Las victorias abrumadoras en Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, los éxitos resonantes en San Luis y Santa Cruz, y el empate técnico en la provincia de Buenos Aires que genera buenas perspectivas hacia las generales del 22 de octubre dejaron atrás la preocupación central que existía en la mesa chica que integran quienes diseñan la estrategia comunicacional de Cambiemos: qué iban a publicar las tapas de lunes de los diarios.
El día después de la intensa jornada electoral, la incertidumbre respecto al resultado de las PASO dio lugar al alivio en Casa Rosada, que se sumó a la satisfacción compartida por una elección primaria redonda en el plano nacional.
Menos de siete horas después de que Cristina Fernández de Kirchner hablara públicamente y se declara «ganadora» en la disputa bonaerense, el presidente Mauricio Macri comenzó su agenda semanal con la clásica reunión de coordinación de gobierno, en la que participaron la vicepresidenta Gabriela Michetti, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, los ministros del Interior, Rogelio Frigerio; de Trabajo, Jorge Triaca, de Producción, Francisco Cabrera, el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana y el otro hombre clave del área, Gustavo Lopetegui.
En el encuentro se celebró la exitosa PASO nacional que tuvo Cambiemos y se proyectó la campaña con vistas a octubre. «No vamos a cambiar, pero sí intentar llegar al votante que no nos eligió esta vez pero que lo puede hacer porque descarta al kirchnerismo como opción», plantearon fuentes ejecutivas que, además, insistieron con que para repetir la performance del domingo hay que «seguir enfocados en la gestión».
También se siguió de cerca la reacción positiva que mostraron los mercados ante el resultado de los comicios. A la salida de la cumbre, y también por la tarde, los funcionarios analizaron los informes que iban llegando y que mostraban un retroceso de 2,9% del dólar mayorista, el más pronunciado desde la salida del cepo en diciembre de 2015, además de un alza significativa del Merval, del 4,26%.
«Empezamos a recorrer los mejores 20 años de la historia del país», planteó Macri en pleno discurso en Costa Salguero. La frase hizo ruido en los medios, pero desde el Gobierno buscaron darle un contexto explicando que se trata de una visión de país y no de una aspiración personal del Presidente.
«Si logramos crecer 20 años seguidos, sin el costo altísimo que representa cada crisis, con paciencia y al 3-4% anual, inversión en infraestructura y educación, e instituciones cada vez más fuertes, el país va a cambiar para siempre», apuntan desde Balcarce 50 sobre la mirada largoplacista de Gobierno.
Quienes tienen acceso a los diálogos de Macri, Peña y el tándem Quintana-Lopetegui añaden que la administración Cambiemos busca transitar un sendero de «crecimiento constante, sin boom ni depresiones ni los atajos que en las últimas décadas nos daban tres o cuatro años de tasas chinas pero después se transformaban en un peso». Repasan, en esa línea, los nuevos brotes verdes que permiten pensar en un plan sustentable que logre la principal obsesión de Macri: bajar la inflación a un dígito en 2019.
Los objetivos económicos van alineados con cambios políticos y sociales que en el Gobierno buscarán llevar adelante después de octubre. Las reformas laboral y tributaria se imponen al tope de la agenda hacia fin de año y principios de 2018, que también incluye a las modificaciones que impulsarán en la Ley Penal Juvenil, que prevé una baja en la edad de imputabilidad a 14 años, y el renovado proyecto de reforma política que apunta a eliminar las PASO y promover la, frustrada en el Senado, implementación de la Boleta Única Electrónica con vistas a los próximos comicios.
Aun sin poder lograr consenso para avanzar en mayorías en el Congreso, en el oficialismo esperan poder construir una relación «madura» con la oposición. Saben, sin embargo, que esa búsqueda puede complicarse con la llegada al Senado de una actriz protagónica que, seguramente, se confirmará en 40 días. Negociar con un kirchnerismo liderado desde una banca por la ex presidenta Cristina Fernández, creen, quizás sea un desafío más complejo que llevar adelante un plan de país hacia las próximas dos décadas.
Fuente: Cronista