La Reserva Federal de Estados Unidos recortó sus tasas de interés por primera vez en más de una década a un cuarto de punto, hasta el rango de entre 2 % y 2,25 %, en respuesta a la debilidad económica global y la inflación controlada en el país.
La rebaja del costo del crédito en un cuarto de punto porcentual, sin embargo, no aplaca las demandas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para que el banco central adopte una política monetaria más expansiva.
El martes, Trump pidió nuevamente un fuerte recorte de las tasas de interés. El presidente republicano ha culpado a la Fed, bajo la dirección de Jerome Powell, de socavar los esfuerzos de su gobierno por impulsar el crecimiento económico.
Las autoridades de la Fed esperan que un modesto recorte de tasas reduzca la probabilidad de una recesión, al ayudar a acelerar una débil inflación doméstica y contrarrestar los riesgos derivados de una ralentización del crecimiento global y las crecientes tensiones con socios comerciales como China.
El banco central dejaría la puerta abierta a nuevos recortes de tasas en caso de que esos riesgos no se disipen.
Powell, quien ofrecerá una conferencia de prensa -poco después de la divulgación del comunicado de política- explicará ahora en conferencia de prensa por qué la medida era necesaria y qué ocurrirá a futuro.
Una reducción en la tasa de interés de referencia tiene como consecuencia el abaratamiento del crédito, lo cual favorece la producción, el consumo y en definitiva el crecimiento económico y la baja del desempleo.
Como contrapartida, puede generar aumentos descontrolados en la inflación o la creación de burbujas en los mercados, como la inmobiliaria que estalló abruptamente en 2008 desencadenando una dura crisis económica de alcance mundial.
De cualquier manera la decisión es popular ya que permite mantener «caliente» a la economía y genera un aumento en el consumo y mayor acceso al crédito que beneficia a las personas de menores ingresos, a pesar de los peligros macroeconómicos.
Fuente: Infobae