Por Guido Encina, Periodista de Misiones Opina
Los resultados de una negociación no siempre terminan con el famoso “Win Win”. De hecho, en la mayoría de los casos siempre hay una parte que ha sacado más ventaja que la otra. Los especialistas en este tipo de acciones se lo atribuyen a las condiciones que tiene uno para imponerse ante el otro, sin embargo los menos ortodoxos consideran que la conclusión de un pacto se debe a las habilidades que tiene para demostrar por qué se encuentra en esa posición de poder. En las definiciones aparecen las palabras: relación, promesas, compromisos, diferencias, intereses, entre otras palabras técnicas que no vienen al caso.
Hace algunas semanas preguntaba por esta misma vía ¿Cuánto costaba la gobernabilidad a nuestra provincia? La respuesta está en el título, fin del misterio. Los fundamentos lo puede encontrar en la columna resaltada. No obstante, se agregan más datos para sostener que es muy elevado precio que paga Misiones por estar en “buena sintonía” con el gobierno nacional. Desde un punto de vista político, algunos espacios de la oposición se encargan de emparejar a los dos ejecutivos y dejar en evidencia a la sociedad que hay entre ellos, lo que genera algo de malestar a sus propias tropas que hasta fines del 2015 eran fuerzas antagónicas.
La correlación de fuerzas siempre fue igual. La tan citada frase “látigo y la chequera” estuvo en este y los gobiernos anteriores. Es tan sencillo como entender que en la posición de poder para negociar tiene más herramientas que otro. Es decir, el ejecutivo nacional está en condiciones de mostrarte desde muy arriba que cuenta con fondos necesarios para poder darle un respiro a su economía, siempre y cuando se acompañe con algunos “favores” en el Congreso.
Mientras tanto el federalismo continúa descansando en los libros de historia Argentina.
Habrá que esperar si realmente el electorado entiende que el “misionerismo” se basa en el concepto de surfear por encima de la ideología y las posiciones políticas más rígidas, para evitar que la provincia no sea aún más castigada. El costo político puede manifestarse en estas elecciones, pero por ahora desde el gobierno renovador no hacen más que aceptar que las decisiones del ejecutivo nacional que lastiman a nuestra economía. “No está fácil la cosa”, expresa Hugo Passalacqua en cada intervención, sin embargo siempre en su discurso aparece la palabra “ustedes, todos juntos”, como si fuera posible que los ciudadanos a quienes se dirige podrían llamar al Ministro Nicolás Dujovne y orientar su apreciación “coyuntural” al problema de las asimetrías.
La provincia, mediante sus legisladores nacionales, ha acompañado algunas medidas del Ejecutivo que hoy le valen críticas desde afuera. De todos modos, los más pragmáticos entienden que una oposición en el Congreso no suma, por ende no queda otra que morderse los labios o despotricar en el recinto para que el acompañamiento con el voto no sea tan liviano. “En algún momento esos favores se van a materializar”, se esperanzan, pero por ahora, hay que continuar en esa sintonía fina.
“El año pasado tuvimos una inflación que rondó el 39% y los recursos aumentaron solo un 26%, esto significa que estuvimos 13 puntos por debajo de lo que fue la inflación”, asumió el titular de la cartera de Hacienda provincial, Adolfo Safrán y explicó que la recaudación para Misiones en los primeros cinco meses del año representa 200 millones de pesos menos. Las palabras del funcionario se hicieron públicas después de la visita de Dujovne que pisó la tierra colorada y cultivó varias críticas, inclusive de sectores afines a su gobierno, como la CEM y la Cámara de Comercio de Posadas.
Según especialistas la economía cayó entre 6 y 7 puntos en la provincia. Pero será consuelo para los apostadores a la gobernabilidad, que según los registros, Santa Cruz disminuyó su economía entre el 9 y 10%, lo que demuestra en este caso, que quizás la provincia más crítica al gobierno de Cambiemos sea la más perjudicada por la coyuntura. No obstante, poco le debe importar a los intendentes misioneros la disputa política de “los de arriba”. Son ellos los encargados de dar las buenas y malas noticias a sus empleados, pero por ahora las malas predominan y confiesan que muy a duras penas logran pagar los sueldos con lo que llega de la coparticipación.
Sale cara la gobernabilidad, ya lo expresé. Pero permítanme detenerme en las siguientes palabras fundamentales para llevar a cabo una negociación y fijarlas en términos político-coyunturales: Los intereses de las partes son distintos, unos necesitan recursos y otros la fidelidad en el parlamento. La relación entre ambos es buena, y la contradicción la paga la renovación por ser una ex provincia k. Hubo promesas cumplidas, a medias como el ITC diferenciado para Posadas, sin embargo las soluciones a la economía no llegaron ni siquiera desde el instrumento legal (como el artículo 10 de la Ley PyME que no fue reglamentado). Hay compromiso: Los congresistas misioneros estuvieron siempre a disposición del ejecutivo, y el costo político lo asumen ellos. En cuanto a las diferencias quedaron enfrascadas discursivamente, donde hay un sinfín de distingos, pero no se hicieron efectivas en la praxis política.
“Tenemos algunas cartas para jugar los misioneros”, manifestó enérgicamente Passalacqua en el acto por el día de la lealtad peronista haciendo referencia a los congresistas que ocupan el rol de objeto en un presunto pacto. Habrá que esperar si el peso de esas cartas pueda ser condicionante a la hora de poner en juego nuevas negociaciones ¿Será un as?