El Gobierno prevé mantener en los últimos meses de este año y en todo 2025 el bono para los jubilados y pensionados de ingresos más bajos, en principio con el mismo monto actual, que tiene un tope de $70.000, y sin incorporarlo al haber mensual. No se descarta, de todas formas, que pueda haber alguna actualización, pero en todo caso eso no sería en los próximos meses y es algo que se decidirá con total discrecionalidad; es decir, sin que se responda a una regla o índice específico.
Esa política referida al adicional que cobra la mitad de los beneficiarios del sistema contributivo de la Anses (y también quienes tienen pensiones no contributivas) quedó confirmada tras la participación de funcionarios en reuniones de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la cámara de Diputados.
Para quienes tienen como ingreso previsional solo un haber mínimo el bono es de $70.000 desde marzo. Es decir, lleva ocho meses congelado y, por tanto, va perdiendo poder adquisitivo por efecto de la inflación. Si se hubiera seguido el mismo criterio con el cual se actualizaron los haberes desde abril de este año, en octubre el monto sería de $127.207.
Este mes el haber mínimo del sistema general es de $244.320,56 y, con el refuerzo, se llega a $314.320,56 (cifra en bruto, en tanto al bolsillo llegan $306.991). Según la regla que se aplica mes a mes, quienes tienen un haber bruto de entre el valor mínimo ($244.320,56) y el valor mínimo más el bono ($314.320,56), perciben un adicional de un monto tal que se llegue a completar la última cifra (con un haber de $300.000, el refuerzo es de $14.320,56).
La falta de actualización del valor del bono provoca que el importe total recibido por los jubilados de más bajos ingresos tenga un aumento que, en términos efectivos, es inferior al determinado cada mes por el índice de movilidad.
Desde abril los haberes suben siguiendo la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de dos meses atrás informada por el Indec. A las prestaciones de octubre se les aplicó una suba de 4,17%; sin embargo, para quienes cobran la prestación mínima la suba efectiva respecto de septiembre es de 3,2%, como consecuencia de que se reajusta el haber propiamente dicho, pero no el refuerzo, cuyo pago depende cada mes de un decreto del Poder Ejecutivo.
“La discrecionalidad del bono nos da la flexibilidad de que si queremos incrementarlo más adelante lo podremos incrementar; resignaremos partidas de donde consideremos apropiado, pero en principio queremos dejar en claro que les garantizamos a los jubilados y pensionados que, como mínimo, van a tener el mismo bono”, sostuvo días atrás el secretario de Hacienda, Carlos Guberman, en respuesta a una consulta sobre el tema, durante una reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda de Diputados, en la que se analizó el proyecto de ley de gastos de la administración pública para 2025. El funcionario de Economía insistió en que se garantiza que el bono “va a estar”, aclaración que hizo -según afirmó- “porque muchas veces de habló de que queríamos eliminarlo”.
“Sin ajuste por IPC”
El director ejecutivo de la Anses, Mariano de los Heros, por su parte, dio una respuesta en el mismo sentido ayer, cuando en una nueva reunión de esa comisión de la Cámara Baja se le preguntó sobre la cuestión. De los Heros recordó lo dicho por Guberman y ratificó que “está proyectado mantener durante todo 2025 el bono $70.000, sin ajuste por IPC”, en referencia a la actualización que sí se les dará a los haberes.
Con el proyecto de presupuesto 2025, el Gobierno busca que, para las jubilaciones y pensiones, se ratifique la fórmula de movilidad incluida en el decreto de necesidad y urgencia (DNU) 274 de marzo último (el reajuste mensual siguiendo el índice de inflación que informa el Indec). Eso está contemplado en uno de los artículos de la iniciativa.
Según pudo saber LA NACION de fuentes del Gobierno y en línea con lo expresado por los funcionarios en Diputados, en los próximos días se emitiría nuevamente un decreto disponiendo el pago del bono de hasta $70.000 en noviembre. Ese mes los haberes tendrán un reajuste de 3,47%, como ya se informó, porque esa fue la variación promedio de los precios en septiembre.
Con ese reajuste, la jubilación mínima del régimen previsional general será el mes próximo de $252.798 y el haber máximo, de $1.701.095, según los valores en bruto.
En términos netos, el haber más bajo será de $245.214. Con el bono de $70.000 (aún no establecido por decreto), se prevé que en mano llegarán $315.214 para quienes perciben la prestación básica, cual habrá una diferencia de $8223 con respecto a lo cobrado este mes. En el caso del haber máximo, lo que se cobrará una vez hecho el descuento para el financiamiento del PAMI será de $1.606.613 ($53.880 más que en octubre).
Variaciones desde el inicio del año
El aumento nominal de los haberes (sin bono) acumulado entre el inicio del año y noviembre será de 139,5%. Entre enero y septiembre, mientras que la inflación según el Indec fue de 101,6%, el reajuste de los haberes (sin considerar el bono) resultó de 121,9%, algo que en términos estadísticos permitió -más allá de que el comportamiento de los precios tiene impactos diferentes en cada hogar-, una leve recuperación del poder de compra, luego de que en algo más de 6 años esos ingresos acumularon, hasta febrero último, pérdidas de su valor real de alrededor de 50%.
Para los ingresos más bajos, que están alcanzados por el bono de pago discrecional, la recomposición fue de un porcentaje bastante más reducido, a causa del congelamiento del refuerzo. Si hay adicional de $70.000 en noviembre, quienes cobran el haber mínimo tendrán un alza acumulada, en once meses, de 100,8% considerando el monto que efectivamente se recibe. Es una suba que queda muy por debajo de la inflación: desde el inicio del año y hasta septiembre (último dato disponible), mientras que el IPC avanzó un 101,6% el ingreso conformado por el haber mínimo y el bono de $70.000 tuvo un incremento de 89,5%.
Según la estadística publicada por la Subsecretaría de Seguridad Social, la mitad de los 5,94 millones de jubilados y pensionados del régimen contributivo general de la Anses cobró en septiembre el monto integrado por el haber mínimo más el bono de $70.000 y, de ese grupo, casi 9 de cada 10 obtuvieron su prestación con una moratoria (lo cual refleja un grave problema del sistema laboral).
También perciben el refuerzo quienes cobran prestaciones no contributivas, como la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM), que tiene un monto equivalente al 80% de la jubilación mínima.
Quienes quedaron al margen de los bonos fueron los más perjudicados en los últimos años por la caída del poder de compra de los ingresos previsionales, que alcanzó a todas las prestaciones.
Fuente: La Nación