Son mochilas cargadas de conocimiento, que tienen como finalidad la protección de nuestros recursos naturales. Forman parte de una iniciativa de Educación Ambiental que nació en Perú, de la mano del Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (OSINFOR), y que hoy puede replicarse en Misiones, gracias al trabajo conjunto con el Ministerio de Ecología, la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones y el Servicio Forestal de los Estados Unidos.
Este jueves se entregaron las primeras Mochilas Forestales, a 11 agentes replicadores, 5 de la cartera ecológica provincial y 6 de la FCF de la UNaM. Ellos serán los iniciadores de esta experiencia de sensibilización que busca capacitar a los actores del territorio provincial con injerencia en los cambios de uso de suelo.
El acto se realizó en la sede del Ministerio, con la presencia de capacitadores y autoridades del organismo. Cada uno de ellos recibió los elementos didácticos para llevar adelante su tarea formadora, con sus pares interesados en la temática, con productores y en comunidades aborígenes.
La Mochila aborda como tema los cambios de uso de suelo, con los siguientes ejes: Valores de los bosques, Amenazas, Actores en el campo del uso del suelo, Manejo forestal sostenible, Agroforestería sostenible y la normativa y la relación con el bosque.
Co-creación entre Perú y Argentina
Iliana Janine Pérez Meléndez, Ejecutiva de la Subdirección de Desarrollo de Capacidades del OSINFOR, explicó que «nuestra entidad cumple una actividad misional de poder contribuir al aprovechamiento sostenible de los bosques. En esta oportunidad, estamos ante un trabajo de co-creación con el Ministerio de Ecología, la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional de Misiones y el Servicio Forestal de los Estados Unidos, pilares para diseñar esta iniciativa con la temática ‘Cambio de uso de Suelo’».
«Tiene la finalidad de poder sensibilizar y capacitar a todas las personas que están vinculadas con las prácticas de cambio de uso de suelo», resumió.
La funcionaria indicó que «Perú y Argentina, sobre todo Misiones, tienen importantes superficies boscosas, donde hay biodiversidad, pero que también están vulnerables por amenazas como la deforestación». Añadió que el desafío es lograr la convivencia entre las personas que hacen actividades económicas, como es la producción de cultivos, y el bosque. «Hay un proceso de brindarles condiciones habilitantes para que puedan obtener sus cultivos, pero con prácticas sostenibles para seguir conservando los bosques», sostuvo.
Pérez Meléndez consideró el trabajo conjunto con el Ministerio de Ecología como un «proceso muy rico, porque permite que dos países puedan juntar sus estrategias comunes hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible y poder contribuir a mitigar el cambio climático».
Jhonatan Portocarrero, especialista en Capacitación Forestal y de Fauna Silvestre del OSINFOR, agregó que la Mochila «es una metodología, una herramienta de capacitación que nos permite llegar de manera fácil, ágil, puntual y participativa al público. Buscamos alcanzar al capacitado con un mensaje claro y puntual, sin confundirlo».
«Para nosotros ha sido muy gratificante compartir conocimientos con especialistas, guardaparques y guardabosques. Esta herramienta dispone de un franelógrafo, que se utiliza como pizarra para adherir las distintas piezas gráficas que van conformando el eje temático», detalló el especialista.
«Se trata de construir conocimientos de forma dinámica con los capacitados. Lo utilizamos en Perú desde 2013 con resultados muy positivos», reconoció Portocarrero.
Un año de trabajo
El Director General de Bosques Nativos del Ministerio de Ecología, Milton Moran, contó que la idea de implementar la Mochila empezó hace un año, cuando dos ingenieros de su área, Florencia Abramchuk y Mateo Sosa, viajaron a Guatemala para una capacitación del Servicio Forestal de los Estados Unidos. Allí entraron en contacto con el OSINFOR y vieron la posibilidad de implementar la herramienta en Misiones.
«Se trabajó de manera virtual. Fueron muchos encuentros, porque había que adaptar el dispositivo, utilizado originalmente con comunidades de pueblos aborígenes de la Amazonia peruana, a las particularidades de Misiones», recordó.
Para Moran, «el valor es enorme, porque estamos hablando de Educación Ambiental, con una temática que es la del cambio de uso de suelo, que implica la protección y el cuidado de distintos recursos naturales».
«Es un instrumento valioso, porque creemos que de la mano de la Educación Ambiental hacia los agentes que están en territorio, los distintos actores, los colonos, las comunidades aborígenes, llegaremos de manera más eficiente. Los conocimientos nos darán herramientas para un mejor uso de los recursos que tenemos, con buenas prácticas de manejo, cuidando el suelo, el agua, la flora y la fauna».