En un delicado equilibrio entre lo que se quiere y lo que se puede, la Renovación enfrentará no solamente a las diferentes opciones opositoras en la provincia, sino también al rebote del estancamiento de la economía nacional y el fenómeno creciente de la despolitización de la sociedad propuesto por los cultores del marketing, los “focus groups” y la política a través de los medios.
Vencedores vencidos
Al repasar los datos de la historia se podría decir que el Frente Renovador se fortalece ante las derrotas, aunque esas no fueron muchas.
Nace después de la elección presidencial del 27 de abril del 2003 cuando Carlos Menem, con el apoyo de Ramón Puerta, gana la primera vuelta cosechando en nuestra tierra colorada 170.711 votos (38,91%), mientras el segundo lugar lo obtenía Néstor Kirchner con 70.000 votos menos (22,96%) y el apoyo directo del entonces gobernador Carlos Rovira.
Cinco meses después se daba vuelta la tortilla cuando Rovira (47,94%) le gana el mano a mano por la gobernación a Puerta (33,10%), obteniendo también los primeros nueve diputados provinciales renovadores.
La otra fecha emblemática fue el 29 de octubre del 2006 cuando en el plesbicito para la reforma constitucional (que era mucho más que cambiar solamente un artículo) la lista del Frente Unidos por la Dignidad (FUD) encabezada por el ya fallecido obispo Joaquín Piña, toda la oposición y la Iglesia, se imponía con el 56,57% (248.197 votos) al 43,43% (190.513 votos) del Frente Renovador; y encima al año siguiente se elegían presidente y gobernador.
En esa oportunidad el principal competidor de la Renovación fue un aliado estratégico, el Frente para la Victoria (FpV), quienes fogoneados desde Balcarce 50 lograron que varios cambiaran de caballo a mitad del río. Aún así Maurice Closs fue electo gobernador con 160.125 votos (38%) sobre los 112.920 (26,50%) del exvicegobernador renovador Pablo Tschirsch.
Vengo bancando este proyecto
A lo largo de estos 14 años la Renovación se nutrió tanto de los puros y los propios, como también de la incorporación de otros dirigentes que participaron de diversas experiencias políticas.
Más cerca en el tiempo se ve también cómo tienen su lugar en cargos ejecutivos y legislativos referentes de muchos espacios, especialmente profesionales y de sectores medios.
Pero hacia el interior del Frente Renovador sucede un fenómeno, al que no es ajena la política en general. A todos los seducen las luces del centro…
En momentos de elecciones, lo que es sinónimo de renovación legislativa y/o ejecutiva, empiezan a aparecer una serie de síntomas en quienes son depositarios circunstanciales de bancas o sillones, y estos están vinculados con la “incertidumbre del futuro político”. Esto puede ser en realidad un trastorno para aquellos y aquellas que ven a la política como una “carrera personal” y no como servidores que se sacrifiquen para mejorar los asuntos que afectan a su sociedad o a su pueblo.
Estamos transcurriendo los meses donde se definen las alianzas, las listas y los candidatos, tanto nacionales como provinciales. Y como siempre hay más aspirantes que lugares disponibles.
Seguramente escucharemos declaraciones de potenciales candidatos diciendo que “lo que importa es el proyecto”, “yo estaré adonde decidan que sea más beneficioso para mi fuerza política”, y el consabido “éste no es tiempo de hablar de candidaturas”. Cuantos enojos se ahorrarían si los decidores de estos dichos hicieran honor a sus palabras.
¿Gobernabilidad con impunidad se paga?
El lunes 1º de Mayo como todos los años el gobernador Hugo Passalacqua inició el XLV Período Legislativo.
El Gobernador enfatizó en una parte de su discurso que: “La cobardía política es inadmisible en estos tiempos, menos aún las mezquindades, los proyectos personales o el más feroz de nuestros enemigos: la soberbia”, lo que le permitió caracterizar sin dramatizar la actualidad presente.
Entre la ponderación de las acciones de gobierno efectuadas durante el 2016 y las metas previstas para este año en curso, también aprovechó para hablar de una relación madura con la Nación pero que no hay “obediencia debida” para con los designios de la Casa Rosada.
Nunca mejor utilizada esa metáfora, sobre todo ahora que la Corte Suprema de Justicia de la Nación está (cual si fuera el Juego de la Oca y retrocediéramos no sólo casilleros sino una década) tirando por la borda con un fallo repulsivo la idea de Memoria, Verdad y Justicia.
¿Es parte de esa gobernabilidad declamada mirar para el costado con la situación producto del fallo de los dos cortesanos nombrados por Mauricio Macri primero por decreto y luego convalidados por el voto de los senadores, incluidos los misioneros? ¿Hasta dónde llega la letra chica del contrato de buena vecindad con la alianza Cambiemos? ¿Estamos seguros que la gente cuando votó al macrismo en la segunda vuelta los autorizó a endeudar al país, liberar a los genocidas y consagrar a la impunidad como el paradigma del “cambio de época”?
Se está asumiendo un riesgo grande si no se fijan posiciones políticas en torno a estos temas porque nada garantiza que desde el poder central cumplan sus promesas.
Todavía soñamos, todavía esperamos
En el diccionario cuando buscamos el significado de renovar nos dice que es “cambiar o sustituir una cosa por otra nueva o más moderna”, aunque hay otras definiciones esta creo que es la que se ajusta al título de la nota.
Porque en Misiones, en el 2015 en la primera y segunda vuelta de las elecciones nacionales el que ganó fue Daniel Scioli, y entonces tal vez no sea la mayoría de los misioneros los que hoy estén coreando que “Sí, se puede” mientras se hunde el Titanic, porque recordemos que al final de la película Di Caprio siempre se ahoga…
Y la oportunidad para que la Renovación se siga renovando está a la vuelta de la esquina.
Está en seguir el camino de la iniciativa política como en el caso de Arroyo del Medio y la destitución del intendente Cristóbal Barboza o de profundizar programas como Mi Título poniéndo el énfasis en las cosas simples, sencillas y directas como lo es la propiedad de las familias.
La importancia también de nutrir las listas de nuevos actores que demuestren su compromiso con la vida y la verdad y que no le tengan miedo a poner el cuerpo en los momentos difíciles que están por venir.
Renovarse es vivir.
Artículo publicado en la edición Nº 26 de Revista ENFOQUE (Escribe Marcelo Telez)