Este año el campeón del “Torneo Abierto de Buenos Aires”, el ucraniano Alexandr Dolgopolov, se llevó un trofeo con forma de mate. “Se buscó un símbolo representativo de nuestras costumbres”, explicaron desde la organización.
No caben dudas de que el hábito de matear se encuentra incorporado prácticamente en todas las actividades de la vida cotidiana de los argentinos. El hogar, el trabajo, el esparcimiento y el deporte son ámbitos donde seguramente encontraremos algún matero dispuesto a cebar unos “verdes”.
El domingo pasado este reconocimiento a la “argentinidad” del mate se manifestó al momento de la coronación del “Abierto de Buenos Aires”, cuando el campeón de este tradicional torneo internacional de tenis, el ucraniano Alexandr Dolgopolov, recibió un trofeo que consistió en un precioso mate de calabaza y plata con un pedestal de quebracho, que fue realizado por el destacado orfebre Gustavo Stagnaro.
“El torneo cambió cuatro veces de trofeo en estos 17 años y ahora se buscó algo representativo de nuestras costumbres, y perdurará hasta que los organizadores decidan otro, o tal vez quede”, explicó Eduardo Puppo, un reconocido periodista especializado en tenis y encargado de prensa del torneo.
«Es un trofeo netamente argentino por el tipo de madera que se utilizó (el quebracho colorado santiagueño, que es un árbol autóctono) y por el mate, eso es lo interesante», expresó Stagnaro, en declaraciones al portal Infobae. «Tengo 37 años de platería y jamás había hecho un trofeo con un mate», admitió el artesano, quien tiene su taller en la ciudad bonaerense de San Antonio de Areco y repartió parte de sus obras en países como Alemania, Francia, Japón, Italia, Estados Unidos, España e incluso el Vaticano. Este mate de plata fue muy elogiado no sólo por lo que simboliza para los argentinos sino también por los materiales muy preciados utilizados y los detalles finales alcanzados por Stagnaro en este trabajo manual.
La presencia del mate en un certamen internacional de tenis, en este caso como un trofeo, no hace más que confirmar los trabajos de investigación que lo posicionan como el signo más emblemático de nuestra “argentinidad”.
Precisamente, en noviembre del año pasado, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym) había presentado los resultados de una encuesta de opinión pública. En ese trabajo, el 38% de los consultados mencionó al mate como “el mejor producto que representa a los argentinos”, posicionándose por encima de otros “íconos nacionales” como la carne (37%), el dulce de leche (11%) y el vino (7%).
La investigación desarrollada por la consultora Voices! Research & Consultancy también arrojó otros datos reveladores como, por ejemplo, que siete de cada diez encuestados indicaron que toman mate al menos una vez por día, todos los días.