Hartas de soportar las inundaciones del arroyo La Chancha, que atraviesa la chacra 239, las familias decidieron cortar -hace seis días y continúan asentados ahí- la avenida 115 y Andresito, reclamando que el Instituto Provincial de Desarrollo Habitacional (Iprodha) las relocalice porque viven en condiciones paupérrimas hace más de 30 años, y ya pasaron varios meses desde que fueron censadas.
«No nos vamos a mover de la avenida hasta que haya soluciones», coincidieron los vecinos, acompañados por el diputado del Partido Agrario y Social, Martín Sereno, quien ya inició gestiones ante el Iprodha, la Municipalidad de Posadas, el Ministerio de Derechos Humanos y la Defensoría del Pueblo de Posadas, solicitando que intervengan con urgencia, considerando las condiciones de insalubridad que padecen niños, niñas y mujeres debido a la contaminación y el hacinamiento de la zona.
Un de las madres del barrio, Micaela Gómez, señaló que el más reciente compromiso de las autoridades municipales de Posadas fue un acta firmada en noviembre del 2017, cuando estaba embarazada. En ese momento recibió promesas que mientras se concretaba la relocalización, le llevarían un corte de casa, porque «vieron que mi casita se caía a pedazos después de tanto barro e inundación. Mi hija ya nació y nunca cumplieron», lamentó.
La mujer reclama una solución definitiva. «Hace 30 años que estoy en el barrio, y éste no es el primero ni el segundo corte que hacemos sobre la avenida. Durante todo mi embarazo yo sufrí lluvias e inundaciones con agua, mierda, bichos, perros muertos que el agua mete adentro de mi casa. Tengo una nena de 3 años que está llena de heridas en las piernas, la carita y los brazos, mi beba tiene dos meses y vive congestionada por la humedad, y todavía no hay solución para nosotros. Cada tanto aparecen funcionarios o punteros con mentiras, nos hacen firmar cualquier papel que seguramente después lo tiran porque nunca solución nada».
Está madre está desesperada porque ve a sus hijas enfermas, no tiene dinero para los medicamentos, su vivienda precaria apenas se sostiene, y su situación no mejora.
Micaela reiteró que hace más de cinco meses en el corte anterior, aparecieron unos funcionarios, y entre todos firmaron un acta de compromiso, levantaron el corte, pasaron 30 días, y todavía no hay respuesta. «Cuando reclamamos se pasan la responsabilidad unos a otros; pero no resuelven y seguimos en la espera. Nos piden paciencia, que ya nos van a relocalizar; pero nuestra paciencia se acabó. Parece que están esperando que se muera otra criatura como pasó cuando en el arroyo se ahogó un chico, para pensar en nosotros como ciudadanos con derechos», dijo la mujer con indignación.
Otra de las vecinas que permanece en la avenida es Patricia Morales que hace más de 20 años vive en la chacra 239 también escuchó promesas vanas y sufre con su casa inundada ante cada lluvia.
«Todos estamos afectadas por la inundación y esperamos ser relocalizados. Tengo tres chicos con discapacidad, tienen trastornos madurativos, una de mis hijas se contaminó con los líquidos cloacales porque cuando llueve el agua arrastra todo. Vivir a lado del arroyo es terrible, y más ahora que comenzaron con las obras. Por eso empezamos a cortar la avenida, y nos trajeron colchones y frazadas; pero eso sirve muy poco tiempo porque llueve y se moja todo.
Queremos que nos den una casa en otro lugar alto que no se inunde. Somos todos argentinos y no puede ser que nos traten como a gente sin derechos. Mis hijos tienen todos los papeles de su discapacidad, pero no puedo cobrar los subsidios que corresponden. El de 17 años casi se muere porque tuvo una neumonía brava, y cada vez que levantaba fiebre tenía convulsiones. Las autoridades municipales lo saben; pero no son capaces de darme un lugar donde no sufra más las tormentas y las lluvias», dijo Patricia, con dolor.
El diputado Sereno destacó que la mayoría de los chicos de la chacra 239 tienen infecciones cutáneas, problemas de piel, hongos, heridas en las piernas, en los brazos, en la boca, «y eso es consecuencia de la contaminación que sufren. Por culpa de este Estado irresponsable y ausente se están enfermando las familias del barrio. Por eso pedimos un operativo de salud en el lugar y que que la Dirección de Vialidad haga bocas de tormenta».
Recordó que esto no empezó ahora, «hace muchos años que los vecinos sufren estos problemas que se agravaron cuando empezaron las obras del arroyo. Y entonces hubo promesas de relocalización que no fueron cumplidas, y ya no aguantan más porque se están enfermando todos. Por eso decidieron salir nuevamente a la calle, y desde el bloque decidimos gestionar una solución ante el Iprodha y el resto de los organismos», explicó
Uno de los padres de familia, Daniel Martínez lamenta los mismos problemas que sus vecinos: crece el arroyo, las calles se inundan, entran los desechos del desague a las viviendas y siguen sin respuestas. «Vino el personal de la Municipalidad, nos prometió sacarnos del lozadal; pero siempre ocurre lo mismo, nos quedamos con esas promesas, levantamos el corte, pasa el tiempo, llueve, vuelve a inundarse, y seguimos igual, por eso decidimos cortar la calle otra vez», se queja.
Hace un tiempo el arroyo se llevó la vida de un niño de 8 años, y los vecinos no olvidan esa tragedia. «La mayoría de las familias que estamos aguantando en la avenida tenemos hijos, por eso estamos acá. No nos gusta hacer esto; pero necesitamos una mejor calidad de vida».
Como al resto, a Daniel se le agotó la paciencia. «Nos toman por estúpidos, por eso esta vez no vamos a levantar el corte hasta que las autoridades nos ofrezcan una solución. Tengo una hija que es asmática y el otro día casi se muere porque no tenía el inhalador; tiene problemas bronquiales por la humedad que hay en este lugar, y ya no sabemos qué hacer».
Cuenta que cuando crece el agua del arroyo, hay riesgo con los cables de electricidad.
«Ya nos pasó que la policía tuvo que socorrernos porque estaban todas las cosas electrificadas, por suerte no tuvimos que lamentar la vida de nadie. Por todo eso decidimos decir basta y salimos a la calle hasta que haya una solución real. No queremos más mentiras. Se acercan cuando necesitan nuestros votos; pero ahora les exigimos nosotros, que dejen de llenarse los bolsillos, y se ocupen del pueblo», entatizó Martínez.
En la nota que envió el Bloque de Diputados del PAyS, que preside Martín Sereno, al titular del Iprodha, Santiago Ros, destacan que las familias que habitan la chacra 239, de Posadas, «padecen desde hace 30 años el abandono y la violencia brutal por parte del Estado, sobre todo los más vulnerables, niños, lactantes, discapacitados y embarazadas. Las enfermedades que sufren incluyen desde patologías respiratorias, infecciones cutáneas, hongos y lastimaduras en el cuerpo por las condiciones sanitarias en que viven. Hace aproximadamente cinco meses funcionarios de la Municipalidad de Posadas firmaron un acta junto a las familias donde prometieron solución a los reclamos, como por ejemplo, el desborde continuo del arroyo La Chancha, y aún siguen en la misma situación, y exigen que se garanticen sus derechos».
Advierte que la salud de madres, niños y niñas corre riesgos, ya que cada inundación genera serios problemas sanitarios; «con el agua se desborda fluyen afluentes de todo tipo, desde materia fecal, animales en descomposición, a esto se le suma que hay niños en estado de desnutrición y enfermos por las condiciones del contexto donde crecen».
El legislador sostuvo que el reclamo de los vecinos «es histórico y cada vez se agrava más la situación de insalubridad. Eso motiva que a través de su intermedio -expresa a Ros- se gestione de manera urgente las medidas necesarias para relocalizar a 14 familias en estado más crítico, y se atienda el desborde del arroyo que circunda las viviendas», manifestó Sereno.