A 80 años de la elección de Pío XII (1939-1958) -un papa acusado por algunos por su supuesto «silencio» ante el Holocausto- Francisco anunció que se abrirán a los archivos secretos relativos a este controvertido pontificado el 2 de marzo de 2020, el año próximo.
«La Iglesia no le tiene miedo a la historia. Al contrario, la ama y querría amarla más y mejor, como la ama Dios. Por lo tanto, con la misma confianza que mis predecesores, abro y le confío a los investigadores este patrimonio documental», agregó.
El rol de Pío XII -Eugenio Pacelli-, electo al trono de Pedro justo cuando se desató la Segunda Guerra Mundial, siempre estuvo rodeado de controversia ya que algunos grupos judíos lo acusaron de no haber hecho lo suficiente para detener el genocidio nazi. En lo que algunos consideraron una campaña en su contra, que se desató terminado el conflicto y creó una verdadera «leyenda negra», primero influenció inmensamente a la opinión pública la pieza teatral «El vicario», de Rolph Hochhuth. Es sabido que esta no fue fruto de una seria investigación histórica sino de la interpretación personal del dramaturgo, convencido de que ante la doble amenaza de los nazis y los bolcheviques, Pío XII se inclinó a favor de los primeros. Luego el best-seller «El Papa de Hitler», del británico John Cornwell, que acusó a Pío XII -que fue nuncio en Berlín- de haber callado frente a la matanza de judíos por ser germanófilo. «El vicario» se convirtió años más tarde en la famosa película «Amen», del director Costa Gavras, cuyo afiche es recordado por crear un gran escándalo al juntar la cruz cristiana con la cruz gamada de Hitler.
El Vaticano, en cambio, siempre defendió a Pío XII -de hecho, abrió un proceso de beatificación, por el cual alcanzó el escalón de «siervo de Dios-, sosteniendo que salvó a miles de judíos -escondiendo algunos incluso en la residencia veraniega de Castelgandolfo- pero en forma discreta. Benedicto XVI defendió y elogió a la figura de papa Pacelli en más de una oportunidad y una vez hasta citó una famosa carta de pésame escrita por Golda Meir en ocasión de su muerte que destacaba cómo «durante los diez años de terror nazi su voz se levantó en favor de las víctimas».
Francisco aludió a las controversias al destacar que «la figura de este Pontífice, que se encontró a conducir la Barca de Pedro en un momento entre los más tristes y oscuros del siglo XX, desgarrado por el último conflicto mundial, ya ha sido indagada y estudiada, a veces discutida y hasta criticada, podríamos decir con algún prejuicio y exageración». Y destacó que «hoy ha sido oportunamente revalorizada y puesta en la justa luz por sus poliédricas cualidades: pastorales, ante todo, pero también teológicas, ascéticas, diplomáticas».
Por lo general el Archivo Secreto del Vaticano establece que debe pasar un período de tiempo desde la muerte de un papa para que pueda abrirse a los investigadores la documentación correspondiente a su pontificado. En el caso de Pío XII se hablaba de un «período cerrado» de 70 años.
Como recordó monseñor Sergio Pagano, prefecto del Archivo Secreto Vaticano, en un artículo en L’Osservatore Romano, en verdad, visto el gran interés por indagar documentos de la Santa Sede relativos al período entre las dos guerras mundiales, Juan Pablo II en 2002 y 2004 abrió algunos archivos del pontificado de Pío XI (1922-1939), relativos al archivo de la nunciatura apostólica en Berlín (donde fu nuncio Pacelli) y a la Oficina del Vaticano para informaciones sobre prisioneros de guerra. En 2006 Benedicto XVI, papa emérito, decidió abrir todo el pontificado de Pío XI y ordenó que el Archivo Secreto comenzara a hacer una preparación e inventario de la enorme mole de documentos perteneciente al pontificado de Pío XII, algo que necesitó nada menos que de trece años. De ahí, la decisión de apertura de Francisco, el 2 de marzo de 2020.
En una entrevista con La Vanguardia, en junio de 2014, el exarzobispo de Buenos Aires había adelantado este deseo y también había defendido a Pío XII: «le han tirado encima de todo», lamentó. «A veces me da un poco de urticaria existencial cuando veo que todos se la toman con la Iglesia y Pío XII y se olvidan de las grandes potencias», dijo, al recordar que estas tenían las fotos de la red ferroviaria de los nazis para llevar a los judíos a los campos de concentración, «pero no las bombardearon».
Fuente: La Nación