Fernando Navarro siempre supo que sería médico. Se lo decía a los compañeros del colegio Roque González y a los del Bachillerato Humanista Moderno de Posadas, ciudad en la que hizo la primaria y la secundaria antes de emigrar hacia Buenos Aires, hace casi 19 años. Allí no sólo cumplió su sueño, sino abrazó una especialidad fascinante, la neurocirugía.
Pero el doctor es un alma inquieta, que no se conforma con lo alcanzado. Por eso siguió capacitándose y ahora apuesta su experiencia a una subespecialidad que se llama neurointervencionismo. “Es neurocirugía vascular, de cerebro y médula”, explicó en una entrevista con ENFOQUE.
“Vine a Buenos Aires a estudiar hace casi 19 años en la UBA y me recibí hace poco más de diez. Hice la especialización en neurocirugía en el Hospital Militar de la Capital Federal. Actualmente formo parte de un equipo encabezado por el doctor Alejandro Ceciliano, una eminencia en nuestro país y el mundo, que trabaja en distintas clínicas y hospitales, entre ellos el Alemán, el Sanatorio Finochietto, IADT (Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento) y el Sanatorio Mater Dei”, contó el profesional, que suele venir a la provincia de Misiones a visitar a su familia.
“El neurointervencionismo es algo muy parecido al cateterismo. Por medio de las arterias se llega al cerebro. Lo que se trata de destapar las arterias u otra intervención a ese nivel”, precisó para ilustrar de qué se trata su nueva ocupación.
Apuntó que el “desarrollo de esto empezó hace poco más de 30 años en Francia y Estados Unidos. Argentina, en los ´80, fue uno de los pioneros a nivel mundial y sudamericano”.
A la vanguardia
“En su momento fue muy novedosa, y lo sigue siendo, porque los alcances del neurointervencionismo están muy ligado al avance tecnológico, y la tecnología se supera todos los días. Esto hace que nos estemos actualizando constantemente sobre las posibilidades y herramientas que ella nos brinda para poder hacer mejor nuestro trabajo”, afirmó.
“En el último congreso de neurocirugía, quedó en claro que nuestro país está a la vanguardia continental en la especialidad y esto es un orgullo”, afirmó.
Aclaró que “hay países que están un poco más avanzados, pero sin dudas la Argentina está entre los países referentes en neurointervencionismo. Hay muchos colegas argentinos que son reconocidos a nivel mundial por sus aportes a esta especialidad”.
Navarro contó que este año “estuvimos en la Universidad de Otavalo de Ecuador. Nos reunimos especialistas de todo Sudamérica. Este año vino un especialista de Francia. Tratamos casos de complicaciones. Aprendimos de las complicaciones. Es muy enriquecedor a nivel académico y profesional”.
Tratamiento para ACV
Siempre a la vanguardia, el misionero explicó un caso puntual para el cual la subespecialidad que hoy lo tiene ocupado funciona de maravilla: “Lo que está en boga es el tratamiento del ACV (que ocurre cuando una vena que lleva sangre al cerebro se tapa) con esta especialidad. Esto es, llegar con un catéter hasta el coágulo que esté tapando la arteria y sacarlo, para evitar un infarto. Es para hacerlo entre 6 y 12 horas después de ocurrido, es en agudo, para tratarlo en el momento. Esto es muy nuevo”.
El Accidente Cerebro Vascular (ACV) es la segunda causa de muerte en el mundo y la primera de discapacidad permanente. Por eso los estudios e investigaciones sobre este tema abundan. En Argentina se producen por año alrededor de 130.000 accidentes cerebrovasculares. Es decir que cada cuatro minutos un argentino sufre esta grave enfermedad que mata a un tercio de los afectados y deja secuelas de alguna discapacidad en 9 de cada 10 casos.
El médico misionero aclaró que “los ACV son hoy por hoy lo que fue el infarto del miocardio durante los ´90. De hecho, el ACV es la segunda causa de muerte en el mundo y la primera de discapacidad permanente. Por eso los estudios e investigaciones sobre este tema abundan muchísimo. Constantemente se aportan nuevos descubrimientos ya sea sobre el tiempo con el que se cuenta para poder tratar un Accidente Cerebro Vascular, la resistencia de determinados pacientes ante un Accidente, o los distintos tipos de tratamientos para ser más efectivos a la hora de intervenir”
Detalló que al igual que los cardiólogos, “entramos por la arteria femoral, en la ingle. O en la arteria radial, que es en la muñeca. Desde ahí subimos las mangueritas hasta la médula o el cerebro”.
Tratamiento para tumores de ojos
Navarro también habló de otro tratamiento en el que habitualmente trabaja: “Desarrollamos el tratamiento de tumores del ojo en pacientes pediátricos. Es decir, contra el Retinoblastoma. Por la arteria femoral vamos hasta la oftálmica y allí liberamos una medicación en dosis alta en la zona del tumor. Esto tiene efectos menos adversos que cuando se hace la quimioterapia en todo el cuerpo. De esta manera, el tumor se va reduciendo”.
Entusiasmado con el neurointervencionismo, admitió: “La técnica suma adeptos y resultados. Lo que veo es que mes a mes va mejorando. Mejoran materiales y destrezas. En algunos años va a tener más uso”.
Sabe que su lugar en el mundo es Misiones, pero aún tiene mucho que hacer. Ya se lo había dicho a esta revista en otra ocasión: “Me encantaría volver en algún momento de mi vida. Sería lindo poder trabajar ahí y volcar todo lo que estoy aprendiendo. Hablo con otros colegas y amigos que son de allá y que volvieron a la provincia de Misiones y que están trabajando. Me cuentan lo linda que esta la ciudad de Posadas… y eso te tira un poco. Pero soy consciente de que mi especialidad requiere un par de años más de formación y que también la tecnología juega un rol muy importante. Por eso me seguiré formando acá y cuando se dé la oportunidad, seguro voy a volver a Posadas”.
Navarro hoy es un embajador de la tierra colorada en Buenos Aires, un exponente de la Medicina, prestigioso y reconocido. Un alma inquieta que seguirá trabajando para mejorarles la salud a los argentinos.
Artículo publicado en la edición N° 34 de Revista ENFOQUE