Juan Emilio Bragado es un ingeniero forestal de 59 años egresado de la Facultad de Ciencias Forestales de Eldorado hace tres décadas. Se trata de un apasionado del arbolado urbano, al que considera uno de los tres ejes de su profesión, junto a los bosques nativos y a los cultivados. Actualmente se encuentra trabajando en la adaptación en la Argentina de un software del Servicio Forestal de los Estados Unidos. “El I-Tree es un software de gestión del arbolado urbano desarrollado por el Servicio Forestal de los EEUU que sirve para medir la reducción de gases de efecto invernadero, la remoción de contaminantes del aire, el mejoramiento en la calidad del agua, la disminución de radiaciones ultravioleta, la regulación de caudales, la producción de oxígeno y el ahorro de energía en edificaciones”, enumeró en una entrevista con ENFOQUE. Cree que el sistema informático será clave para la planificación del arbolado en Misiones, como herramienta de gestión que entre otros beneficios contribuye a mitigar el cambio climático que desde hace tiempo es una realidad y preocupación a la que hay que dar respuestas.

“Siempre trabajé en las cuestiones que tengan que ver con el cambio climático, con los servicios ecosistémicos de los bosques, que hoy por hoy están siendo más demandados que otros tipos de productos”, detalló el profesional, para quien “todo lo que tenga que ver con la captación del carbono atmosférico pasa por los árboles”.
Aseguró que la “Ingeniería Forestal está tomando ese rumbo”.
“El arbolado urbano no deja de ser un bosque, pero dentro de una ciudad. Y requiere una gestión, pero también necesita para que esa gestión sea eficiente de un gran conocimiento, de la dinámica, de cómo se comporta el bosque urbano, de qué es lo que pasa”, sostuvo Bragado.
Dijo que “cuando llega el Día del Árbol todos salen a plantar un ejemplar, se sacan una selfie y lo publican, pero en realidad cuando hablamos de arbolado urbano lo último que se debe hacer es plantar el árbol. Primero se debe planificar el diseño”.
Al momento de definir el arbolado urbano indicó: «es una rama importante de las Ciencias Forestales. Conforma la infraestructura verde de las ciudades y es lo que nos vincula con la naturaleza. Requieren de un plan de gestión que diseñe la arquitectura verde en función de la infraestructura gris que estas poseen, y que además seleccione las especies que más se adapten al espacio físico disponible para maximizar su producción de bienes y servicios. El arbolado urbano es mucho más que plantar un árbol en la vereda, es plantar el futuro de la belleza paisajística que nos acompañará en nuestras vidas, haciendo a las ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles, en un mundo amenazado por el cambio climático».
Según el ingeniero, “hay toda una ciencia atrás de lo que es el arbolado urbano, en cuanto al diseño y la estructura. Fundamentalmente se piensa en cómo potenciar al máximo los servicios ecosistémicos”.
Consideró que “otro de los errores que se cometen es colocar los árboles en cualquier lugar. Hay que determinar primero cuál es la especieque más conviene en función de varios aspectos. Hay que definir dónde quedaría localizado, el tamaño y el potencial en cuanto al servicio ecosistémico”.
El ingeniero forestal, que hace años colabora con la Red de Municipios frente al Cambio Climático, una organización conformada por más de 200 municipios de la Argentina, los gestores del arbolado urbano tienen que maximizar los servicios del bosque, para que mejore la calidad de vida de la ciudad.
“Todos los gobernantes tienen conciencia de la importancia del arbolado urbano, quizás lo que está faltando es el conocimiento. Entonces, necesitamos recursos humanos capacitados, para que una vez diseñada la arteria, la calle o la plaza, se opte por lo árboles adecuados”, remarcó y aclaró que “la puesta en valor del árbol demanda en recursos económicos y muchas veces los municipios no los tienen”.
Para que se tenga una idea del valor de esta apuesta, mencionó el ejemplo de Posadas: “Es característica las altas temperaturas que se registran en el verano y el arbolado urbano ayudaa aislarese calor en el conglomerado de cemento. Los árboles sirven para reducir las temperaturas y eso se traduce en ahorro de energía, porque harán que se necesiten menos horas de aire acondicionado”.
“Hay elementos que son volátiles que los árboles también los van los va captando. A través de las hojas, por ejemplo. Eso tiene también su beneficio, que se traduce en la purificación del aire y redunda en una mejor salud para los habitantes”, añadió y sumó que en zonas donde llueve mucho “hacen que disminuyan las correntadas que producen las inundaciones. Además, protegen el suelo”.

Bragado resaltó sobre las cualidades una clave para la especie humana: “Los árboles son la única fuente que tiene el planeta para captar ese gas de efecto invernadero. Y lo asimila en su madera”.
“Hay un dato que no es menor, el 70% de la humanidad vive en ciudades. Y las ciudades representan el 3% de las superficies de todo el planeta. Es decir, en el 3 % de la superficie vive el 70% de la humanidad. Los árboles nos conectan con la naturaleza”, aportó.
Bragado está trabajando en la adaptación del software estadounidense para utilizarlo en Resistencia, Chaco, cuyas autoridades están interesadas en el proyecto. “El principal insumo que necesita es el inventario o censo del arbolado urbano. Esto no implica solamente la unidad, también el tamaño,la dimensión de la copa, datos meteorológicos de la ciudad y de contaminante atmosférico”, comentó.
Cree que para fin de 2020 ya tendría esa adaptación y está esperanzado en poder utilizar el I-Tree Eco en Posadas. “Una de las ventajas que tiene el software es que usa datos locales”, apuntó.
“Si el tema no está en la agenda política, no se mueve nada. Creo que el arbolado tiene que ser una prioridad por todos los beneficios. Acá siempre fue relegado el asunto. Primero tiene que haber todo un bagaje de planificación, de diseño y algo que no es menor,la comunidad tiene que estar empoderada sobre la importancia del bosque urbano”, opinó.
El ingeniero apuntó que “Misiones es una provincia formidable en cuanto a especies. Creo que se debería tener una red de viveroslocalizados estratégicamente para abastecer a los municipios de especies”.
Confió que su “idea es armar una red para ir evaluando, mejorando y perfeccionando el arbolado urbano, hay mucho por hacer en todas las ciudades. Las leyes están muy buenas en su declaración, pero deben ser acompañadas con recursos”.
Bragado es un apasionado y lo que dijo al cierre de la charla lo ratifica: “Si yo fuera árbol, lo que menos quisiera ser es de la ciudad porque son los más castigados por las podas y la presión del cemento”. De ahí que quiera darles una mejor vida.