En tiempos donde las opiniones con poco anclaje conceptual abundan y escuchar posiciones reflexivas de fondo suelen ser una rareza, la concejala posadeña Natalia Giménez (FR) salió del molde. Al cumplirse un año de la sanción de la Ley de Paridad de Género, hizo un análisis de la importancia de la norma e instó a la sociedad en su conjunto a un cambio cultural para llegar a la verdadera igualdad entre el hombre y la mujer. Como camino pidió avanzar en la construcción de liderazgos femeninos.
También remarcó la importancia de la Ley Micaela de capacitación obligatoria en género, que abarca a todas las personas que se desempeñen en la función pública en todos sus niveles y jerarquías.
En una entrevista con ENFOQUE, la edil renovadora, que el 10 de diciembre termina su mandato, consideró que la ley que establece que en las listas legislativas tiene que haber 50% de hombres e igual proporción de mujeres “es una de las grandes conquistas de la lucha histórica del movimiento de mujeres”.
“No es del momento, no es coyuntural, es una lucha que hay que entenderla en términos históricos. Que lleguemos hoy a la paridad tiene que ver con que hay detrás muchas mujeres que hicieron que estemos en este tiempo de la historia. Con la paridad de género recién tenemos universalidad”, sostuvo.
Aclaró que a ella le “gusta enmarcar a la paridad dentro de un proceso cultural, la transformación de la sociedad tiene que ser tras una transformación de la cultura”.
“La cultura es todo lo que el ser humano produce o crea. Es una construcción de todos. Somos quienes determinamos los roles en una sociedad, para los varones, para las mujeres. Debemos pensar la paridad en esos términos. Si es una construcción, cómo hacemos para que las desigualdades se deconstruyan”, conceptualizó.
Políticas públicas
“Estoy convencida de que las políticas públicas tienen que ir acortando esas desigualdades entre varones y mujeres. Ese trabajo que es del Estado no tiene que ver sólo con la participación política de las mujeres, porque la Ley de Paridad habla solo de la participación de mujeres en listas legislativas”, aclaró y completó: “Pero esto no tiene que ver sólo con el cupo, sino con la construcción de liderazgos femeninos. En ver de qué manera nosotros como sociedad generamos liderazgos femeninos y no solo en la política. Hay que pensar en todos los sectores. Que niños y niñas se vean representados en liderazgos de mujeres, en el deporte, en lo académico, en lo empresarial, en lo social. Esas son las construcciones de liderazgos”.
“Esa construcción de liderazgos hay que hacerla en conjunto. Por ejemplo, el cuadro político de este momento es Cristina Fernández. El hecho de que haya sido Presidenta en dos períodos, de que existan generaciones que la vieron ocupar el cargo institucional más alto que existe en la Argentina, genera una representación. Las niñas que la vieron crecerán sabiendo que una mujer, cualquiera de ellas, puede ser Presidenta y los niños que una mujer puede ser Presidenta”, indicó.
Afirmó que “el foco de la transformación cultural es la construcción de esos liderazgos, con políticas públicas, porque el Estado siempre tiene que estar un paso más adelante”.
En primera persona
“Hicimos una celebración del Día de los Derechos Políticos de las Mujeres, en el Centro de Convenciones, y convocamos a mujeres de distintos sectores a que cuenten su historia, son quienes lograron liderazgo en distintos sectores. Ellas relataron a otras mujeres cómo lograron sobresalir, ser representativas. Fue muy enriquecedor”, comentó.
Sobre cómo el misionero y la misionera viven estos tiempos, sostuvo que “en términos teóricos estamos en un cambio de paradigma. Ese se ve y se siente. El tema está en agenda”.
“El cambio está funcionando con las mujeres que se animan a denunciar, como la chica que denunció haber sido manoseada por el pediatra en Posadas, caso ahora investigado por la Justicia. El cambio cultural no se va a dar sólo en un sector de la sociedad, sino en todos”, aseguró.
Giménez reconoció que “a las mujeres les cuesta muchísimo llegar a los lugares de representación, en esta sociedad donde las desigualdades están tan marcadas. A las mujeres se nos exige mucho más que a los hombres. Tenemos que demostrar cosas que por ahí los varones no tienen que demostrar”.
Sobre otra de las caras de la falta de equidad, que es la brecha salarial, señaló: “No es que a las mujeres les pagan menos por ser mujeres, sino que llegan mucho menos que los varones a lugares jerárquicos. Y ahí es donde surge la brecha. Apenas el 1% de las empresas más importantes del mundo tienen una CEO”.
La concejala que preside la Comisión de Equidad de Género del Concejo Deliberante de la capital provincial pidió “ir más allá. El cupo del 50% marca la equidad en representación legislativa. La norma sola no alcanza, se requiere un cambio cultural”.
“Para terminar la brecha salarial, tenemos que impulsar el empleo. Pero en la Argentina de 2019 tenemos que hablar de Emergencia Alimentaria, es doloroso”, lamentó.
Sobre su trabajo en la Comisión, dijo que todo apunta a sostener el nuevo paradigma. “y, por ejemplo, la adhesión municipal a la Ley Micaela va a aportar al cambio cultural y social, porque permitirá capacitar a todos los empleados del Estado, de los tres poderes, en perspectiva de género”.
“Además viene a reforzar el trabajo que viene realizando el municipio desde la Dirección de Equidad de Género ya desde 2017, con las capacitaciones en perspectiva de género, que han abarcado hasta la fecha a unos 1300 agentes comunales. A estos se suman más de 60 trabajadores del Concejo, que fueron parte de la primera capacitación en la materia”, agregó.
Distante de las posturas radicalizadas
Giménez se mostró distante de las posturas feministas radicalizadas. “El diálogo es el que permite un acuerdo entre partes. Los extremos no conducen a nada, se estancan en un punto”, dijo.
“En términos de concepto, el feminismo no es lo mismo que el machismo. No persigue el avasallamiento de derechos. Es un movimiento social que busca la equidad entre varones y mujeres”, diferenció.
Giménez reiteró que hay un cambio de época y que está en la población, hombres y mujeres, profundizarlo y, sobre todo, consolidar el nuevo paradigma.
Artículo publicado en la edición N° 50 de Revista ENFOQUE