Corina Doussett Urquiza es la responsable de la Dirección de Prevención de Adicciones de la Municipalidad de Posadas. Maestra jardinera y psicopedagoga, hace mucho tiempo que viene trabajando en la temática. Y ha visto cómo el flagelo se ha ido profundizando. Por eso ve como una herramienta esencial la Red Municipal de Abordaje Integral de las Adicciones, donde distintos organismos, ONG y asociaciones colaboran entre sí para afrontar la problemática.
“Hoy por hoy no hay una persona que no conozca a alguien que no esté en un consumo problemático”, reflexionó la funcionaria, quien recordó que “empecé en Subsecretaría de Prevención de Adicciones de la provincia y con la gestión de Orlando Franco pasé a la Municipalidad. Luego, tras una reestructuración, quedé al frente”.
“La sensación es que uno solo no puede con esto. Así uno trabaja en redes. El entonces edil Julio Vivero y los demás concejales impulsaron y crearon una herramienta legal para convocar a muchos actores que teníamos la misma sensación: que hacíamos mucho, muy solos. La Red permite que muchos sectores estén abocados a la temática”, explicó.
Contó que “a veces alerta la familia, otras veces la escuela o un juzgado. Estamos todo el tiempo online y aparece un emergente, una situación, que puede ser prevención o atención”.
“Cuando es una situación de consumo, se ve si es un menor o un adulto. Si se judicializa o no, en qué circunstancia se produce todo. También quién seguirá el expediente, si la persona va a Manantial o a Reto. En fin, se definen todos esos detalles”, agregó. “El grupo de WhatsApp que tenemos es de alerta temprana”, afirmó.
La funcionaria reconoció que lo primero que hicieron en esa mesa amplia fue “aprender a trabajar todos juntos. Armar un protocolo es muy complejo, porque cada institución tiene su cultura. Es un desafío trabajar en red”.
“Uno pretende que la persona adicta esté acompañada y lo mismo el contexto íntimo, porque todos sufren. La demanda cada vez es mayor, pero como uno no está solo, las cosas se hacen mejor”, indicó.
Doussett Urquiza apuntó que “el ranking de las adicciones lo lidera el alcohol, que es una sustancia que gatilla todo lo otro. Después las pastillas, en menores, lo cual es un horror, y luego la marihuana, que con esto de la cultura cannabica tiene un umbral de tolerancia más alto”.
“Estamos en una región de mucho consumo de alcohol. Cada vez más chicos consumen, y más mezclas. Es muy preocupante”, aseguró.
Pidió a la comunidad “no mirar para otro lado. Es una realidad que nos explota en la cara y tenemos que hacer algo junto con otros. El tema de drogas siempre impacta cuando me toca a mí, sino es un problema del otro. Hoy estamos empezando a aceptar que es un problema de todos nosotros, de una comunidad. Si compartimos responsabilidad la cosa va a estar un poco mejor”.
Opinó que “la familia es una parte, pero no toda. Yo puedo creer como padre o madre di lo mejor de mí. Pero en la adolescencia nuestros hijos se separan de nosotros, huyen del mandato familiar. La fidelidad al grupo pasa a ser lo más importante, por sobre la fidelidad y la confidencialidad hacia la familia, ya no cuentan lo que te tienen que contar. Lo que el padre o madre tiene que hacer es no dejar de mirar horarios, amistades, temas de conversación, involucrarnos a pesar de ellos mismos”.
Mencionó que “en las escuelas nos piden capacitación o talleres de sensibilización”. De hecho, la Dirección recorre muchos establecimientos, donde, con distintas técnicas, se aborda a fondo la temática.
“A los chicos les decimos que los amigos se cuentan dos veces. En las buenas, cuántos son y en las malas, cuántos quedan. O sea quiénes van a estar cuando a vos te pase algo, empezar a elegir bien ese grupo de pares, que te va a contener y pedir ayuda a tiempo”, señaló.
Dousset Urquiza mencionó el impacto de las nuevas tecnologías: “Ponen a los adultos muy afuera. Hoy hay chicos que tienen deliverys de sustancias y nosotros ni los detectamos. Las tecnologías mal usadas son un riesgo para los chicos y también el hecho de que los papás no estén entendiendo lo que suceden en estas redes”.
“Nuestra generación tiene otro idioma diferente al de las redes. Y los chicos usan ese idioma para diferenciarse del adulto. La tecnología no tiene que estar cuando vos y yo hablamos mirándonos a los ojos”, aconsejó.