Escribe (*) Yesika Pedrozo, Licenciada en Nutrición (MP- 420)
Soy de las que ha experimentado a lo largo de su vida que el desayuno sin dudas tiene una fantástica relación con la felicidad. Tal es así que como especialista en alimentos me gustaría explicarte porque es tan importante arrancar el día con esta primer comida: “El desayuno”.
Existen diferentes investigaciones y opiniones científicas del por qué el desayuno estaría involucrado en evitar que te pongas irascible, con mal humor. La relación entonces que hay entre el estado de ánimo y el consumo de alimentos por la mañana está medida por la síntesis de la serotonina, una sustancia química también conocida como hormona de la felicidad de la cual se cree gracias a estudios que ayuda a regular el estado de ánimo, el comportamiento social, el apetito, la digestión, el sueño, la memoria, el deseo y la función sexual. ¡Qué importante complemento!
Según un conocido profesor de Harvard y escritor estadounidense e israelí especializado en las áreas de la psicología positiva y liderazgo Ben-Shahar, define una lista sobre la felicidad, el desayuno es una de las trece cosas que debe tener en cuenta el ser humano para mantener el buen ánimo durante toda su jornada.
Las principales consecuencias de saltearse el desayuno son: el mal humor, falta de concentración, fatiga, bajo desempeño intelectual dado a los bajos niveles de glucosa en sangre (combustible del cuerpo), además mayor riesgo de tener obesidad, elevado colesterol y triglicéridos en sangre dado a una mala selección y distribución de los alimentos, aumenta 21% el riesgo de desarrollar Diabetes tipo II.
Mucho ruido hace la teoría de que no desayunar engorda. Y esto más que un mito es una realidad, el hábito de no desayunar hace que llegues al almuerzo hambriento, por lo que podés comer más de la cuenta. Por otra parte, tu metabolismo se desacelera para almacenar todas las calorías como reservas: abdomen, caderas, partes del cuerpo que engordan cuando tu organismo asume que estás en ayuno prolongado, pasás muchas horas sin ingerir alimentos desde que te acostás hasta tu nuevo día, entrando en un estado de alerta para evitar quedarse nuevamente sin sustratos de energía.
Comer un rico desayuno y saludable que contenga lácteos descremados, edulcorantes para evitar el exceso de azúcar, pan común o pan integral preferentemente, frutas frescas y de estación puede ser un estímulo efectivo para terminar de despertarnos, por ello debemos en estos tiempos de pandemia crear hábitos que incluyan el desayuno en nuestra rutina matutina, dado a que estamos más tiempo en casa, tenemos más tiempo para elaborar nuestros alimentos, los chicos estudian desde sus hogares, tiempo perfecto para desarrollar esta actividad. La primera comida del día es también una oportunidad para que compartás el tiempo con tu familia. También podés aprovechar el desayuno para dedicarte un tiempo a vos y a tus pensamientos, tus proyectos, para relajarte o simplemente un momento de calma antes del trajín del día.
RECOMENDACIÓN: aumentá la dosis de lo que te hace feliz, no tenés que comer menos, tenés que comer bien.
(*) Encargada del Gabinete de Nutrición del Instituto de Seguridad de la Policía de Misiones, Integrante de consultora de RRHH (Psicología y Nutrición), Integrante del Staff de profesionales Clínica SEMEDyT.