Por Ariel “Pepe” Pianesi
Diputado provincial por Cambiemos
Los aumentos en la tarifa eléctrica generaron indignación y preocupación en usuarios de toda la provincia. Hogares y comercios se encontraron con crecimientos desmedidos en sus facturas de hasta un 300 %, cuando el propio presidente de EMSA había anunciado un 35 %. Automáticamente, militantes y funcionarios del partido que gobierna la provincia, con aparato comunicacional incluido, responsabilizaron al gobierno nacional por la suba. Si bien es cierto que el mismo autorizó un aumento en la compra mayorista de energía, en sintonía con el reordenamiento de subsidios que se propone desde el gobierno, ese aumento representa un 20 % de la tarifa final que le llega al usuario y si le incluimos los impuestos de orden nacional llegamos al 37 %. El restante 63 % pertenece a impuestos provinciales y al famoso VAD (Valor Agregado de Distribución) que se determina íntegramente en Misiones, a decisión de la empresa prestataria del servicio.
Entonces, ¿el abusivo aumento se debe a una macabra decisión del presidente Mauricio Macri?, o en realidad EMSA aprovecha la situación para sacudir los bolsillos de los misioneros en búsqueda de algún dinero extra para afrontar los excesivos gastos de administración y de distribución que tiene, sumado a la millonaria deuda que mantiene con el mercado mayorista, que pone en riesgo los beneficios de la “Tarifa Social” y el “Plan Estímulo”. Saquen ustedes sus conclusiones.
Párrafo aparte merecen aquellos usuarios beneficiarios de la tarifa social, cuyo subsidio es financiado por la Nación pero es la provincia quien designa a los beneficiarios. Si se cumple con los requisitos, no se debería perder el beneficio y si de igual manera se pierde, es por una decisión exclusiva de EMSA.
Por lo pronto, atendemos casos particulares y encaramos reclamos que nos permitan llevar respuestas a la gente, pero sin dudas la solución de fondo es una revisión integral de las facturaciones, de lo medidores, del estado de las redes de distribución y de una empresa que hace tiempo no rinde cuentas.