En la primera sesión del año en Diputados, el Gobierno consiguió aprobar este jueves por la madrugada los tres proyectos de «simplificación y desburocratización» del Estado, que se desprenden del «megadecreto» que en enero pasado firmó el presidente Mauricio Macri.
El apoyo del interbloque de los gobernadores provinciales fue clave en la maratónica sesión, que permitirá al Gobierno mantener esos proyectos de gestión vigentes, aunque fueron girados al Senado y podrían ser alterados por nuevas leyes o «parches» en la Cámara Alta, aunque el trámite demoraría como mínimo varios meses. El el Gobierno debió ceder en varias partes sustanciales del megadecreto, especialmente en dos temas trascendentes: no habrá embargos de las cuentas sueldos y además se dio marcha atrás con el cuestionado Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la ANSeS, que no podrá operar como quería el Gobierno como un ente financiero y crear fideicomisos a su criterio.
La situación fue muy particular, porque hubo quorum para aprobar esos tres proyectos, pero cuando llegó el momento de votar la derogación del megadecreto de manera global, los legisladores del oficialismo y algunos aliados del interbloque de gobernadores se levantaron, dejando a la sesión sin quorum. Esa estrategia se había acordado entre los gobernadores y el oficialismo, de manera que todos pudieron sacar algo de lo que querían: para el macrismo, los proyectos más importantes siguen vigentes, y el interbloque de gobernadores volvió a recuperar protagonismo, marcando su peso incluso al margen del kirchnerismo. El kirchnerismo intentó con custiones de privilegio y todas las armas a su alcance frenar la aprobación, pero no pudo conseguirlo y Agustín Rossi fue el más duro con sus colegas del interbloque de gobernadores, señalándoles que «lo que hicieron fue una porquería y tarde o temprano lo van a pagar».
Fuente: Perfil.com