El antropólogo Hernán Paiva hace más de 15 años viene analizando el comportamiento del tránsito en Misiones, sobre todo en Posadas. Primero como estudiante y luego como egresado, ahondó en la temática. Afirmó que se necesita una “militancia de la educación vial” para generar un cambio de comportamiento.
“Cuando era estudiante universitario tuve un choque que me llevó a mirar de manera diferente los temas vinculados a la seguridad vial”, confió en una entrevista con ENFOQUE.
El investigador que egresó de la Universidad Nacional de Misiones en 2010 indicó que “todos los choques graves que hubo en Posadas, con consecuencias fatales, la aparición de las Estrellas Amarillas para señalizar lugares donde falleció gente en incidentes viales, todos esos episodios impactantes me llamaron tanto la atención para indagar qué es lo que está pasando, por qué ocurren”.
Explicó que “la antropología surge para el estudio del otro cultural, de las sociedades primitivas. Pero ahora se está dedicando al estudio de problemas contemporáneos”.
Agregó que “la mirada antropológica se va construyendo a partir de todas las teorías que se fueron dando dentro de su campo y de la observación del comportamiento cotidiano. Indica que hay que mirar a los episodios viales como hechos sociales, como parte de una relación tensa y ambigua entre la ley y la práctica concreta de la gente”.
Paiva da cursos para docentes y otros profesionales interesados en la temática. Con la pandemia, la capacitación se frenó, pero en julio volverá al ruedo, de manera virtual.
“El enfoque es que los argentinos transforman los signos viales en símbolos. El comportamiento vial es un acto simbólico. Qué significa la velocidad para la gente, qué uso hace de él. Qué significa un semáforo para la gente. Esa cultura vial fue conformándose a partir de políticas de Estado relativamente reciente, se consolida en 2006 con la conformación de la Agencia Nacional de Seguridad vial. El comportamiento en los espacios viales es socialmente construido”, reflexionó.
El antropólogo aclaró que “una cosa es el conocimiento intelectualizado de la norma y otra llevarlo a la práctica. Ese es el gran desafío que tenemos como sociedad. Y cuál es el mecanismo que tenemos para el cambio social. A través de la educación formal, ¿cambiamos una práctica cultural arraigada que viene de años?”.
Para Paiva, “la sanción no puede ser solo económica, sino que tiene que haber un aporte a la sociedad. Uno de los problemas de los países subdesarrollados es el amiguismo, que le permite al infractor sortear multas y otras sanciones”.
Remarcó que “hay que intensificar el trabajo de los observatorios viales. Hay que trabajar como el agua sobre la piedra, hacer una militancia de la educación vial, sino no va a haber un cambio”.
Consideró que “la gente es afecta a las conductas riesgosas y esto se manifiesta en el tránsito. Es compleja la problemática. Las instituciones se tienen que abrir y entrelazar con la Universidad, con la ciencia, para abordar esto”.