El Prefecto de la Secretaría de Economía de la Santa Sede, el cardenal australiano George Pell, rechazó hoy las «falsas acusaciones» por supuestos casos de abuso sexual que le imputó la justicia australiana, al tiempo que, con apoyo del papa Francisco, anunció que retornará a su país para «afrontar las causas de las que se le acusa».
«Reitero mi inocencia sobre estas acusaciones. Son falsas. La misma idea de abusos sexuales es para mi repugnante», aseveró Pell este jueves en una declaración a periodistas acreditados en el vaticano luego de que en la madrugada de hoy la justicia australiana confirmó la situación del purpurado para el 18 de julio en un caso en el que es denunciado por supuestos abusos sexuales cometidos en la década del ’70.
«Estoy contento de finalmente poder defenderme en los tribunales», agregó el cardenal nacido en Australia hace 76 años, designado por el papa Francisco en 2014 al frente del organismo encargado de «sanear» las cuentas de la Santa Sede y miembro del consejo de nueve cardenales asesores de Jorge Bergoglio.
En ese sentido, un comunicado del Vaticano leído por el portavoz papal Greg Burke esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede confirmó que «el Cardenal Pell, en pleno respeto de las leyes civiles y reconociendo la importancia de participar personalmente en el proceso, de forma que pueda desarrollarse en forma justa y favorecer así la búsqueda de la verdad, ha decidido retornar a su país para afrontar las causas de las que se le acusa».
Ante una sala de prensa repleta luego de la inusual convocatoria del Vaticano a los medios acreditados a las 4.30 de Roma (23.30 de Argentina), Burke resaltó que «el Santo Padre, informado de ello a través del propio Cardenal Pell, le ha concedido un período de excedencia para poder defenderse».
Durante la lectura de su declaración ante medios de todo el mundo, incluido el acreditado de Télam, Pell recordó que incluso se entrevistó con el Papa «hace uno o dos días».
Según Pell, que viajará a Australia luego de una consulta con sus médicos, la posibilidad de comparecer ante la Justicia de su país, «me dará la oportunidad de limpiar mi nombre y volver a mi trabajo en Roma».
El purpurado, de 76 años. enfrenta cargos por varios delitos y debe presentarte en la Corte Magisterial de Melbourne el 18 de julio para una audiencia que investiga una denuncia de dos hombres que en 2015 declararon abusos cuando eran niños y él era un sacerdote en Ballart en los ’70.
La noticia del envío a juicio, conocida en la madrugada romana, fue recibida «con desagrado» por la Santa Sede, y el propio Pontífice pudo «apreciar la honestidad del Cardenal Pell durante los tres años de trabajo en la Curia Romana».
Francisco «le está agradecido por su colaboración y, en particular, por su enérgico empeño a favor de las reformas en el sector económico y administrativo y por su activa participación en el Consejo de los Cardenales (C9)», agregó Burke.
Ex Arzobispo de Sydney y Merlbourne, Pell fue ordenado sacerdote en Roma en 1966 antes de regresar a Australia en 1971, época en la que lo acusan de haber cometido «delitos sexuales».
Las autoridades pidieron una audiencia por estas acusaciones, pero él se negó a viajar a Australia, por lo que fue entrevistado en Roma por la policía de Victoria, donde negó las acusaciones pero admitió que se encubrieron casos de pederastia en el seno de la Iglesia Católica australiana y admitió que debería haber hecho más ante ellos.
Pell, que había sido designado en 2014 por el papa Francisco en medio de la reforma para «sanear» las cuentas de la Santa Sede, es el funcionario vaticano de cargo más alto jamás investigado por casos de corrupción.
Tras esos dicho, a su regreso de Polonia el 31 de julio de 2016, el Pontífice había pedido «no juzgar» a Pell «antes de que la Justicia lo haga».
«Si yo dijera algo antes sobre el cardenal Pell no sería nada bueno porque lo estaría juzgando antes. Además siempre hay que tener en cuenta el principio de ‘in dubio pro reo’. Cuando la Justicia hable, hablaré», afirmó.
Pell había sido acusado de abusos sexuales cuando era arzobispo de Sidney, en 2002, aunque después fue exculpado.
En las declaraciones de este jueves, feriado vaticano por la fiesta de San Pedro y San Pablo, Burke recordó de todos modos que Pell «ha condenado desde hace décadas abiertamente y repetidamente los abusos cometidos contra menores como actos inmorales e intolerables».
Además, según el Vaticano, el purpurado «ha cooperado en el pasado con las Autoridades australianas, ha apoyado la creación dela Comisión Pontificia para la Tutela de los Menores y, finalmente, como Obispo diocesano en Australia, ha introducido sistemas y procedimientos para la protección de los menores y para garantizar la asistencia a las víctimas de abusos».
Fuente: Télam