Por Alejandro Rodríguez, Lic. y Ejecutivo de Inversiones en Carles Inversiones
En estos últimos días y lo que es sin dudas algo muy habitual en nuestra Argentina adolescente, el dólar vuelve a estar en boca de todos demostrando una vez más, que el billete verde puede permanecer bastante tiempo en penumbras, sin embargo el menor aleteo político, lo pone nuevamente en primera plana. Ahora bien, ¿Es para preocuparnos este rally alcista que lleva varias jornadas?
Es importante comenzar explicando que a partir de la salida del cepo en diciembre de 2015, cuando se produjo más un sinceramiento que una devaluación en el valor del dólar en el orden del 42% (de $9.84 a $13.95), se determinó un nuevo mecanismo de flotación cambiaria donde la divisa es fijada libremente por el efecto de la oferta y la demanda aunque dentro de ciertos límites no establecidos por el Banco Central de la República Argentina. Por consiguiente, los efectos internos y externos pasan a jugar un papel distinto en la cotización a diferencia de los que sucedía durante el cepo donde el efecto de una suba se veía en la caída de reservas para mantener el tipo de cambio en caso de que la divisa intentara escaparse.
Si bien es cierto que desde el 17 diciembre de 2015, el dólar no había experimentado grandes fluctuaciones, tanto el Brexit con una suba del 8%, como la victoria de Trump con un otra de 4%, ya habían puesto a la divisa a trotar.
De hecho en mayo último el efecto Brasil con la casi salida de Temer del poder, produjo un aumento del 3%e inclusive la sorpresa que significo que el Msci el pasado 20 de Junio no elevara al país a la categoría de país emergente, también produjo un pequeño salto de la divisa.
Pero a pesar de todos y cada uno de estos sucesos externos, a los pocos días nuevamente apareció la oferta y la divisa retrocedió.
Sin embargo, el cierre de listas del pasado 24 de Junio sobre todo luego de que se dieran a conocer los nombres de los candidatos, entre los cuales figura la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, produjo un movimiento interno político donde la moneda experimentó su propio brote verde, y luego de seis meses de cotizar en torno a los $16 pesos sumó varias ruedas de suba en las que acumuló un avance de casi el 5% en los últimos 10 días.
No obstante el efecto interno mencionado, también existía la sensación de que el dólar en los valores previos a esta suba, venía bastante atrasado producto en gran parte de la fuerte toma de deuda para financiar el déficit fiscal, ayudado por una no menor liquidación de cosecha gruesa que tiene su periodo fuerte en el segundo trimestre de cada año.
Adicionalmente y a modo muy simplista, si tomáramos como base los $13,95 como valor del dólar desde la salida del cepo y el inicio de la flotación cambiaria, el mismo aumento hasta estos días solo un 25% cuando en el mismo periodo experimentamos una inflación de casi el 54%, es decir que de todos los bienes de la economía, el dólar fue de los que menos vio aumentar su precio desde la salida del cepo.
Ahora bien, tengamos muy presente que la coyuntura electoral siempre plantea incertidumbres, ello se traduce en dolarización de carteras y nuestro sistema electoral plantea elecciones cada dos años lo cual claramente no ayuda. Sin embargo, esta volatilidad actual con la ayuda de la oferta encontrará un nuevo equilibrio, siempre y cuando se establezca dentro de los límites que el Bcra considere aceptable, de lo contrario tiene reservas suficientes (casi USD 48mil millones) para salir a contener cualquier suba extra.
Recordemos también que el tipo de cambio establecido por el presupuesto para este año es de $18 y muy probablemente este sea su valor para fines de año o al menos hasta las elecciones de fines de octubre.
nombres de los candidatos, entre los cuales figura la ex presidente Cristina Fernández de Kirchner, produjo un movimiento interno político donde la moneda experimentó su propio brote verde, y luego de seis meses de cotizar en torno a los $16 pesos sumó varias ruedas de suba en las que acumuló un avance de casi el 5% en los últimos 10 días.
No obstante el efecto interno mencionado, también existía la sensación de que el dólar en los valores previos a esta suba, venía bastante atrasado producto en gran parte de la fuerte toma de deuda para financiar el déficit fiscal, ayudado por una no menor liquidación de cosecha gruesa que tiene su periodo fuerte en el segundo trimestre de cada año.
Adicionalmente y a modo muy simplista, si tomáramos como base los $13,95 como valor del dólar desde la salida del cepo y el inicio de la flotación cambiaria, el mismo aumento hasta estos días solo un 25% cuando en el mismo periodo experimentamos una inflación de casi el 54%, es decir que de todos los bienes de la economía, el dólar fue de los que menos vio aumentar su precio desde la salida del cepo.
Ahora bien, tengamos muy presente que la coyuntura electoral siempre plantea incertidumbres, ello se traduce en dolarización de carteras y nuestro sistema electoral plantea elecciones cada dos años lo cual claramente no ayuda. Sin embargo, esta volatilidad actual con la ayuda de la oferta encontrará un nuevo equilibrio, siempre y cuando se establezca dentro de los límites que el Bcra considere aceptable, de lo contrario tiene reservas suficientes (casi USD 48mil millones) para salir a contener cualquier suba extra.
Recordemos también que el tipo de cambio establecido por el presupuesto para este año es de $18 y muy probablemente este sea su valor para fines de año o al menos hasta las elecciones de fines de octubre.
Finalmente, sin lugar a dudas el resultado electoral marcará un nuevo camino para la divisa estadounidense. Si el oficialismo no logra una buena elección, una nueva dolarización de carteras plantearía un nuevo cambio de tendencia puesto que pondría en serias dudas la posibilidad de mantener el programa económico actual. Por el contrario, si el gobierno logra consolidarse, la calma se apoderará de la cotización del billete verde en el corto plazo.