Hernán Lacunza, hace un poco más de 3 meses, desembarcó al frente del Ministerio de Hacienda para hacerse cargo de una crítica situación económica. Evita hacer balances porque considera que “no es momento de polemizar sino de cooperar”, en pos de llevar adelante una transición ordenada. En este sentido ofreció “ir en una misión conjunta para avanzar en la negociación con los acreedores y el FMI”. Admite que los contactos con el equipo económico han sido “breves y telefónicos”. El tema de la deuda y la situación de la provincia de Buenos Aires fueron algunos de los temas abordados en el diálogo con este diario.
Periodista: ¿En cuánto se ubica la relación entre la deuda y el PBI?
Hernán Lacunza: Argentina no tiene un problema de solvencia sino de liquidez. La relación deuda/pbi ronda el 70%, no es una deuda demasiado abultada en términos del producto. Tiene un problema de liquidez porque Argentina no tiene acceso al crédito. Diría que un desafío más o menos rápido de Argentina es volver al crédito voluntario y esto implica una negociación de la deuda, a mi juicio, en términos voluntarios y rápidos. Cuando digo rápido no quiere decir en un mes pero tampoco en 10 meses, si bien hay recursos para la transición y más allá, una de las prioridades es la de recuperar el crédito porque sino los próximos 4 años serán de administrar escasez.
P.: ¿En cuánto era el nivel de deuda en el 2015?
H.L.: Del orden del 49% del PBI y 52% si se incluye a holdouts. En monto era unos u$s240 mil millones y hoy es de u$s310 mil millones pero esa suba de u$s70 mil millones no es otra cosa que déficit fiscal de todo el periodo más los holdouts, para lo que se emitieron unos u$s 10 mil millones de dólares. El déficit fiscal era de u$s 60.000 millones.
P.: ¿En cuánto estima la carga de los vencimientos en relación al PBI?
H.L.: Diría que es inferior a 9 puntos, aunque la carga de vencimientos es más abultada en el 2022/23 que en los primeros dos años.
P.: ¿Por qué se estableció ese perfil de vencimientos?
H.L.: Cuando empezó la crisis en abril 2018 los plazos se acortaron, a Argentina se le cortó el crédito voluntario, el desembolso del FMI unos u$s37 mil millones se destinó en su totalidad para pagar el capital y los intereses de la deuda con los privados. Otra parte de los u$s44 mil millones del desembolso se depositaron en el Banco Central y, aún están ahí.
P.: ¿El proyecto de reperfilamiento de deuda que enviaron al Congreso piensa que no será tratado?
H.L.: Nosotros pensamos que hay un espacio para una renegociación voluntaria de la deuda argentina que distienda el cronograma de vencimientos. Las condiciones de negociación se establecen en la mesa con los acreedores.
P.: ¿Usted cree que de aplicarse una quita no nos alejaría aún más de los mercados?
H.L.: Sí, por eso yo no quiero decir cuáles deben ser las condiciones de negociación porque, a esta altura, lo va a definir el próximo gobierno. Lo que digo es que si bien no es urgente, si es necesario encarar en plazos perentorios la negociación voluntaria con los bonistas. Enviamos un proyecto de ley que incorpora cláusulas de acción colectiva para deuda de jurisdicción local que entendemos que es una buena herramienta para desalentar comportamientos especulativos, que no haya oportunistas. La verdad que puede ser el proyecto nuestro u otro, lo que decida el Congreso, lo que sí es importante es que tenga el consenso de todas las fuerzas políticas que avale esa distensión de plazos vencimiento de la deuda. En una renegociación de deuda hay que tener en cuenta que una negociación más agresiva, más hostil, por ejemplo, con una quita, si bien relaja el esfuerzo fiscal futuro a contramano se dificulta el acceso al crédito voluntario en condiciones razonables. Hay un dilema a resolver en esta cuestión, nosotros creemos que, como no hay un problema de solvencia, con una extensión de plazo sería suficiente.
P.: Daría la impresión que el gobierno electo estaría en esta tesitura, la de prolongar los plazos…
H.L.: Nosotros es el camino que recorreríamos y estamos a disposición del gobierno electo, si fuera necesario, a iniciar el dialogo con los acreedores para que lo continúe y lo cierre el gobierno cuando asuma, de manera tal de ganar tiempo pero eso es una decisión del gobierno electo.
P.: En el caso del FMI esto no es posible ya que el organismo negocia con las autoridades en ejercicio…
H.L.: Nuestra propuesta es ir en una misión conjunto. La relación con los acreedores y el FMI es de Argentina, no es de un gobierno ni saliente ni entrante. Sería un ejercicio de madurez ante el mundo y además para ganar tiempo, no es una obligación, es una propuesta.
P.: ¿En estas semanas tuvo conversaciones con el equipo económico de Alberto Fernández?
H.L.: Tuve conversaciones breves, fueron más intensas antes de las elecciones. Después de las elecciones no nos hemos visto, si algún dialogo breve por teléfono. Entiendo que el gobierno electo está definiendo su equipo y su programa. Nosotros estamos a la expectativa y con toda la disposición para cooperar. Hay un poco de ansiedad en la prensa y en los mercados pero me parece que hay que esperar. Hay seis semanas de transición.
P.: ¿Este ofrecimiento se lo trasmitió al equipo económico de Alberto Fernández?
H.L.: Sí, ellos saben que estamos a disposición, los tiempos lo maneja el gobierno electo. Tenemos un buen dialogo pero como van a ser los tiempos es una decisión de ellos que hay que respetar.
P.: El electo gobernador, Axel Kicillof aseveró que la provincia es tierra arrasada, ¿es así?
H.L.: No es momento de polemizar sino de cooperar. Tampoco es momento de hacer balances, habrá tiempo al final del gobierno para hacerlos. Este Gobierno debe terminar su mandato y dejar la mayor cantidad de recursos posibles. Lo de la herencia me parece una discusión estéril que los argentinos no quieren saber quién tiene razón sino como vamos cuidarlos en la transición y que hacemos para dejar un mejor punto de partida para el próximo gobierno, esta es nuestra obligación y vocación.
P.: Pero, ¿puede recordar que provincia recibió?
H.L.: Para no eludir la pregunta sobre la provincia, cuando asumimos la provincia tenía un déficit fiscal record, impuestos record y no hacia obra pública. El déficit bajo casi a la mitad en términos de PBI de -1,1% a 0,6%; la presión impositiva bajo de 5,8% a 5% y la obra pública en el periodo se duplicó de 3% al 6% del PBI. La deuda registrada era de u$s 9.300 millones y había u$s1.700 millones no contabilizada con el Banco Provincia y la deuda hoy es de u$s 12.000 millones, es decir aumentó u$s1.000 millones. Más allá de los juicios de valor estos son datos públicos oficiales.
P.: Algunos dicen que las provincias perdieron recursos durante la gestión de Macri
H.L.: Las provincias antes de nuestra gestión participaban 40% de los recursos coparticipados y ahora es del 45%. No casualmente la mayoría de las provincias tienen equilibrio fiscal o superávit. Hubo una baja impositiva de 3 puntos del producto y de 1 punto de las provincias que la Nación se los compenso con mayores recursos. El esfuerzo fiscal por baja de impuestos fue casi íntegramente de la Nación.
P.: ¿Hay pendientes aumentos de tarifas como el gas?
H.L.: Este es un aspecto que dejamos ordenado. Las tarifas de servicios públicos antes representaban el 20% del costo de producción y ahora, dependiendo del rubro, un 80%. Con lo cual no hay un atraso significativo pendiente. Les dejamos en este punto una mejor herencia en materia de precios relativos. No hay inflación reprimida y el tipo de cambio real es un 90% superior que en noviembre del 2015 y este es un pilar de crecimiento para el futuro.
P.: ¿Con que satisfacción va a dejar el cargo y con qué frustración?
H.L.: Con la satisfacción de haber contribuido a un proceso electoral ordenado y preservando la paz social. Hay que recordar que los pronósticos después de las PASO eran apocalípticos. Quiero destacar que con la cooperación de la oposición en la campaña electoral hubo prudencia en preservar la estabilidad y esto fue un consenso de corto plazo y es meritorio destacarlo. El sinsabor es que no pudimos brindar a la población las mejoras de bienestar que soñábamos.
P.: ¿Cómo ve el tema de un Consejo Económico y Social?
H.L.: Hay muchos esquemas posibles, lo importante es la consistencia del programa económico. Obviamente cuantas más voces de apoyo mejor pero debe haber una conducción centralizada en este momento de la economía.
Fuente: Ambito