provincia.
Del otro lado, la propuesta del cambio, cuyas medidas se han expresado en políticas de ajuste con un fuerte impacto en la vida de los argentinos y especialmente en Misiones, cuya realidad de frontera la hace distinta a las demás provincias y requiere de una atención especial, hasta ahora demorada por el Gobierno nacional.
El proyecto misionerista, que lleva como principales candidatos al exgobernador Maurice Closs y a Ricardo Wellbach, expresa un profundo conocimiento del terreno y de las demandas de la provincia. La gestión cara a cara, cerca de la gente, que sostiene el gobernador Passalacqua, es la principal bandera que pueden apreciar los misioneros.
Ha sido el Misionerismo el que transformó la provincia en los últimos años. De la pobreza y el desempleo heredados de los noventa, se transformó en una Misiones pujante, con desarrollo, obras de infraestructura que cambiaron las principales ciudades, pero también cada pequeño pueblo del interior. El compromiso social, expresado en cada ley de Presupuesto, se ratifica en el proyecto de Presupuesto 2018, en el que la inversión social será la más alta de la historia, con 56,7 por ciento del total de los recursos.
Ese compromiso social es el que también se pone en juego. Las políticas que emanan del Gobierno central tienen consecuencias en el territorio local. El ajuste no es un problema de Mauricio Macri o sus funcionarios. Se expresa en Colonia Polana, en Eldorado o en Andresito. Cada medida tiene un correlato de carne y hueso.
Lo expresó con claridad Passalacqua en la zona rural de Santo Pipó, a donde el Estado llegó con agua potable. “Este Gobierno ha decidido hace varios años tomar el destino de Misiones en sus propias manos. No queremos que nos mande nadie de afuera. El soberano es el misionero. El Estado está acá, donde tiene que estar. La otra concepción es que el mercado arregla todo. Macana. El pobre es más pobre y el rico más rico”.
La concepción misionerista solo es posible merced a una política fiscal que priorizó la generación de recursos propios para generar un derrame en la economía real, a través de obras de infraestructura, inversión educativa, programas de salud, caminos y hospitales. Esa base es la que permite mantener activas diversas obras públicas y contener el empleo en la construcción, afectado por los recortes presupuestarios nacionales.
La salud pública es un pilar de atención reconocida en el país y en la región. El modelo sanitario pretende ser imitado incluso por Paraguay.
Los sueldos se pagan al día con un enorme esfuerzo financiero que contrasta con los recortes salariales que se viven en otras provincias o los despidos del Estado nacional. A diferencia de otras provincias, Misiones inició un proceso de desendeudamiento histórico, que alivió la carga sobre el presupuesto y permitió encarar obras y programas sociales inéditos.
La deuda a principios de 2003 implicaba más del 150 por ciento de un presupuesto anual. Hoy significa menos del diez por ciento. Y Misiones no salió a emitir nueva deuda para hacer frente a gastos operativos, como sí hizo el Gobierno nacional e imitaron otras provincias.
Es una de las que tiene presupuestos equilibrados, reconocido por la Nación y consultoras financieras internacionales, como Moody’s, que califica el estado financiero de varios gobiernos y mantiene a Misiones en una buena situación.
Sin embargo, ese delicado equilibrio puede romperse si se profundizan ciertas políticas nacionales, como los incrementos tarifarios o recortes presupuestarios.
El problema de las asimetrías, que genera una fuga estimada en 800 millones de pesos mensuales conspira contra la fortaleza provincial. La Nación, pese a que sus representantes misioneros tienen cargos de enorme poder, hasta ahora no ha dado las respuestas necesarias ni ha tenido la premura para atender los reclamos expresados por comerciantes y empresarios.
Fue la Provincia hasta ahora la que ha sostenido el modelo con recursos y una impronta propia. Eso sólo puede ser posible conociendo el terreno, apreciando la calidez de sus habitantes y sus necesidades. No se hace a través de redes sociales ni con promesas difíciles de cumplir.
Los candidatos de la Renovación conocen la provincia palmo a palmo. La han recorrido una y mil veces. Viven en Misiones y saben las necesidades de cada pueblo. A la hora de las urnas, es la mejor representación del espíritu misionerista que debe seguir sosteniendo el destino de la provincia.
Artículo publicado en la edición Nº 29 de Revista ENFOQUE