La historia que salió a la luz a mediados de agosto del año pasado, se inició en el lejano oriente hace unos siete años, en una de esas misiones comerciales de las que casi nunca se obtienen resultados tangibles. Esta vez fue diferente. Como en aquellos atrapantes relatos de las Mil y Una Noches, apenas vio la foto de las Cataratas del Iguazú, el millonario árabe Alí Albwardy, decidió que quería poseer un pedacito de la mágica selva misionera.
Esa noche el empresario empezó a diseñar la compra del mítico Sheraton, desde cuyos balcones se podía apreciar la turbulenta Garganta del Diablo. Desembolsó 55 millones de dólares por el hotel, cuyo valor se magnifica por el escenario e invirtió unos catorce millones de dólares más en las remodelaciones para transformarlo en un sofisticado palacio a la altura de la maravilla natural. La inauguración oficial hará honor a aquellos a los relatos de Sherezade: tendrá varios capítulos y protagonistas, aunque la primera ya pasó con el presidente Mauricio Macri y el gobernador Hugo Passalacqua el último 12 de diciembre.
El Meliá reacondicionó a nuevo las 183 habitaciones con las que dispone el hotel, la mitad de ellas con vista frontal a las Cataratas, todas decoradas con colores cálidos que permite una mejor amplitud de los espacios. En el exterior, el nuevo color del hotel se integra con la naturaleza. Se utilizaron maderas de la zona y se construyeron jardines verticales con plantas autóctonas. Además, la decoración fue realizada a mano por las comunidades guaraníes.
El hotel dispone del YHI Spa, que cuenta con 5 cabinas individuales, una doble y un área especial para Vichy Shower con tratamientos corporales. La piscina de desborde infinito, mide 50 metros de largo por 15 de ancho, con unas vistas increíbles de la Garganta del Diablo. Además, los clientes tienen acceso a un gimnasio moderno, una zona de juegos infantiles y salas de reuniones y congresos.
El hotel cuenta con todos los atributos de la marca Gran Meliá Hotels & Resorts como Red Level, donde ofrece servicios exclusivos y acceso a amenities premium. A su vez, hay nuevas categorías de habitaciones: Royal Suite, Presidencial, Master Suite e Iguazú Suite, donde eleva aún más la experiencia de comodidad y lujo para los clientes.
¿Pero quién este príncipe persa que se enamoró de las Cataratas? En Dubai, Alí Albwardy maneja una fortuna cercana a los 20 mil millones de dólares, ligada al petróleo y al desarrollo inmobiliario y hotelero. Fanático del polo, antes había comprado al mejor equipo de la Argentina y para tener un lugar propio donde descansar, también se hizo del hotel Four Seasons Buenos Aires, por el que pagó 64 millones de dólares.
Albwardy analiza otra inversión en las 600 hectáreas, pero con un concepto de villas de lujo, un segmento en el que competirá con la firma chilena Awasi, que tiene su hotel en medio de la selva.
El fondo Albwardy fue fundado en 1976 por el jeque Ali Saeed Juma Albwardy, y, en la actualidad, cuenta con inversiones diversificadas en rubros como alimentos, logística e industrias. Además opera una decena de hoteles en destinos exóticos, como Zanzíbar, Tanzania y las islas Seychelles.
Ali Albwardy es un ícono de los empresarios que han invertido en el crecimiento de Emiratos Árabes Unidos. Su compañía es considerada como uno de los principales sostenes de la floreciente economía de su país. Seguros, propiedades inmobiliarias, servicios informativos financieros, telecomunicaciones y electrónica, construcción de equipo de la navegación y de aviación, sistemas de la seguridad, propietarios de hoteles, alimenticios, servicios del turismo y de la hospitalidad; fabricación de etiquetas adhesivas, restaurantes y cualquier área fructíferamente económica conoce de los intereses de Albwardi.
El acto oficial de inauguración del Meliá contó con la presencia el presidente de Argentina, Mauricio Macri, y el ministro de Turismo Gustavo Santos, junto al secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili, el vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer Jaume, y el consejero delegado de Albwardy Investmentents, Ali Albwardy.
La visita del Presidente fue el primer paso de la inauguración, que se repetirá en enero con celebrities del mundo y amigos de Albwardy.
Macri sostuvo que «queremos que Puerto Iguazú sea una puerta de entrada a la Argentina, que muchos extranjeros vengan a visitarnos entrando por acá».
Destacó en ese sentido el trabajo en equipo realizado junto al Gobierno de Misiones y la Embajada en España para lograr la concreción de un vuelo directo Madrid-Iguazú.
«Espero que sea el primero de muchos que le permita al mundo entero venir a visitar estas maravillas y después que conozcan otras partes de nuestro querido país», señaló.
El relato, de todos modos, no está exento de polémicas. La intención del Presidente de privatizar porciones de la selva en las laderas de las Cataratas del Iguazú, generó un intenso rechazo de los habitantes locales y los ambientalistas, que advierten del peligro para la conservación de la naturaleza. Pero la Nación parece no amilanarse con las críticas. El degradado secretario de Turismo, Gustavo Santos, replicó que “la oposición a las villas turísticas en Cataratas es por desinformación y maledicencia”.
El Gobierno nacional impulsa “Oportunidades Naturales”, para atraer inversiones privadas para el desarrollo de servicios turísticos en áreas naturales protegidas de todo el país. En Iguazú son dos las propuestas que se abren: “Campamento Temático Mundo Selva” y “Hosterías de selva junto al río antes y después de las Cataratas”.
En el área protegida de mayor biodiversidad del país, ofertan “una experiencia única e inolvidable en la tierra de los grandes ríos, donde emocionan las maravillosas Cataratas, los sonidos y aromas de la selva”.
Los vecinos y ambientalistas no están muy de acuerdo con la iniciativa. Reflotaron el colectivo #SOSCataratas para “defender el parque” y alertaron: “Ellos vienen por todo. Quieren transformar a Cataratas en una villa turística y a Puerto Iguazú en una villa miseria”.
Artículo publicado en la edición N° 43 de Revista ENFOQUE
Escribe Juan Carlos Argüello (Periodista). Director del portal digital Economis