Escribe Ariel Gauto (Periodista)
Con una notebook, internet, mucha curiosidad, conocimientos de tecnología, un mundial de robótica ganado en 2016 y sobre todo el incentivo de ver en su hogar sordos que tenían dificultades para relacionarse desde la comunicación verbal para realizar tareas cotidianas, Mateo Salvatto se puso manos a la obra y le cambió la vida a miles de personas en todo el mundo.
Su idea nació para el uso en sordos, pero hoy la emplean personas con parálisis cerebral, autismo, y otras discapacidades que provocan trastornos en la comunicación, incluso para aquellas no alfabetizadas, ya que permite utilizar pictogramas.
Tiene apenas 20 años, vive en el barrio porteño de Caballito, y es el creador de la aplicación gratuita para celulares Háblalo, con más de 64 mil descargas en 50 países de los cinco continentes, traducido a 59 idiomas.
La aplicación permite conversar de manera fluida a través de un sistema de traducción de texto a voz y viceversa.
Antes de dar la charla «No hace falta ser grande para cambiar el mundo» ante cientos de jóvenes habló con ENFOQUE. En Posadas fue uno de los conferencistas del ciclo de la Tierra Sin Mal, organizado por Saltus Productora y desarrollado en el Teatro de Prosa del Parque del Conocimiento.
-A qué edad comenzaste a acercarte a la tecnología de la mano de la robótica?
Arranqué con lo que es tecnología propiamente dicha a los 14 años. Siempre me gustó, es algo que tengo metido en la mente desde los 5 años.
Comencé formalmente cuando elegí la especialidad de técnico en electrónica en la secundaria. Ahí empecé a armar robots de competencia, y llegué a ser campeón mundial de robótica con un compañero y eso fue lo que me dio la pauta que se podía aplicar en muchas otras cosas y ámbitos. El puntapié inicial al resto fue la robótica.
-En qué momento dijiste, ésto va en serio, puedo desarrollarme y tengo un campo grande?
Definitivamente la idea vino con el campeonato mundial de robótica. Dije que lo que estamos haciendo era bueno, tras ganar a Estados Unidos y Rusia. En el mundial de Israel teníamos que abrir los autos a control remoto y ponerle un procesador para que se maneje sólo por una pista, que simulaba ser una calle con semáforos, límites de velocidad y peatones. El que mejor se comportaba era el ganador sin cometer infracciones.
-Hay un concepto en muchas personas de que la robótica es sólo un juego. Qué pensás de eso?
La robótica es juego, pero tiene un potencial que la gente en general no identifica. Tengo pruebas y no tengo dudas que la mejor forma que hay de educar a un pibe en tecnología es la robótica. La necesitamos para adaptarnos a la cuarta revolución industrial es que los chicos aprendan tecnología.
Nosotros tenemos roles definidos de laburo. Los que vienen no tienen idea de que harán a los 30 años, y no podemos predecirlo pero si prepararlos. Y como lo hacés? Lo sentás al pibe a que programe? No. Se va a aburrir. Pero con la robótica sí aprenderá porque es entretenido. Desde Jardín de Infantes podés hacerlo, con un kit de robótica a un chico de 4 años para que aprenda lógica de programación. La programación es la matemática del futuro. Dentro de 50 años, no tener programación en la educación será impensado.
-Cómo se dio el camino de la robótica a las aplicaciones?
Terminé la competencia de robótica en la secundaria. Y pensé en cómo usar todo lo que conocemos. Y en mi vida cotidiana mi mamá es profesora de sordos desde hace 30 años, con lo que me crié con personas con discapacidad toda la vida, con lengua de señas. Me molestaba mucho que con los avances de la tecnología en términos exponenciales mis amigos sordos no podían hacer un trámite porque nadie los entendía. O comprar en un supermercado que es algo más fácil y vital.
Me puse a programar. Saqué la primera versión e hice la aplicación porque es la forma más fácil de acceder, a través de un celular. Y de repente le puse Háblalo, y la lancé para que la usen mis amigos. De un día al otro estábamos en todo el mundo. Hoy asiste a 64 mil personas en 50 países de los 5 continentes.
-Como funciona Háblalo?
Una persona sorda se sienta, activa la aplicación y con personas que hablan lo subtitula todo el tiempo como si estuviera viendo una película. Nos quiere decir algo, escribe y el celular lo reproduce. Las personas que no están alfabetizadas o personas con parálisis cerebral que no tienen motricidad fina, pueden utilizar pictogramas, comunicarse con imágenes. Si bien la planteamos para sordos en el inicio, hoy Háblalo la usan con personas con parálisis cerebral, afasia, traqueotomía, cornelia de lange, autismo o cualquier otra dificultad que afecte la comunicación. En general la App tiene muchas funcionalidades con el concepto de ser una multi-herramienta para personas con discapacidad en cualquier situación cotidiana. Es un cara a cara. Es para hablar con la gente y tener contacto humano.
Todo está integrado a una interfaz gráfica que fue diseñada por personas con discapacidad lo que la de un valor agregado y el diferencial es que es gratis y sin conexión a internet. Podés estar en el desierto y funciona.
-Imagino que Háblalo te hizo conocer historias que te habrán conmovido?
Mostramos siempre la historia de Juan Galera, de Mar del Plata que tiene 14 años. Padece parálisis cerebral por lo que no se podía comunicar con nadie. Las acompañantes terapéuticas le pusieron la App y por primera vez en su vida fue a una panadería.
-Cómo pensás potenciar la aplicación?
Hoy nos centramos en que Háblalo sea mejor. Hoy a mis ojos es un prototipo que no hace ni un 10% de lo que hará en poco tiempo. No tenemos financiamiento externo, sólo tuvimos un ingreso al ganar un premio de emprendedor del año.
Hoy laburamos para que la App alcance a cientos de miles de personas. Lo que estamos explotando ahora es el modelo de negocios. Cuál es el concepto? Si tenés un restaurante u hotel no le pedís a la persona en silla de ruedas que lleve una rampa sino que la ponés. En el caso de la App no le pedís que traiga Háblalo para que se comunique con tus empleados, sino que lo habilitás en tu local. Le prestás un servicio mucho mejor y de más valor, que además es marketing. Estás brindando un servicio que tus competidores no dan y financias un proyecto para personas con discapacidad mediante una suscripción. Nunca le vamos a cobrar a una persona con discapacidad, sino a los gobiernos y las empresas.
El dueño de la compañía
A partir del desarrollo y expansión de Háblalo, Mateo puso en pié una empresa con nueve integrantes, casi todos mayores que él. Sus socios son tres: un arquitecto, una propietaria de una compañía de comunicación y marketing y un empresario de tecnología y finanzas. Su padre es el contador y su madre aporta a partir de sus conocimientos de discapacidad. Sólo los empleados tienen una edad que se acerca a la de Mateo.
Artículo publicado en la edición N° 47 de Revista ENFOQUE
