Para Gustavo Alvarenga, presidente de la Asociación Misionera de Hoteles, Bares, Restaurantes y Afines (AMHBRA), el rubro tardará mucho en levantarse del golpe que le asestó la pandemia del coronavirus. Sin embargo, tiene mucha fe en que esa recuperación se dará y argumentó que para eso será clave la idiosincrasia de los referentes del sector. “En la provincia, la mayoría son empresas familiares. Y al ser de este tipo, ponemos el corazón para sacar adelante el emprendimiento. Dejamos nuestra vida para mantener el negocio abierto”, aseguró.
“El rubro está en una crisis muy profunda. El impacto del virus fue nivel mundial y el sector fue uno de los más golpeados. Hablo de la gastronomía, la hotelería y el transporte. Todo lo que es eventos también está parado”, indicó en una entrevista con ENFOQUE.
Alvarenga aclaró que “uno ve lo que es el movimiento en la capital con la reactivación, pero no es lo mismo en toda la provincia”.
El presidente de la AMBRHA afirmó que “con la apertura del turismo interno, hay hoteles abiertos, de jueves a domingo. Funciona en promedio el 30% de la hotelería. Le está yendo bien al sector de lodges y cabañas. La gente está buscando ese tipo de alternativas”.
¿Abrir las fronteras?
“Esto volverá a funcionar de manera plena una vez que se abran las fronteras interprovinciales e internacionales. Y aquí surge la pregunta, ¿sucederá eso? Sabemos que primero está la cuestión sanitaria. En Misiones, más allá que se registran nuevos casos todos los días, la situación aparece controlada”, sostuvo el empresario.
Añadió que “el turismo vive del tránsito de personas y no se puede vender un servicio online. Más allá de que están llegando unos vuelos y empezaron a circular los micros, el volumen es muy reducido”.
Recordó que “los países limítrofes son dos grandes emisores de turistas para nuestra región, sobre todo Brasil. Incluso actualmente podrían llegar muchos más porque el escenario económico de la Argentina les resulta atractivo”.
Alvarenga admitió que “económicamente al sector le conviene que abran las fronteras, pero la salud ante todo. Si llegan a registrarse casos importados y la situación se complejiza podríamos varios pasos hacia atrás. No es lo mismo la reactivación en otros rubros. El turismo tardará mucho más tiempo en levantarse”.
Consideró que “a los hoteles grandes no les cierra los números abrir para pocos visitantes. Pero aún cerrados siguen generando costos, de mantenimiento del personal y de infraestructura”.
El empresario, que tiene a su cargo dos hoteles en Misiones, comentó que “en esta parte del mundo pudimos ver cómo se desarrollaba la película del COVID-19 en otros puntos, como en Europa. Y también cómo tuvieron que volver para atrás cuando se registraron rebrotes”.
“Cuando llegó el virus en marzo, nos dijeron que había que cerrar y lo hicimos. Prácticamente tuvimos que echar a los clientes y eso nos dolió mucho. Hay una dimensión que es el impacto psicológico que genera todo esto. Desde marzo hasta acá el parate se ha repetido en todo el país. En Misiones, afortunadamente hubo pocos casos de empresas que han decidido el cierre definitivo”, reconoció Alvarenga.
Para el titular de la Asociación, “seguimos en estado de coma 4. Por eso necesitamos un apoyo sostenido para salir adelante. Hay que apuntalar el rubro. Hay que atacar varios frentes”.
Alentó a “seguir trabajando en conjunto entre el sector público y el privado. El turismo va a cambiar mucho. Y lo que ordenará todo es la aplicación de la vacuna. Cuando eso suceda, se animará la gente a salir. Por ejemplo, a tomarse una avión desde Europa y compartir 12 horas de viaje con mucha gente”.
Sobre la inminente llegada de la temporada veraniega adelantó que será de trabajo eminentemente local: “La gente quiere agua, de río, arroyos o piletas. Hay expectativa y en este sentido y ayudan mucho los incentivos tanto del Gobierno provincial como del nacional. Los planes de previaje pueden aportar mucho”.