China exigió ayer que Canadá libere a la directora financiera del gigante electrónico Huawei tras su detención a pedido de Estados Unidos, en un hecho que amenaza con complicar la tregua comercial lograda entre las dos grandes potencias el último sábado en Buenos Aires.
La indignada reacción china llegó horas después de que el Ministerio de Justicia de Canadá informara que la ejecutiva Wanzhou Meng, hija del fundador de Huawei, había sido detenida el 1 de diciembre en el aeropuerto de Vancouver debido a un pedido de extradición de Estados Unidos.
El ministerio dijo que no podía explicar los motivos de la detención, pero el diario canadiense The Globe and Mail señaló que el arresto y extradición habían sido solicitados por las autoridades estadounidenses por la supuesta violación, por parte de Huawei, de las sanciones económicas impuestas por Washington a Irán.
“China ha presentado una queja formal a la parte canadiense y a la estadounidense pidiéndoles que expliquen inmediatamente la razón del arresto y liberen a la persona detenida”, afirmó el portavoz de la cancillería china, Geng Shuang, en una rueda de prensa en Pekín.
La detenida, de 46 años, comparecerá hoy ante un juez en Canadá, que deberá decidir si la libera bajo fianza mientras evalúa el pedido de Estados Unidos o si directamente la extradita al país vecino, dijo el Ministerio de Justicia canadiense en un comunicado.
El arresto se produjo el mismo día en que el presidente chino, Xi Jinping, y el estadounidense, Donald Trump, cenaron en Buenos Aires tras la cumbre del Grupo de los 20 (G-20) y acordaron una endeble tregua de una guerra comercial de meses lanzada este año por Estados Unidos y que amenaza la estabilidad económica mundial.
Preguntado por si la detención afectará a estas negociaciones comerciales, el portavoz de la Cancillería china se limitó a señalar que las partes deben respetar el acuerdo alcanzado entre ambos líderes y continuar con el diálogo para consolidar dicho acuerdo.
Según The Globe and Mail, que adelantó la noticia de la detención, Estados Unidos sospecha que Huawei envió productos elaborados en suelo estadounidenses a Irán, rompiendo con ello las sanciones vigentes.
En abril, el diario estadounidense The Wall Street Journal ya había informado que el Departamento de Justicia norteamericano tenía una investigación abierta sobre este asunto.
El portavoz de Pekín señaló que China, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, siempre respeta las resoluciones de ese organismo, pero se opone “a la imposición unilateral de sanciones de cualquier país fuera del Consejo”.
Huawei aseguró ayer en un comunicado que cumple “con todas las leyes y regulaciones aplicables donde opera, incluidas las leyes y regulaciones aplicables de control y sanción de las exportaciones de la Organización de las Naciones Unidas, Estados Unidos y la Unión Europea”.
Huawei, fundada en 1987, se ha convertido en el mayor fabricante mundial de equipos de telecomunicaciones y es uno de los mayores fabricantes de teléfonos móviles (ver aparte). Ese crecimiento profundizó las preocupaciones de seguridad de Estados Unidos, cuyos últimos gobiernos -el del republicano Trump y el de su antecesor demócrata, Barack Obama- presionaron a los países europeos y otros aliados para que limiten el uso de su tecnología.
Washington ve a Huawei y a los proveedores de tecnología chinos más pequeños, además de como competidores comerciales, como posibles frentes para el espionaje.
Fuente: Ambito